Usted lleva años denunciando la realidad de los niños soldados ¿Estamos mejor o peor que cuando llegó a África en los años noventa?
En el último año o año y medio hay un repunte del número de niños y niñas que son utilizados como soldados en todo el mundo debido a movimientos como el Daesh (el autodenominado Estado Islámico) en Siria, Afganistán o Libia; Boko Haram en Nigeria, Nigeria, Camerún y Chad o la guerra de Sudán del Sur. Nunca podemos saber el número exacto de cuántos menores son utilizados porque muchos mueren en batalla o porque no hay registros y cada vez es más difícil llegar a los campamentos de estos grupos que utilizan a los niños y niñas para verificar si están allí.
¿Cómo están actuando los gobiernos de los países africanos y de las naciones occidentales ante esta problemática?
Estamos trabajando mucho con los países africanos para que los gobiernos no tengan en sus ejércitos a menores. Hasta hace poco había países que permitían que hubiesen niños soldados en sus tropas y poco a poco se está avanzando en esta línea. Aunque hayan muchos elementos jurídicos y declaraciones y conferencias organizadas por los países occidentales la realidad es que detrás de cada conflicto que hay en África hay materias primas que interesan a Occidente: el coltán de la República Democrática del Congo, el petróleo de Sudán del Sur, el uranio o el tráfico de drogas y personas en el norte de Mali. ¿Quiénes se están beneficiando de estas guerras y las consiguiente materias primas a precios irrisorios? Pues casi siempre empresas occidentales a las que les conviene sostener estos conflictos porque así pueden vender sus productos más baratos.
¿Qué papel juega el tráfico de armas?
Los conflictos se mantienen también porque hay tráfico de armas tanto legal como ilegal. Las armas que se utilizan en África son fabricadas en Occidente y no olvidemos que España es uno de los principales vendedores de armas ligeras y de munición al África negra. Pese a que hay una ley que prohíbe la venta de armas a países que no sean democráticos y que no cumplan con los derechos humanos sabemos que Libia fue comprador de armas; que este año Arabia Saudí fue el principal cliente de España en este tráfico y que también se están vendiendo muchas armas a Marruecos a pesar de su conflicto abierto con el Polisario, Israel y Venezuela, país al que se vende material antidisturbios. Es un negocio para estos países y con eso quiero decir que hay un discurso oficial de lucha contra los niños soldados pero en la práctica no se están poniendo los medios para terminar con este fenómeno.
Es decir, que la doble moral sigue imperando en los gobiernos occidentales.
Efectivamente, impera en todo Occidente y sobre todo con respecto a África, donde siempre es así.
¿Cree que se está dando una imagen demasiado negativa de África cuando Canarias y España están tan cerca del continente?
Es verdad, pero también habría que preguntarse los motivos por los que surgen este tipo de movimientos como Boko Haram o el Daesh tras la guerra de Irak y qué intereses hay detrás. De todas formas África no es solamente esto, solo nos acordamos de este continente para cosas negativas cuando están surgiendo muchas ONG africanas que están tratando el tema de los niños soldados, la resolución de conflictos, ayudas en casos de hambrunas o inundaciones, etcétera. Hay un movimiento civil muy fuerte que intenta dar soluciones africanas a los conflictos y creo que es muy interesante porque se trata de gente joven y preparada. Las redes sociales tienen mucho que ver y poco a poco las cosas están cambiando.
Usted ha sido misionero y es periodista ¿se complementan las visiones religiosa e informativa sobre la realidad africana?
Para lo que estoy haciendo ahora de informar y hablar sobre África antes tuve la oportunidad de vivir muy dentro del continente con comunidades, poder viajar, moverme y poder estar en momentos muy difíciles en diferentes conflictos. Gracias a eso ahora me puedo mover por distintas partes de África y saber mejor lo que está pasando para contarlo y prevenir que los menores entren en estos grupos.
¿Hay diferencias entre los niños soldados africanos y los que se han reclutado en las guerrillas de los países latinoamericanos?
Las guerrillas latinas tienen un fuerte componente ideológico y es la principal diferencia con las guerrillas africanas, que buscan más el poder y el control de las materias primas. Es verdad también que las FARC de Colombia han ido perdiendo este aspecto ideológico y se han convertido en una narcoguerrilla. Ahora mismo las ideologías son cada vez más débiles y cuentan más el poder y el dinero.
¿Están haciendo lo suficiente las principales organizaciones internacionales como la Unión Africana, ONU o UE?
El problema de estos organismos es que no tienen ningún poder coercitivo ni son respetados. Tanto la ONU como la Unión Africana tienen normas que pueden impedir el reclutamiento de niños soldados, entre ellas la carta de derechos y deberes del niño africano que prohíbe expresamente que los menores sean reclutados. Desde que entró en vigor en 1999 muchos conflictos han habido y muchos niños han sido captados y han muerto en los conflictos armados. A nivel internacional está todo regulado pero no hay voluntad para aplicar las normas. Con esto no quiero decir que Unicef no esté realizando un gran trabajo, pero hace falta mucho más.
