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El PSOE evita el 'sorpasso' aunque Pedro Sánchez se ve ya en la oposición

Los socialistas logran 85 escaños, cinco menos que en diciembre P El secretario general culpa a "la intransigencia" de Iglesia los mejores resultados de la derecha

Pedro Sánchez recibe los aplausos de su esposa y de compañeros de partido. EFE

El PSOE se libró ayer por los pelos de vivir una de noche de drama pero no pudo evitar que pese a todo fuera la peor noche electoral de su historia. Los españoles siguen viendo a este partido como la referencia de la izquierda en el país, pero le van abandonando poco a poco y apenas ya con vigor para convertirse en alternativa de gobierno. Las elecciones de ayer fueron un nuevo varapalo en términos objetivos, al obtener 85 diputados perder cinco escaños respecto a los resultados del 20-D, pero dadas las expectativas previas se vivieron en la sede socialista y entre sus dirigentes y militantes como un alivio al no producirse el temido sorpasso por parte de Unidos Podemos. En un recuento de continua bajada a lo largo de toda la noche, el PSOE cerró la jornada electoral con una lectura posibilista y sobre todo lamentando la gran oportunidad que la izquierda había perdido por el rechazo de Podemos a apoyar la investidura de Pedro Sánchez y haber logrado así acabar con el Gobierno del PP y mandar a casa a su líder, Mariano Rajoy.

Con algo más de cinco millones de votos, menos que en diciembre pasado, y el apoyo de más del 22,67 % del electorado, mejorando algunas décimas el apoyo porcentual de hace seis meses (22,1 %), el PSOE vuelve a rebajar su suelo electoral y vive otra nueva peor noche electoral de sus 137 años de historia, la tercera consecutiva. La bajada de la participación le ha vuelto a perjudicar y ello le ha supuesto la pérdida de diputados en algunos territorios donde ganó en diciembre, como Andalucía y Extremadura. Con todo, el líder socialista, Pedro Sánchez, sale medianamente fortalecido en el ámbito interno porque nadie en el partido contaba de antemano que mantuviera a raya a Podemos y al partido como referencia de la izquierda. Los resultados dejan además al PSOE en una encrucijada inédita hasta el momento en la actual etapa democrática del país como es la de tener que decidir si permite con su abstención un gobierno de la derecha, o si intenta buscar algún tipo de acuerdo transversal para apartar al PP del Gobierno.

En su intervención de ayer para valorar los resultados, Sánchez no desveló aparentemente su cartas, pero muchos entendieron que en su lamento por la mejora de resultados de la suma de los escaños obtenidos por el PP y C,s, estaba insinuando la inestabilidad de un gobierno de la derecha. Una situación de la que culpa abiertamente a Podemos y personificando la responsabilidad en su líder, Pablo Iglesias. "Espero que el señor Iglesias reflexione sobre estos resultados, tuvo la oportunidad de votar a un gobierno progresista liderado por el PSOE, tuvo en su mano poner fin al Gobierno de Rajoy que tanto daño ha hecho a la clase media y trabajadora con sus recortes y sus políticas, pero la intransigencia y el interés personal por encima del interés de la izquierda, han provocado la mejora de los resultados de la derecha", afirmó el candidato del PSOE ante las decenas de militantes que le apoyaron en la sede socialista.

Sánchez enfatizó en la noche de ayer sobre todo el valor que para su partido tiene el haber logrado quedar por delante de Podemos. "A pesar de las dificultades extraordinarias que hemos debido superar, de los augurios de un fuerte retroceso del POE y la perdida de relevancia política en nuestro país, el PSOE ha vuelto a reafirmar su condición de partido líder de la izquierda", resaltó antes de la primera referencia a Podemos. "Lo hicimos en diciembre y lo hemos hecho ahora frente a una coalición de más veinte partido con el único propósito de ganar al PSOE. No estoy satisfecho, queríamos ganar estas elecciones y no lo hemos conseguido, pero con todo somos la primera fuerza política de la izquierda".

En clave interna, Sánchez quiso reivindicar el papel jugado por la militancia en esta difíciles elecciones lanzó un guiño a los barones territoriales a sabiendas que en muy poco tiempo se volverá a poner en juego el liderazgo en el Congreso Federal que se convocará tras la formación del nuevo gobierno. "Este el PSOE, el el gran PSOE referencia para la izquierda y para millones de progresista españoles, que han hecho largo de 137 años de historia miles de militantes, que ha mantenido su compromiso con España en horas alegres y difíciles, en el éxito y la adversidad, es el partido que consolidó la democracia, que construyó el estado del bienestar que modernizó España y que la integró en Europa".

Rodeado de buena parte de la Ejecutiva Federal y de los responsables de campaña, Sánchez insistió en su argumento de haber mantenido el liderazgo de la izquierda, definiendo al PSOE como "el partido del progreso y de las reformas, que tiene un proyecto de país, es el PSOE sin matices, sin necesidad de aclaración, un único partido con un solo proyecto para España. Los ciudadanos lo saben y ahora lo han defendido porque saben que es suyo".

Pese a dar por hecho un gobierno del bloque conservador liderado por Rajoy, el dirigente socialista no cerró la puerta a otros escenarios, aunque fuera de forma implícita. Sánchez garantizó a los votantes socialistas que "el PSOE pondrá sus resultados de hoy al servicio de sus intereses de sus derechos, de sus libertades y del interés general de todos". Tras considerar que, "en diciembre y en junio los ciudadanos han reclamado un cambio político y han logrado llevarlo a los resultados de esta noche, también", resaltó que "el que PSOE ha visto reconocido en ese cambio en su condición de fuerza política más importante de la izquierda". "Nuestro compromiso con la ciudadanía seguirá siendo el mismo, erradicar la pobreza, combatir la desigualdad, modernizar la economía, reivindicar un trabajo digno para todos, acabar con el paro regenerar la vida democrática y acabar con la corrupción, recuperar una Europa social democrática y acogedora, y reformar la Constitución".

El líder socialista ponía fin a una tensa noche electoral en el que el PSOE vivió un carrusel de sensaciones desde las más pesimistas de las encuestas a pie de urna, que apostaban por el sorpasso, hasta unas primeras horas de recuente en las que incluso ganaba varios escaños respecto al 20-D. El candidato del PSOE llegó a la sede del partido a las 7,45, apenas unos minutos antes de que se empezaran a difundir esos primero sondeos que vaticinaban un resultado adverso. Reunido con su equipo de campaña en la cuarta planta de la sede socialista, Sánchez fue recibiendo los datos a lo largo de la tarde-noche y evaluando sobre la marcha los distintos escenarios que se le planteaban en la intensa noche electoral. Primero saber sí evitaría el sorpasso y lograba mantener el liderazgo de la izquierda, y después calcular la suma de los bloques ideológicos para estimar hasta dónde alcanzaban sus posibilidades de convertirse en el próximo presidente del Gobierno.

Los líderes socialistas esperaron hasta última hora para valorar los resultados ante la incertidumbre que dominaba el recuento, primero arrojando unos resultados más que esperanzadores, mejorando el del 20-D, para ir rebajando poco a poco las expectativas. La resistencia del PSOE se debilitó a última hora por los resultados de Andalucía, donde el Partido Popular le arrebataba la victoria de hace seis meses. A Pedro Sánchez le tocó ayer vivir una de las noches más inciertas en la historia de su partido.

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