En este 8º aniversario que se cumple hoy de la evitable tragedia del vuelo JK5022, ocurrida en el aeropuerto de Barajas, la AVJK5022, constituida con el único objetivo de lograr verdad y justicia, organiza actos conmemorativos en Madrid y Las Palmas de Gran Canaria para reafirmar, otro año más, su firme voluntad de seguir en una lucha que parece no tener final.
Muchos canarios de origen o residencia subieron a bordo de ese fatídico vuelo para no regresar con vida a Gran Canaria, que se estremeció de dolor cuando fueron llegando inertes a descansar para siempre en la tierra donde nacieron o los había acogido.
La AVJK5022, que presido desde hace ya más de siete largos años, nunca se ha rendido, nunca ha perdido la esperanza de que tarde o temprano terminaría por resplandecer la verdad. Hace unos pocos días, por fin, un órgano judicial se atrevía a aplicar la normativa comunitaria e internacional que protegen los derechos de los pasajeros del transporte aéreo. Y lo hacía en respuesta a un recurso de la aseguradora Mapfre, disconforme con la condena en primera instancia, que la obligaba a pagar intereses de demora por retrasarse en el pago de las indemnizaciones más de siete años, tal y como establece esa misma normativa que debió haber hecho: seis meses después de ocurrido el accidente.
¿Por qué es tan importante esa sentencia? Las víctimas y sus familias han pedido insistentemente una condena explícita de responsabilidad, aunque la vía judicial parcialmente haya condenado a la aseguradora a reparar el daño sufrido y también que se aplicara la normativa comunitaria e internacional del Convenio de Montreal - publicado en el BOE del 20/5/2004 - específica de los pasajeros del transporte aéreo.
Más allá del aspecto econó- mico, que a la gran mayoría de familias y supervivientes les repele y avergüenza que la sociedad crea que esta tragedia es una cuestión de dinero, en mi caso ni siquiera eso: no soy heredera legal de mi sobrina y, en consecuencia, ni he litigado, pero sí que lo he hecho como presidenta de la asociación por lo que considero esencial: crear un referente en España que podía resumir en dos puntos:
Primero: Conseguir que las compañías aéreas que no cumplan con los estándares de seguridad no puedan asegurarse y, en consecuencia, transportar personas y, por tanto, que no salga "gratis" morir en un accidente aéreo.
Segundo: Que las víctimas que tengan la desgracia de sufrir un accidente aéreo, sus familias no tengan que pasar por el mismo calvario que nos ha tocado recorrer a nosotros, para llegar a ese referente que ahí queda.
Nunca hemos comprendido el empecinamiento de los jueces por aplicar el baremo de accidentes de tráfico para reparar el daño causado en la catástrofe aérea más grave de los últimos 31 años en España y, una vez más, como sociedad civil comprometida con la memoria y el recuerdo de 154 ausentes, hemos tenido que hacer el trabajo que no nos correspondía, porque el Estado que debería habernos protegido y amparado, como en toda esta tragedia, se volvió ciego, sordo y mudo.
Que nadie crea que pueden siquiera consolarnos con todo el oro del mundo por una sola vida perdida por la negligencia de quién debió asegurarse que el MD-82 Sumbreeze estaba en condiciones de volar aquel 20 de agosto de 2008, porque se estará equivocando. ¿Pueden imaginar correr desesperadamente para llegar hasta donde había una lista de 18 supervivientes pegada a la pared, la madrugada del día 21 para enterarte de la muerte de tu familiar? A las familias que llegaron de Canarias les dijeron minutos antes de aterrizar en Madrid que los llevaban a Ifema sin más explicaciones?Eso, les aseguro, marca para siempre.
Desde 1985 - accidente en Bilbao-Monte Oiz- hasta el 20 de agosto de 2008, España no consideró necesario tener planificada la asistencia a víctimas. La AVJK5022 se encargó de que lo tuviera en 2013 y también de un Protocolo de Protección Civil inexistente hasta entonces. Además fundó la Federación Internacional de Víctimas de Accidentes Aéreos y sus Familias en 2015, que ha sido reconocida por la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) el 29 de febrero de 2016, siendo la primera vez en sus 72 años de historia que las víctimas están presentes en esa agencia de la ONU encargada de la normativa de aviación civil en el mundo.
Pero debemos seguir adelante, no es suficiente, hay que seguir trabajando para que se abran otras puertas en España, como por ejemplo:
-Implantar una cultura preventiva de Seguridad Aérea mediante un cuerpo de inspectores que supervise el cumplimiento de la normativa, un mayor control sobre las licencias, formación, mantenimiento y los manuales de las compañías aéreas.
-Asegurar el cumplimiento de los planes de emergencias en los aeropuertos, con la realización de simulacros.
-Establecer herramientas en las torres de control de los aeropuertos de localización de siniestros dentro de los aeropuertos.
-Lograr Investigaciones independientes, veraces y creíbles para los ciudadanos.
-Cumplir el derecho de los pasajeros para que las pólizas de cobertura de las compañías aéreas se dediquen íntegramente a reparar el daño causado.
Y por supuesto, la más importante de todas: que la verdad salga a la luz y la justicia actúe sobre los responsables de la tragedia del vuelo JK5022. Ese es el trabajo, el esfuerzo y el legado que dejan a la sociedad, en general, y a Gran Canaria, en particular, 154 muertes inexplicables y lesiones en otras 18 y que, por mi parte, seguiré defendiendo mientras la salud y las fuerzas, no me abandonen?.
Por ellos, que están en algún lugar? Siempre en nuestros corazones?
