Mariano Rajoy quiere empezar con buen pie el complejo proceso de negociaciones para tratar de mantenerse en La Moncloa. El líder del PP, presidente en funciones y más que probable candidato a la investidura tras las elecciones del pasado domingo, ha buscado la complicidad de los nacionalistas canarios de CC, sus ex socios en las Islas y antiguos aliados en Madrid durante la dos legislaturas de José María Aznar como presidente, para iniciar la ronda de contactos con los partidos políticos en busca de una mayoría parlamentaria que le permita formar gobierno. Única formación política que ha anunciado clara y directamente su disposición a apoyarle y expresado su deseo de que haya gobierno cuanto antes, CC es vista por el PP y por el propio Rajoy como un partido amigo que puede ayudarle a romper el aislamiento que el resto de formaciones ha forjado en torno al candidato popular. Rajoy ha convocado a los nacionalistas canarios para el martes próximo en La Moncloa en la primera de las reuniones con las que explorará la disposición de líderes políticos y fuerzas parlamentarias a alcanzar acuerdos que acaben con el actual periodo de bloqueo político e interinidad del Ejecutivo.
La investidura
El líder del PP optó ayer para ponerse en contacto con CC por llamar directamente al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, pese a que éste no ostenta ningún cargo orgánico en la formación nacionalista. En una conversación de "apenas unos minutos", según fuentes de CC, Rajoy trasladó al presidente canario su intención de iniciar esos contacto en busca de la investidura y le emplazó a una primera reunión en La Moncloa. Clavijo comunicó a Rajoy que trasladaría la convocatoria a los órganos de CC para decidir las personas que deberían asistir a esa reunión y en su caso nombrar al grupo negociador con el PP. La dirección nacionalista mostró ayer su sorpresa por el hecho de que Rajoy llamara Clavijo, que no ostenta ningún cargo orgánico en la Ejecutiva de CC, y no a José Miguel Barragán, como presidente del partido, y a Ana Oramas, diputada electa por Santa Cruz de Tenerife y a la postre quien tendrá que dar o negar el voto en el Congreso.
El líder del PP tiene intención de contactar con el resto de formaciones políticas y sus respectivos líderes en los próximos días y mantener esas reuniones exploratorias a partir de la del martes con CC antes de, en su caso, nombrar una comisión negociadora para analizar las propuestas de posibles acuerdos. La formación canaria es la única que hasta ahora se ha mostrado dispuesta a apoyar a Rajoy si asume una serie de compromisos con Canarias, pero sin expresar hacia él mismo ningún tipo de reparo. Tanto el PSOE como Ciudadanos, los dos partidos de los que depende en última instancia la investidura, han rechazado ese apoyo, en el primer caso al PP en su conjunto, y en el segundo a la figura del propio Rajoy como candidato. Con todo, aunque CC no veta a Rajoy, Oramas sí pronosticaba el pasado miércoles que el que sí plantean los socialistas y la formación naranja obligará al PP a presentar otro candidato a la investidura después del verano.
En todo caso, la convocatoria a esa reunión del martes en La Moncloa coloca a la federación canaria en un lugar de mucha visibilidad política en estos prolegómenos del proceso de negociaciones para intentar el desbloqueo en el Congreso tras la frustrada investidura del socialistas Pedro Sánchez después del 20D y la repetición de elecciones el pasado domingo. Los dirigentes de CC debatían ayer por la tarde el tipo de reunión que quieren mantener con Rajoy y el perfil de representación que quieren enviar a Madrid dado que se trata de un primer contacto sin entrar aún en la negociación propiamente dicha. Fuentes nacionalistas señalaron que será la dirección de CC quien decidirá qué dirigentes irán a esa reunión, sin descartar que el propio Clavijo sea uno de ellos.
La diputada tinerfeña dijo ayer que "es inadmisible que haya unas terceras elecciones y por eso vamos con voluntad de diálogo y con sentido de Estado", aunque advirtió que el hecho de que "no haya vetos a nadie" o que apuesten claramente por alcanzar acuerdos no convierte esa reunión en una garantía de apoyo. "Esto no va a ser un contrato de adhesión, porque el PP tiene que modificar muchas de sus políticas si quiere nuestro apoyo", advirtió Oramas, quien también pidió "altura de miras" a las demás formaciones con representación parlamentaria.
