La Provincia - Diario de Las Palmas

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Un país a un sobre pegado

El electorado acude a las urnas en un ambiente que la costumbre hace cada vez más familiar

Un niño con set tipo Power Ranger en el distrito de La Isleta. SANTI BLANCO

Más abstención, y por consiguiente, menos incidencias, anécdotas y chascarrillos eso sí, lideradas por los clásicos, como el ya imprescindible municipio de Villaroya, de La Rioja, que ha entrado en una endemoniada carrera por bajar los tiempos de votación, pero que ayer no pudo ser, marcando un fracasado dos minutos -el récord lo tienen en uno-, por culpa del teléfono al que tenía que comunicar el cierre, que estaba comunicando. Este último dato es casi fruto de otro récord, al aparecer en la página Wikipedia poco después, y donde figura detalladamente la progresión de sus ahora apenas seis votantes en esta parranda.

Así, en 2008 el proceso duró la friolera de once minutos; en 2011, lo bajó a tres; hasta el imbatido uno a secas de las generales del pasado año. ¿El secreto? La mitad de la población de Villaroya son los tres miembros de la mesa electoral. Y el otro 50 por ciento del censo, suplente, por lo que todos quedan en el colegio de la localidad a las ocho en punto y rectos como una vela.

Una diligencia que contrasta con la de cuatro colegios de Canarias, los últimos en cerrar de todo el país, ya que aparte del consabido una hora menos, por despistes de distinto calibre. El más llamativo de todos, en Arona, donde el presidente de m esa se dejó el DNI en casa, mientras que en los de Puerto del Rosario y Santa Cruz de Tenerife, no había papeletas para tanta gente, y en uno de los centros de la capital grancanaria, tampoco habían bastantes urnas para satisfacer la demanda.

A todos ellos se les aplicó una prórroga de unos 20 minutos por sendas ocurrencias.

Pero los incidentes en las islas no fueron todos por pachorra propiamente dicha. Las inmediaciones del instituto Las Salinas, convertido ayer en colegio electoral, amanecieron salpicadas con pintadas en las que se exponía que "quien vota corrupto es cómplice," según informa Aránzazu Fernández. La Junta Electoral mandó borrar y la alcaldesa de Arrecife, Eva de Anta, envió a un pintor de brocha gorda a encalar la felonía.

Algo parecido, pero en pequeño formato, que lo que ordenó el mismo organismo vía fax a los 50 colegios electorales de la isla conejera para que los apoderados de Coalición Canaria recortaran, 'repintaran' o camuflaran con esparadrapo o lo que fuera el lema de la formación nacionalista, que aparecía en las tarjetas identificativas.

Y de poco más allá, de La Graciosa, cuyo censo electoral asciende a 598 almas, llegan también los votos más marineros de España, que viajan en las Líneas Marítimas Romero desde el colegio Ignacio Aldecoa de Caleta de Cebo, custodiados por la presidenta de mesa y las fuerzas de seguridad para depositarlos en Teguise.

Y tan tradicional como lo de Villarroya, que solo compite con la foto de las monjas de clausura dejándose ver votando por Soria, la ciudad, que no el exministro, son las papeletas con candidatos que ni estaban ni se les esperaban en el recuento. En esta edición reaparecieron las tortugas Ninja: Leonardo, Raphael, Michelangelo y Donatello, que optaban para el Senado con una pregunta adicional: "¿Y tú, a qué tortuga vas a votar? Y las Spice Girls, 'Unidos Spice', para el Parlamento, que son cinco 'candidaturas': Victoria Adams, Melanie Brown, Melanie Chisholm, Geri Halliwell y Michelle Stephenson. Pero no las busque porque no salieron, al menos hasta la hora de cierre de este periódico.

No fueron los únicos que se equivocaron de objetivo. En Baleares, y más concretamente en el municipio ibicenco de Sant Joan de Labritja, erraron de isla, trastocando Ibiza por Menorca a la hora de acaparar las papeletas del Partido Popular al Senado, por lo que hubo trajín para paliar el desaguisado, y también para ir a buscar a uno de los vocales del municipio de Vila, que dijo ahora vengo en un momento, y según reporta las crónicas "tardó en regresar más de lo previsto", pero lo suficiente como para retrasar el cierre del colegio media hora más.

Todo ello en una jornada electoral en la que el que los natalicios no compensaron las defunciones, en un dos a uno.

Así, un señor de 92 años fallecía en un colegio electoral, el Ortega y Gasset, del distrito de Tetuán, Madrid, tras un infarto fulminante si bien ha dejado para la posteridad el sentido de su voto, que pudo ejercer, al contrario que el que sufría un problema coronario en Santa Coloma de Farners, en Gerona, cuyo deceso tuvo lugar justo a la entrada del colegio. Pese al esfuerzo de los equipos de emergencia en ambos casos, nada se pudo hacer. La noticia feliz venía a cargo de la vocal de del colegio Nuestra Señora de los Desamparados, en Valencia, donde se ha puesto de parto para culminar el proceso más cómodamente en las instalaciones del Hospital Clínico de la capital.

Cosas de la física, o del estado físico, más bien, como el que motivó a varios miembros de una mesa del colegio Sagrado Corazón de Rosales, en la harto conocida calle Ferraz, a sacar dos urnas a la calle para que tres personas en sillas de ruedas pudieran ejercer su derecho al voto, una en principio acción humanitaria que no gustó a varios apoderados de distintas formaciones políticas, como las del PSOE y Unidos Podemos, que advertían al pie de la letra que la Junta Electoral no permitía semejante labor altruista, y eso que incluso las urnas eran custodiadas por la mismísima Policía Nacional.

Pero, para susto, el que se llevaron en Tarrasa cuando los votantes se encontraron en la mesa electoral ejerciendo de vocal de mesa a David Franco Portolés, nombre que sustituyó por Ibrahim Portolés tras reconvertirse al islam, y mucho más conocido en la localidad por haber sido detenido en primavera del pasado año por pertenecer a una célula yihadista que, según la policía, pretendía nada menos que degollar a una rehén y cometer varios atentados con bomba. Él, ayer vocal, quedó libre con cargos sin que provocara mayor novedad, y sin mayor ataque.

No pudieron decir lo mismo en la sede madrileña de Equo, en Madrid, donde unos autores de pintadas no tienen el oremus político muy fino, o directamente son daltónicos, al dejar las paredes con un "rojos, no", al que Juan López de Uralde, les contestaban por las redes sociales: "No se enteran: no somos rojos, somos verdes".

Como tampoco se enteraron los que seleccionaron el listado de vocales y presidentes de mesa de la Comunidad de Valencia, al nombrar a un señor que no se personó por estar detenido en Gaza, como explicó el hijo después de recibir la llamada de la autoridad.

Y que contrasta con la vocal más conocida, Carme Chacón, actual secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, que ayer se estrenó como miembro de una mesa electoral en los primeros comicios en los que no se presenta como candidata. La exministra, que había sido convocada como suplente en el colegio de Esplugues de Llobregat (Barcelona) donde vota habitualmente, se vio obligada a ser vocal al no presentarse el titular, el cofundador de Mango, Nahman Andic, que a ver qué dice.

Andic se perdía así el encanto que describía ayer el humorista, escritor, y director de cine Luis Piedrahita: "Olor a colegio electoral. Ese olor como a democracia, tiza y sudor de niño, todo junto".

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