La economía crece en las Islas pero los índices de desigualdad se acentúan. Lejos de reducirse, la convergencia en términos de renta y de indicadores sociales entre Canarias y el resto del país se incrementa a tenor de los datos socioeconómicos más recientes que recoge la realidad de muchos hogares de las Islas. El último informe de coyuntura del Consejo Económico y Social (CES) refleja que indicadores como los de renta disponible de las familias, gasto de los hogares, pobreza, exclusión social o dificultades de los autónomos son más preocupantes en las Islas que en el resto de las comunidades autónomas y que la media nacional. De esta forma se consolida la percepción de que la actividad económica se recupera en el Archipiélago, pero se trata de un crecimiento desigual que se cronifica en función de la renta y los estratos sociales.
El análisis de la renta disponible en los hogares calibra el nivel de gasto de los mismos y concluye que el nivel actual de las familias canarias se aproxima más a la renta de hace una década, es decir, a la de 2005. Sin embargo, a nivel nacional en este indicador el retroceso es a niveles de 2007. El descenso ha sido continuo en términos reales desde el año 2010 tanto en España como en Canarias, aunque en las Islas la renta disponible total de los hogares es sistemáticamente inferior a la media nacional. Por ello a las familias isleñas les está costando más salir de la crisis en comparación con el resto del territorio nacional.
En términos de renta las medias estadísticas esconden una realidad más tangible y es la fractura cada vez más profunda entre las rentas altas y las bajas, germen principal de la desigualdad que se ha agudizado después de siete años de recesión. En 2014 y 2015 hubo un incremento de los ingresos de las familias debido a la mejora económica pero el comportamiento no fue igual para todos los hogares, ya que, según los análisis estadísticos realizados, la evolución favoreció más a las rentas medias y altas que a lo hogares más desfavorecidos, cuya situación incluso ha empeorado como consecuencia de las dificultades para conseguir un empleo estable y, sobre todo, bien remunerado. En este punto se comprueba también que el escenario en Canarias es similar al del resto del país y es que la crisis se ha cebado mayoritariamente en la escala social más baja, mientras que las rentas más altas lo están teniendo más fácil para recuperar su poder adquisitivo.
Al cierre de 2015 el gasto medio por hogar en Canarias se situó en 23.372 euros, frente a los 27.419 de media nacional. Por persona el gasto fue de 9.009 euros en las Islas y en España alcanzó los 10.960 euros. Las prestaciones sociales sirven de colchón para amortiguar los bajos ingresos que perciben miles de familias. En el caso de las Islas las distintas ayudas públicas suponen unos 2.000 euros más de renta al año, al pasar de 20.169 a 22.391 euros al año, frente a los 26.624 euros de media estatal.
Los datos socioeconómicos del CES reflejan que en Canarias se está generando renta como consecuencia de la mejora de la actividad económica, sobre todo desde 2014, pero sin embargo esa renta se está quedando en menos manos de lo que sería deseable para que haya un reparto más equitativo de la riqueza generada y que el crecimiento alcanzara a todos los grupos sociales por igual.
La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) revisó las previsiones de crecimiento para las comunidades autónomas para el año 2016 en su informe publicado el pasado mes de febrero. Su principal conclusión es taxativa: la brecha entre las comunidades autónomas más ricas y las más pobres se ampliará en 2016. Y para no variar Canarias se encuentra en el pelotón de las regiones que menos crecen, pese a la situación inmejorable en la que se encuentra el sector turístico.
Para Funcas Canarias está inmersa en una doble espiral de difícil solución: incertidumbre y contradicción. La incertidumbre de un resultado de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) sujeto, por un lado, al desfavorable comportamiento de los indicadores de actividad y demanda y, por otro lado, la positiva evolución del empleo, con un importante crecimiento conforme a los resultados de la EPA. La contradicción está fundamentada en que la mayoría de las comunidades con un importante potencial turístico presentan una mejor evolución que el resto pero, sin embargo, en Canarias el notable desarrollo que está protagonizando el sector no termina de supone un impulso suficiente para la creación de empleo.
El crecimiento que prevé Funcas para este año es de un débil 1,9%, el más bajo junto al de Cantabria. Según el análisis realizado por la entidad, la cifra supone una rebaja de tres décimas respecto a las anteriores previsiones por el deterioro mayor de lo previsto en el último trimestre de 2015 de la industria y la construcción. El PIB per cápita, que el año pasado creció menos que la media nacional, volverá a quedarse atrás. Se prevé un repunte de la tasa de paro hasta el 28,7%, la segunda más alta de las comunidades autónomas, coincidente con las previsiones del Gobierno canario en los presupuestos de 2016.
Uno de los principales detonantes de este freno en el crecimiento es que, según Funcas, los servicios ralentizarán su ritmo en prácticamente todas las comunidades mientras que, sin embargo, la industria ganará fuerza en la mitad. La construcción también cobrará impulso de muchas de las regiones españolas. La configuración de la economía canaria, basada en el sector servicios, vuelve a pasar factura a la actividad mientras que la industria no termina de despegar en las Islas.
