Los grupos yihadistas de Siria e Irak han logrado reclutar en los últimos años a unos 4.000 combatientes de la Unión Europea, de los 30.000 soldados procedentes de 104 países de todo el mundo. De España se calcula que entre 160 y 200 personas están luchando en ambos países y otros 8.000 proceden del norte de África. Algunos han retornado pero "el grave problema" se producirá cuando finalicen estos conflictos y vuelvan a sus países de origen, sobre todo, los combatientes de los países africanos cercanos a España y a Canarias, como Mauritania o Argelia, explicó ayer el coronel Juan Mora Tebas, analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), un organismo del Ministerio de Defensa, y responsable del Magreb-Sahel.
"Los combatientes retornados al norte de África pueden ser un grave problema porque pueden provocar una desestabilización de estos países vecinos y eso sería muy peligroso para España y para Canarias". Es evidente que tener a países con conflictos de terrorismo cercanos a Canarias sería perjudicial no solo para la seguridad sino para la economía de las Islas, cuya principal fuente de recursos es el turismo.
Según el coronel, existe una resolución de Naciones Unidas de 2014 en la que se insta a buscar soluciones al tema de los retornados. "No se trata de meterlos en la cárcel, aunque también si tienen delitos de sangre", indica, sino de trazar estrategias ligadas "a todo lo que sea la desmovilización y desradicalización de estas personas, es decir, entablar conversaciones y convencerlos de que es posible la integración". Con ello se prevendría la extensión del radicalismo y que desestabilizaran a los países a los que retornan. Es más, no todos los que se han ido a Irak o Siria son combatientes sino familias con niños que van con la idea del Estado Islámico de vivir la utopía del califato, señala.
500 nuevos agentes del CNI
El yihadismo ha pasado a ser un riesgo mayor para la seguridad de España y su auge, propiciado en parte por la facilidad de comunicarse y de captar a jóvenes de cualquier lugar del mundo a través de las redes sociales, ha promovido que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) anunciara el pasado jueves que va a contratar a 500 nuevos agentes en los próximos cinco años para hacer frente al fanatismo yihadista, según reveló el director del servicio secreto, el general Félix Sanz. El centro pasará de 3.500 efectivos a 4.000. Los nuevos reclutas del CNI son matemáticos e informáticos, entre otros, y juegan un papel de agentes virtuales, con capacidad para manejarse en el mundo de internet y las redes, algo que ya es esencial para combatir el yihadismo. Al respecto, el coronel Mora Tebas explica que a partir de 2012 se ha producido un auge de la radicalización islámica a través las redes sociales. "El 80% de los captados es vía internet", precisa. No obstante, si bien las redes sociales están facilitando la propagación del fundamentalismo islámico, sobre todo entre los jóvenes, también "hay que pensar que hay jóvenes policías y guardias civiles que están metidos y controlan esas vías", recalca.
La lejanía de Canarias y su insularidad, lejos de ser un handicap, en materia de seguridad se convierte un "plus", expone coronel.
"Nadie está libre hoy de la amenaza terrorista pero Canarias es uno de los territorios más seguros", coincide el general Alfonso García-Vaquero, que ayer habló de su experiencia al frente de la misión de adiestramiento de la UE en Mali. Los accesos por mar y aire complican la entrada y salida y las Islas, además, son territorios pequeños donde es fácil la vigilancia de la población. De hecho, Interior controla 655 puntos de riesgo de radicalización en Canarias, pero no es una de las zonas conflictivas del país. En general "los niveles de seguridad son muy altos" por la labor del ejército y la policía, precisa.
