¿Pérdida de apetito? ¿No da usted pie con bola con el voto? No se preocupe. Llega Brújula Electoral, que le sitúa en 30 cómodos pasos en el lugar exacto de su pensamiento político, y lo lejos o cerca que se encuentra de cada una de las siglas que concurren a las elecciones de este próximo domingo.
El trabajo que se esconde detrás de esta aplicación en línea es sociología pura, con un entramado en que están implicados politólogos, universitarios y analistas tanto de este país como del más allá, y lo que es mejor, sin ningún partido, o eso al menos declara en su intención de motivos, metiendo la mano en el cacharro del gofio.
Es personal del Instituto Carlos III - Juan March de Ciencias Sociales (IC3JM); la entidad holandesa Kieskompas, que ha participado con esta misma herramienta en los comicios de 40 países desde el año 2006; y las universidades de Amsterdam y Exeter; además de otras dos firmas también holandesas dedicadas a la innovación y desarrollo de herramientas digitales.
Material de campaña, programas electorales, incluso los mítines o las respuestas que ofrecen las formaciones en sus intervenciones en los medios, tanto audiovisuales como en redes sociales, son analizados con ojos de cernícalo por los expertos para ir posicionando a cada cuál en el lugar en el que le corresponde, si bien sólo refleja a aquellos partidos con posibilidades de lograr un escaño.
En hacer el test se tarda lo que apenas un café con cierta pachorra, con una breve entrada en la que solicita al indeciso a dar unos cuantos datos básicos, como el sexo, edad de nacimiento, estudios y la provincia donde se va a ejercer el derecho al voto.
A partir de ahí comienza el 'examen', aunque si bien más que preguntas lo que se pide es ratificar afirmaciones del tipo: El Estado debería aumentar la financiación de la escuela pública y reducir la de la educación concertada, u otras que hacen referencias al copago sanitario, la memoria histórica, gasto social o en materia de impuestos., todas ellas con seis posibilidades de respuesta que van desde el totalmente de acuerdo a todo lo contrario, incluida una para el caso de que ahí tampoco exista una opinión definida, lo que ayuda a interpretar por dónde anda el tino político del usuario.
Al finalizar esta primera ronda de cuestiones, aparece un gráfico divido en cuatro porciones. La mitad superior es zona progresista y la inferior conservadora. La banda derecha para lo que toca: de derechas, y lo mismo para la siniestra. Y, en algún lugar del espectro, ahí esta usted señalado con un punto rojo que lo sitúa cerca de su supuesta formación favorita, o a años luz de la que rechaza, " para así decidir por sí mismo qué partido representa mejor sus ideas".
Pero si aún le quedan ganas de entrar en materia, también existe un extenso menú de cuestiones temáticas, que se adentran en la economía, sociedad, Estado, finanzas, valores o Europa, y qué siglas en concreto coinciden con el usuario con lo cual se el pensamiento se adentra a nivel experto, de tal forma que puede ocurrir que el sujeto descubra que en el fondo es una amueblada mente preparada ya no sólo para votar, sino tal vez hasta para dar el salto a la política.
