La posibilidad de que el diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo pueda favorecer la investidura de Rajoy abre un nuevo escenario político en la alianza electoral entre la formación nacionalista y el PSOE. Quevedo garantiza que en absoluto dará su 'sí' al líder del PP, pero que si Pedro Sánchez no tiene la oportunidad de volver a presentarse para la Presidencia tendrá que sentarse con los socialistas para decidir qué hacer y la abstención del diputado de NC no está descartada.

Esta hipótesis corrió como un reguero de polvora por todo el país en la resaca postelectoral del 26-J y Quevedo se ha convertido en protagonista, hasta tal punto que ya algunos medios de comunicación le sitúan como el diputado que puede darle o quitarle la mayoría necesaria al PP para seguir gobernando. El dirigente nacionalista es contundente y advierte que no está por la labor de que haya unas terceras elecciones porque se dé un nuevo bloqueo político en el Congreso, por lo que si llegado el caso hay que replantearse la situación se discutirá con el PSOE y será la ejecutiva de NC la que decidirá la posición definitiva de Quevedo.

Los socialistas no quieren ni oir hablar de que su aliado pueda terminar por favorecer que Mariano Rajoy sea elegido presidente del Gobierno. Tanto el diputado electo por Las Palmas Sebastián Franquis como el portavoz del comité electoral federal del PSOE, Antonio Hernando, creen que el acuerdo entre ambas fuerzas se cumplirá: "no sé en base a qué cuentas está haciendo esta hipótesis el señor Quevedo, pero el señor Rajoy que empiece a echar números". En cualquier caso, la Ejecutiva Federal del PSOE reunida ayer en Ferraz reiteró que los socialistas no van a propiciar que el líder del PP sea elegido presidente ni por activa -votando a favor- ni por pasiva -absteniéndose en la votación-, lo que implica también a Nueva Canarias.

Pedro Quevedo es partidario de que sea Rajoy el que intente formar gobierno en primer término y espera que no rehúse de nuevo cuando se lo pida el Rey. Quevedo advierte que NC es "seria" en sus acuerdos, que pasan por votar a favor de la investidura de Pedro Sánchez y no respaldar a Rajoy. Sin embargo, en el acuerdo no está contemplado una hipotética abstención, escenario que habrá que valorarlo en función de los acontecimientos que se vayan sucediendo tras la constitución del Congreso el próximo 19 de julio.

Quevedo está molesto con las insinuaciones realizadas ayer por la diputada electa de Coalición Canaria, Ana Oramas, para que el parlamentario de NC su sume a un posible respaldo al PP en el caso de que se alcance un acuerdo de investidura en el Congreso. "No vamos a hacer cosas raras. Aquí no hay ningún acuerdo entre Ana Oramas y Pedro Quevedo ni nada que se le parezca, es totalmente falso y no comparto esas palabras de Oramas", agrega el dirigente de NC.

El también concejal y segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de la capital grancanaria se ha convertido en centro de atención mediática y su teléfono ayer echaba humo. Reconoce estar sobrepasado por toda la situación que se ha generado porque lo que menos pensaba es que fuera a convertirse en el diputado que dé o quite un gobierno a España.

Pero este rocambolesco escenario podría ser la puntilla para la alianza electoral entre el PSOE y Nueva Canarias tras dos convocatorias consecutivas en las que han mantenido el tipo en la provincia de Las Palmas, aunque en Santa Cruz de Tenerife no se han podido mantener igual en esta última cita electoral. Las bases del acuerdo es que el PSOE asume a nivel federal las agenda canaria de NC a cambios de que los nacionalistas respalden a Pedro Sánchez como presidente. A tenor de la ambigüedad que utiliza ahora Quevedo, se vislumbra que los nacionalistas pueden quedar desvinculados de este compromiso si Sánchez no tiene ninguna opción de volver a optar a la Presidencia del Gobierno.

Resistencia frente a Podemos

Tampoco en Canarias hubo sorpasso tras los resultados de los comicios generales del domingo. La sangría de votos experimentada por los socialistas el 20 de diciembre en las Islas se frenó en esta nueva cita electoral, sobre todo en la provincia de Las Palmas. El PSOE venía de perder casi 13.000 votos en el Archipiélago con respecto los comicios generales de 2011, la mitad de ellos en la isla de Gran Canaria debido al fuerte empuje de Podemos por la izquierda y la resistencia del PP por el centro derecha.

En seis meses de convulsión política los socialistas ganan 3.665 votos en la provincia de Las Palmas en relación al 20-D, de los que 2.795 sufragios son en Gran Canaria, isla en la que más pierde Unidos Podemos. A nivel regional, el PSOE obtiene el 22,5% de los apoyos del electorado -220.152- frente al 21,97% de hace seis meses, lo que supuso 218.413. Estos 1.739 votos vienen de la diferencia con la provincia de Santa Cruz de Tenerife, en el que los socialistas bajaron cerca de 2.000 votos, suficientes para dejar sin escaño a Francisco Hernández Spínola y bajar la representación de cuatro a tres parlamentarios en el Congreso.

Aunque en Gran Canaria el PP gana en todos los municipios excepto en La Aldea de San Nicolás, el PSOE suma casi 3.000 votos más en la isla gracias sobre todo al incremento de respaldos en la capital grancanaria, epicentro que aupó a Podemos a convertirse en la gran sorpresa de los comicios de hace seis meses. La tortilla se vira ahora en favor del bipartidismo clásico y el PSOE vuelve a convertirse en el principal rival político de los populares en las Islas.

El mapa político fragmentado que tienen las islas de la provincia de Las Palmas no es el mismo que en las islas occidentales, en las que la pugna clásica entre populares y socialistas sigue vigente frente a los partidos emergentes. La isla donde más pierde respaldos es Tenerife ya que el PP gana votos en feudos tradicionales en el sur y suroeste. De 88.872 sufragios pasa a 87.846 en este periodo, es decir, un millar de votos menos.

La relación de fuerzas entre Gran Canaria y Tenerife provoca que los socialistas pierden un escaño a la Cámara Baja pero, sin embargo, gane un senador por Gran Canaria, aunque en este caso se trata de la dirigente de NC María José López, recuperando lo que fue un asiento que conservó durante varias legislaturas el socialista Arcadio Díaz Tejera.

La ola del PP llega a todas las islas y a la gran mayoría de los municipios, dejando en muchos de ellos al PSOE en segundo lugar a excepción de las islas más orientales -Lanzarote y Fuerteventura- en las que Podemos deja de ser la fuerza más votada pero se mantiene en la segunda posición. La mayor alegría de los socialistas la noche del 26-J no sólo fue evitar que Unidos Podemos les superara como partido referente de la izquierda, sino remontar en votos aunque la formación morada en Las Palmas de Gran Canaria se mantiene en segundo lugar. En la capital los socialistas ganan más de 3.000 votos con respecto a diciembre, lo que les da más confianza a la hora de encarar los procesos congresuales que se avecinan.