Las regiones de la Macaronesia -Canarias, Cabo Verde, Madeira y Azores- se reivindicaron ayer como el "portaaviones" de la Unión Europea (UE) en el Atlántico, por lo que reclaman a las instituciones comunitarias una visión "más intensa" sobre sus problemas.

Tras la inauguración de las VIII Jornadas Parlamentarias Atlánticas, que se celebran en Tenerife tras un parón de diez años, el presidente de la asamblea legislativa de Madeira, José Lino Tranquada, insistió en que Europa "sale ganando" con las fronteras de estas regiones y el peso que tiene el mar, un aspecto por el que Bruselas debe "apostar" en el futuro debido a su rica biodiversidad y el aporte que puede tener para la economía azul.

Su homóloga en Azores, Ana Luís, destacó la cultura atlántica y el mar como elementos comunes de la Macaronesia, y mostró su convencimiento de que estas jornadas, que se alargarán hasta hoy, servirán para "reforzar" su carácter insular. En su opinión, la política comunitaria debe "ajustarse" a los intereses de las RUP y los diputados de cada cámara deben legislar a favor del desarrollo sostenible y la acción cultural. Igualmente el presidente de la Cámara de Cabo Verde, Jorge Santos, defendió que la Macaronesia se puede convertir en una "gran región económica" vinculada a la economía azul y el turismo.

La presidenta del parlamento canario, Carolina Darias, remarcó en el inicio del encuentro la "oportunidad geoestratégica" que representan estos cuatro archipiélagos, que son "un puente" para el entendimiento, y un polo de desarrollo económico situados entre tres continentes.

El Ministerio de Agricultura reaccionó ayer mismo a las demandas de los presidentes parlamentarios asegurando que el Ejecutivo ha defendido la incorporación de estas regiones al Convenio de Oslo y París para la Protección del Medio Ambiente Marino del Atlántico Nororiental (Ospar).