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La tele y Twitter son el programa

La campaña electoral se juega más que nunca en tertulias y debates televisivos P La presencia activa de los candidatos en las redes sociales sustituye a carteles, mítines y banderolas

La tele y Twitter son el programa

Diez millones y medio de personas presenciaron de media el debate electoral del lunes entre los cuatro principales candidatos a la Presidencia del Gobierno en las elecciones del próximo día 26 en alguna de las 17 cadenas de televisión que lo retransmitieron, y un millón más de espectadores se sumó en la parte final del programas, durante el minuto de oro de cada uno de los intervinientes. Esa aparición pública de los candidatos constituirá sin duda la mejor ocasión para que cada uno de ellos haya podido transmitir a los electores sus ofertas de gobierno y además tendrá múltiples impactos en el resto de los medios de comunicación y muy especialmente en las redes sociales. Ambos elementos, televisión y redes sociales, marcan desde hace ya algunos años el devenir de las campañas y estrategias electorales de los partidos y candidatos, y tienen aún mayor protagonismo en el contexto de unas elecciones generales que se repiten sólo seis meses después de las anteriores, y de una opinión pública que quizá más que nunca quiere mensajes breves y digeribles y susceptiblees de autogestionar a golpe de click en el mando, en el móvil, o en la tablet.

La televisión es considerada de forma generalizada como el instrumento más importante para comunicarse con los electores, pero es que además se ha convertido en los últimos tiempos en protagonista directa no ya sólo como teatro político, sino incluso como cuna de líderes e impulsora de plataformas con afanes políticos. Podemos y Pablo Iglesias, por ejemplo, salieron de La Tuerka, un programa en una tele de Vallecas, en Madrid, y se consagró en las tertulias de La Sexta. Los platós son en estos momentos los verdaderos foros de debate y confrontación de posiciones, aunque en ellos los programas electorales se reduzcan a meros enunciados y frases hechas tirando de argumentario, mientras las redes sociales actúan a modo de parlamento global donde candidatos buscan nuevos votantes y los usuarios toman posiciones.

La actual campaña electoral se está jugando claramente en estos campos y los candidatos están volcados para tratar de optimizarlos a su favor. Según distintos estudios tras las pasadas elecciones del 20D, el 58,3 % de los votantes seguía casi todos los días por televisión la contienda, y un 10,1 % durante cuatro o cinco días por semana. El 76 % declara que es la tele la que le conecta con la actividad política y los mensajes electorales.

El panorama político español surgido tras la aparición de las formaciones emergentes, Podemos y Ciudadanos, y el cambio generacional producido en la mayoría de los partidos políticos ha multiplicado la importancia de la televisión como herramienta de campaña y sobre todo de las redes sociales como instrumento de contacto con los electores, ya que un 22 % de ellos siguen la campaña por esa vía.

En este contexto, es evidente que los candidatos más jóvenes como Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Unidos Podemos) y Albert Rivera (C,s) están más desenvueltos y con lenguaje hablado y gestual mucho más natural frente al encorsetamiento del candidato del PP, Mariano Rajoy. Con todo, mientras el usuario televiso es más potencialmente indeciso y tiene un perfil más cercano a los partidos tradicionales, PP y PSOE, el de las redes sociales, más dinámico, activo y movilizado, es votante de algunos de los partidos emergentes y muy especialmente de la coalición de Unidos Podemos que han firmado Pablo Iglesias y el líder de IU, Alberto Garzón

Conscientes de que el terreno de juego ya no son los grandes mítines ni los encuentros ni actos con los militantes, y de que la cartelería y las banderolas han quedado desfasadas, los partidos y los candidatos se han lanzado a la caza del voto indeciso -que aglutina en estos momentos hasta a un 32% del electorado, según el CIS- , justamente desde esas plataformas globales que son la televisión y las redes sociales.

Además, se ha buscado resaltar los perfiles más cotidianos y cercanos para tratar de eludir el hartazgo de la política que están demostrando los ciudadanos como consecuencia de la repetición de las elecciones. Así, para cada uno de los aspirantes a La Moncloa, sus respectivos equipos han tratado de colocar en programas televisivos desenfadados como los de Bertín Orborne, Pablo Matos o los magazines matinales, mientras por otro lado hay un constante tuitear de mensajes e imágenes de todo aquello que pueda captar la atención del indeciso.

En cada circunscripción, donde los candidatos se juegan sus escaños al Congreso o al Senado, la tendencia es la misma. Se dice adiós al mitin por los canales de televisión locales y las cuentas personales de cada uno de ello en Twitter y Facebook son elementos centrales de la campaña.

Otro soporte que mantiene mucho atractivo para los candidatos es el video de campaña con el que pretenden resumir en unas pocas imágenes y una o dos frases impactantes la idea fuerza con la que se pretende ganar el voto y gobernar. El PP va lanzando una serie de videos cuyo leit motiv es el de un Rajoy caminante y marchoso que hace que España funcione, el PSOE muestra a un Sánchez sonriente repartiendo rosas y reclamando "un sí por el cambio", mientras Unidos Podemos insiste en el "sí se puede" como si de facto ya hubieran ganado las elecciones, y C,s apela los "héroes anónimos" que levantan España en un "tiempo de acuerdo, tiempo de cambio".

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