Coalición Canaria (CC) ha pasado en solo unos días de ver en duda su escaño en el Congreso a erigirse en la posible llave del próximo Gobierno. Justo los días transcurridos desde la publicación de la encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que vaticinó que los nacionalistas se quedarían sin representación en la Cámara Baja, hasta la finalización del escrutinio en la jornada del domingo. No en vano, la estabilidad de un eventual Ejecutivo que integrarían el Partido Popular y Ciudadanos dependería de tres siglas: las del PNV, Nueva Canarias (NC) y CC. Detrás de los resultados cosechados por la formación naciomalista canaria, que, con todo, han sido los peores de su historia en unas generales, destaca el aparente éxito del efecto Bermúdez en Santa Cruz de Tenerife, que ha dejado en las sacas de CC en la capital tinerfeña un 12,5% más de votos que en los comicios de diciembre. La cruz de la particular moneda electoral de los nacionalistas está una vez más en Gran Canaria, isla en la que tienen, tal como reconocen abiertamente, un "gran problema".

A pesar del pronóstico del CIS, que finalmente incluso pudo jugar a favor de CC (en el partido creen que sirvió para movilizar a su electorado), la fuerza política logró, exactamente, 78.080 votos en toda la Comunidad Autónoma. Poco más de 78.000 votos que tienen una primera y doble lectura: por un lado, que suponen el menor número de apoyos desde que Coalición es Coalición, es decir, desde que se presentara por vez primera a unas elecciones generales allá en 1993; por otro, que han sido suficientes para renovar el escaño de Ana Oramas en unas circunstancias especialmente adversas, con el voto polarizado hacia los cuatro grandes partidos del país.

Es precisamente esto último lo que explica la satisfacción en la cúpula nacionalista, donde son conscientes de haber superado casi indemnes la campaña "más complicada" de toda su historia, en palabras del propio presidente regional, Fernando Clavijo.

CC se mantiene como la quinta fuerza política del Archipiélago tras los cuatro gigantes nacionales (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) con un 7,99% de los votos. La distribución de las 78.080 papeletas no es, sin embargo, homogénea, ni mucho menos. Tan es así, que 60.124 corresponden a electores de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, hasta un 77%, mientras que apenas 17.956, un exiguo 23%, a votantes de la demarcación de Las Palmas.

El secretario de Organización del partido, José Miguel Ruano, admitió ayer que Coalición tiene un "gran problema" en Gran Canaria a raíz de la división del electorado nacionalista por la ruptura con NC. CC consiguió en la isla 11.193 votos, 753 menos que en diciembre, pero lo cierto es que esta pérdida también alcanza a las islas de Lanzarote y Fuerteventura. En Lanzarote, los 6.249 votos de 2015 fueron el domingo 4.489, un 28,2% menos.

En Fuerteventura, los 3.560 de entonces son ahora 2.274, un 36% menos. El "gran problema", en definitiva, está en toda la provincia oriental, y el análisis por municipios también lo evidencia. de hecho, los malos resultados se saldó ayer en la isla majorera con la dimisión del secretario general, José Juan Herrera Velázquez. En Fuerteventura la formación cayó el domingo a la quinta posición en la correlación de las fuerzas políticas de la Isla.

CC pierde 395 votos en Las Palmas de Gran Canaria (se queda con apenas 3.039) y lo mismo ocurre en las capitales de Lanzarote y Fuerteventura. En Arrecife pasa de 1.961 apoyos a solo 1.627 y en Puerto del Rosario, de 1.419 a 980. Un empeoramiento de los resultados que se reproduce también en Telde (de 2.164 a 2.028), Santa Lucía de Tirajana (de 917 a 878), San Bartolomé de Tirajana (de 563 a 517), Ingenio (de 632 a 604), La Oliva (de 392 a 252), Gáldar (de 639 a 600), Mogán (de 109 a 91), Teguise (de 1.895 a 1.047), Pájara (de 604 a 352) y Tías (de 294 a 225). Las únicas excepciones, de hecho, entre los municipios de más de 20.000 habitantes de la provincia de Las Palmas son Arucas, donde CC logró 1.047 votos, 140 más que en diciembre, y Agüimes, feudo de Nueva Canarias en el que pasó de 654 a 671.

Tenerife

El panorama es algo distinto en la demarcación occidental, donde los 60.124 apoyos logrados son tan solo cinco menos que en los comicios de hace seis meses. De hecho, los nacionalistas consiguieron en Tenerife más papeletas que en diciembre, un total de 52.083, 910 más que entonces. Subyace en este incremento, cuando menos aparentemente, el efecto Bermúdez, esto es, la inclusión del alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, en la lista para el Congreso. No en vano, el aumento de votos en la capital tinerfeña sí ha sido notable (de 10.359 a 11.655, un 12,5% más), hasta el punto de que de no ser por los electores de Santa Cruz, el partido también habría perdido sustento en la otra isla capitalina. CC mejora también levemente sus resultados en La Palma (5.308 votos, 16 más), aunque los empeora en El Hierro (1.146, 178 menos) y, sobre todo, en La Gomera (1.587, 619 menos).

Rajoy ya amaga

Sea como sea, el mantenimiento del escaño de Oramas en unas circunstancias de previsible "polarización" del voto ha sido motivo suficiente para la celebración, máxime si se tiene en cuenta el mapa político resultante del 26-J. Un mapa que apunta a un posible gobierno del PP con Ciudadanos, gobierno cuya estabilidad dependería, al menos en parte, de los apoyos del PNV y de Coalición.

El propio presidente en funciones y candidato a la reelección, Mariano Rajoy, no descartaba ayer la posibilidad de pactar con los nacionalistas vascos y canarios, sabedor de lo complicado que le será hacer realidad su apuesta por una gran coalición con el PSOE, opción esta que, por otra parte, no excluiría a CC.

Los 137 diputados del PP, los 32 de Ciudadanos y los cinco del PNV dejarían a Rajoy a tan solo dos de la mayoría absoluta, cuyo mínimo son 176 escaños. Es por ello que los apoyos de CC y de NC podrían ser determinantes, si bien el congresista electo de NC, Pedro Quevedo, ya avanzó ayer que "en ningún caso" secundará a Rajoy, mientras que en CC no cierran puerta alguna conocedores de que tendrían la sartén por el mango para poder imponer su llamada "agenda canaria" en unas negociaciones. En cualquier caso, el nacionalismo canarios se presenta una vez más dividido, una situación que el Partido Nacionalista Canario (PNC) quiere solventar. Ayer, el presidente del PNC, Juan Manuel García Ramos, adelantó que pedirá una "mesa por la unidad" para tratar de reunificar el nacionalismo, algo que juzga "impostergable".