Ni sorpasso ni victoria, al contrario, derrota. La confluencia Unidos Podemos (Podemos-Izquierda Unida-Equo) perdió ayer más de 33.800 votos en Canarias con respecto a las elecciones generales de diciembre y, aunque mantuvo los tres diputados logrados entonces, cedió los dos senadores por Gran Canaria y Lanzarote conseguidos el pasado 20D.

Las dos primeras candidatas de la formación morada al Congreso de los Diputados por Las Palmas, María del Carmen Pita Cárdenes, Carmen Valido Pérez, y el número uno por Santa Cruz de Tenerife, Alberto Rodríguez Rodríguez, retuvieron los tres escaños logrados en los anteriores comicios. Sin embargo, los aspirantes de la fuerza emergente al Senado por Gran Canaria, María del Pino Alemán Guedes, y por Lanzarote, Juan Antonio Valencia Naranjo, no revalidaron sus actas.

La diputada electa de Unidos Podemos por Las Palmas al Congreso, Meri Pita, ha admitido este domingo, tras conocerse los resultados de las elecciones generales, que el partido morado "está en shock" al constatar, con la victoria del PP, que en España "no se castiga la corrupción".

Así lo ha manifestado la también secretaria general de Podemos en Canarias, quien, no obstante, ha subrayado que su partido "seguirá trabajando" para contribuir a la formación de un gobierno de progreso", al considerar que "hay aritmética para ello".

"El electorado de derechas no pasa factura a la corrupción y es altamente preocupante", ha referido.

Pita ha admitido que los resultados electorales han sorprendido a Podemos, que tenía "otras predicciones" de cara a estos comicios, de ahí que haya asegurado que su partido hará autocrítica para aclarar por qué no ha logrado llevar su "mensaje coherente" a las urnas.

"Nos queda mucho que reflexionar, pero vamos a seguir insistiendo en un pacto de progreso, ya que la aritmética es casi igual a la del 20D", ha manifestado.

A juicio de Meri Pita, en esta nueva campaña electoral "ha ganado el miedo, que, al final siempre incide en el voto conservador".

Sobre los resultados electorales obtenidos en Canarias, Pita ha dicho que su partido ha logrado más del 20 % de los votos, aunque ha admitido que han sido menos que los que aglutinó en los comicios de diciembre de 2015.

La candidata de Podemos ha considerado que "este proceso histórico no acaba aquí y que el cambio hacia otro modelo de convivencia se dará".

En su opinión, la celebración de unas terceras elecciones sería "una burla" que "nadie se plantea".

Meri Pita ha apelado a la "responsabilidad" del PSOE y ha confiado en que Pedro Sánchez no de los mismos pasos que dio tras el 20D y cuente con Podemos, "que es la parte más cercana a su programa" para conformar un gobierno de progreso.

Para Pita, en estas nuevas elecciones también han fracasado las encuestas que preveían un ascenso de su partido y se ha preguntado si ha habido "intencionalidad" en esos vaticinios.

Desplazada como tercera opción política en votos del Archipiélago por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la confluencia Unidos Podemos obtuvo 197.661 sufragios (20,24% del total de las papeletas) el 26J, lejos de los 231.519 apoyos (23,29%) del 20D. La principal caída se situó en la provincia de Las Palmas, donde ayer cosechó 112.812 votos (22,50%) frente a los 136.583 (26,46%) de diciembre; mientras que en Santa Cruz de Tenerife descendió desde los 94.936 sufragios (19,86%) en la anterior cita a los 84.849 (17,85%) actuales.

Pese al optimismo por las últimas encuestas y los sondeos a pie de urna, que situaron a Unidos Podemos por delante del PSOE en el ámbito estatal, los primeros resultados instalaron desde temprano el pesimismo en la sede morada durante la velada electoral, ubicada en el Hotel Exe Las Canteras. Poco después de las 22 horas, la diputada electa y secretaria general de Podemos en Canarias, Meri Pita, admitió el estado de "shock" de la confluencia de izquierdas por una nueva y mayor victoria popular.

"El votante del PP no castiga la corrupción, es evidente, el electorado de la derecha no pasa factura, es altamente preocupante", lamentó Pita, flanqueada por candidatos y cargos públicos morados, antes de atribuir la derrota a la incidencia en el voto conservador de "la campaña del miedo, que ha campeado por completo".

Precisamente, la secretaria general de Podemos en Canarias desvinculó el desplome electoral de la renuncia a la candidatura por parte de la exdiputada Victoria Rosell, que regresó a la judicatura en aplicación del código ético de la fuerza emergente. "Somos un proyecto colectivo, la merma no ha venido por ahí", valoró Pita sobre la sustitución de Rosell por Valido a causa de la querella por prevaricación, cohecho y retardo malicioso interpuesta contra la magistrada por el expresidente del PP de Canarias y ex ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que también debió renunciar a todos sus cargos políticos como consecuencia de su aparición en los papeles de Panamá.

"Hemos perdido apoyo, nos han votado menos, pero nos sostenemos por encima del 20% y hay muchos factores encima de la mesa", argumentó la diputada antes de anunciar una "profunda autocrítica y una reflexión colectiva" para mantener la "lucha contra ese modelo que dinamita el estado del bienestar". Tras citar a Rita Barberá, exalcaldesa de Valencia por el PP, y Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior en funciones, entre los recientes escándalos políticos, además de la filtración de documentos vinculados a paraísos fiscales; Meri Pita calificó de "terrible, con todos los respetos" la situación y al PP como "paradigma de la corrupción", por lo que se preguntó "cómo llegar a ese electorado, agujeros negros" para Podemos.

"Gobierno de progreso"

Pese al triunfo popular, la secretaria general de Podemos adelantó la "intención de constituir un gobierno de progreso" con el PSOE después de mantener una conversación telefónica con el líder de su partido, Pablo Iglesias, que ya envió un "mensaje" a Pedro Sánchez como número uno socialista.

A su juicio, "hay aritmética para ello, ratificaremos cualquier acuerdo y la decisión final, con tranquilidad, con nuestras bases". Entre una alianza de izquierdas o la gran coalición propuesta por el PP al PSOE para la gobernabilidad del país, Pita descartó la convocatoria de unas terceras elecciones generales, que sería "una burla que nadie se plantea".

En opinión de Meri Pita, "este proceso histórico no acaba aquí y el cambio hacia otro modelo de convivencia se dará. El cambio está en marcha, no hay ninguna duda, pero es más lento de lo que quisiéramos", concluyó su intervención la diputada por Las Palmas y secretaria general de Podemos en Canarias.

A diferencia del 20D, cuando los principales candidatos se presentaron desde el inicio de la velada electoral en la tasca El Canalla de Vegueta, anoche sólo comparecieron para solicitar "prudencia" al comienzo del recuento en el Hotel Exe Las Canteras el primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, y la parlamentaria autonómica María Concepción Monzón. La sensación que sobrevolaba el Salón Las Canteras del recinto hotelero era de absoluta decepción cuando se conocieron los primeros datos del escrutinio.

Con el paso de los minutos, la situación no mejoró. Los resultados dejaban claro que el tan reseñado sorpasso que la confluencia de izquierdas iba a realizar con el PSOE se esfumaba y estaba cada vez más lejos. La seriedad se extendió del rostro de los candidatos y cargos públicos a los escasos simpatizantes presentes en la eventual sede de la calle Portugal. "Parece esto un velatorio", espetó con sorna Javier Doreste a tres militantes que estaban sentados en una esquina para conseguir arrancarle las primeras carcajadas de la noche.

Las tres plañideras mostraron su "decepción" antes de considerar, incluso sin conocer el análisis de Pita, que "la política del miedo [en referencia al PP] ha funcionado", según Felipe, y recordar que "al menos seguimos ahí", en opinión de Juana Teresa González y Víctor Carro. "Pobre Pablo, con lo delgadito que ha quedado", valoró María Ángeles, que se declaró "harta, harta, harta" al conocer los resultados.

Y si el pasado 20D todo acabó con alegría, con fotos de abrazos y un Restaurante El Canalla a rebosar, este 26J finalizó con una formación con la cabeza baja, con sus simpatizantes lejos de la calle Portugal y con una Meri Pita que, tratando de sacar alguna sonrisa a su llegada, mostraba su preocupación por los resultados obtenidos.

Para explicar la sangría de votos de la formación morada, una de las claves se sitúa en las principales ciudades isleñas. Si en los anteriores comicios su fortaleza se forjó precisamente en las cuatro urbes más pobladas del Archipiélago (Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Telde), que le aportaron 117.660 escrutinios, en esta ocasión estas mismas localidades le retiraron casi 20.000 apoyos.

Más de la mitad de estos votos se diluyeron en la capital grancanaria, principal bastión en las Islas del partido liderado por Pablo Iglesias después de la victoria conseguida hace tan sólo seis meses, cuando superó al PP por menos de mil votos. Esta situación se revirtió este domingo. 10.574 habitantes de la ciudad más poblada de las Islas decidieron retirar su confianza en la confluencia de izquierdas.

Así, Unidos Podemos logró 45.622 papeleras, aplicándole los populares su correspondiente sorpasso con casi 20.000 votantes más. En Telde sucedió algo similar. La coalición IU-Podemos se quedó sin el respaldo de 3.777 ciudadanos, quedándose con 11.396 votos y siendo superada por el PSOE, que en las anteriores elecciones de diciembre se situaba a más de 3.000 papeletas de la formación morada.

En Tenerife, el candidato Alberto Rodríguez tampoco pudo tapar la herida que durante el día de ayer no paró de sangrar votos. En Santa Cruz de Tenerife logró mantener la segunda posición como partido más votado con 22.038 sufragios, que suponen 3.262 menos que el 20-D. La plaza donde mejor aguantó el tipo fue en La Laguna, donde solo 1.973 votantes le retiraron el voto en comparación con los anteriores comicios estatales.

Estos datos son aún más crueles si a ellos se unen los 34.000 votos que acumuló Izquierda Unida en Canarias durante los comicios celebrados hace seis meses. Con la suma que por entonces obtuvieron Podemos e IU, que en caso de una hipotética alianza en aquel momento hubiese llegado a los 261.996 sufragios, en esta ocasión Unidos Podemos alcanzó los 197.661. Es decir, en seis meses ambas formaciones perdieron 64.335 papeletas, que supone casi un 25% menos.

De ahí la reflexión anunciada anoche por Meri Pita para averiguar las razones por las que su "mensaje coherente" no alcanzó al electorado del Archipiélago. De aspirar a desbancar al PP en Canarias como primera fuerza política, a resultar rebasados por el PSOE como segunda opción de las Islas. Vaivanes de una formación emergente que, en apenas dos años, sube y baja por sorpresa, y sin sorpasso.