El PP afrontaba ayer un complicado día después de la renuncia de José Manuel Soria al puesto de director ejecutivo en el Banco Mundial y trataba de minimizar daños tras reconocer internamente el error de esa designación por parte del Ministerio de Economía, y comprobar que el asunto ha afectado de manera grave al propio líder del partido, presidente del Gobierno en funciones e hipotético aspirante a una nueva investidura, Mariano Rajoy. La convicción de una gran mayoría de los dirigentes populares de que en la designación de Soria se ha actuado con torpeza en el partido y en el Gobierno, incomprensible teniendo en cuenta el actual contexto político, ha abierto una guerra de reproches en la que muchos apuntan hacia el ministro de Economía, Luis de Guindos, y en parte hacia la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, aunque otros también se sorprenden por la torpeza del líder. Mientras tanto, se van conociendo nuevos detalles del proceso que inciden en el carácter político de la elección del exministro para el puesto.
Pese a que oficialmente el PP daba ayer por zanjado el asunto y por cerrada la polémica, aplaudiendo la renuncia de Soria, y que el propio Rajoy evitó hablar de ello en su única comparecencia pública en un acto en Madrid, tanto el partido como el Gobierno se mostraban preocupados por la sensación de que este nuevo caso Soria puede dejar secuelas importantes. Una mayoría no entiende cómo De Guindos ha gestionado tan torpemente el proceso de designación del canario para el puesto en el Banco Mundial, y que además haya dado pie a involucrar directamente a Rajoy avalando el procedimiento.
Según distintas fuentes, muchos dirigentes populares consideran que el titular de Economía ofreció a Rajoy una versión distorsionada sobre ese proceso, lo que llevó a éste a comprometerse en la defensa de Soria para el cargo. Esa defensa del presidente del Gobierno en funciones hacia su amigo y ex miembro del Consejo de Ministros le ha colocado en una posición muy difícil porque, asumiendo la versión de Economía de que se trataba de una "designación administrativa mediante un concurso para funcionarios", ha repetido las falsedades con la que el ministerio trató de liquidar la polémica designación. De esta forma, para la oposición y para una gran mayoría de la opinión publica, el caso Soria sobre el Banco Mundial ha pasado a ser el "caso de las mentiras de Rajoy y de De Guindos", según resumían ayer distintos portavoces parlamentarios.
Todos los grupos del Congreso se unieron ayer para defender la convocatoria de un pleno la próxima semana para que De Guindos explique una designación que consideran "ha perjudicado la imagen de España". El PP tiene en su mano ahora, a través de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, admitir que ese pleno se celebre antes de las elecciones vascas y gallegas del próximo día 25.
El hecho de que la rectificación de Rajoy para pedir a Soria su renuncia se haya producido tras las críticas de muchos dirigentes confirma que el asunto ha abierto una crisis en sus filas y deja tocada la figura del propio líder. En el contexto de una recién perdida sesión de investidura y de un proceso en marcha para tratar de acabar con el bloqueo político para la formación de un Gobierno, el caso Soria podría estar cerrando la última puerta a Rajoy para seguir en La Moncloa. A la vista de la reacción de Ciudadanos, el socio con el que pactó el apoyo a la fracasada investidura (además de CC), parece difícil cualquier posibilidad de acuerdo futuro con el PP si no cambia de candidato.
Mientras tanto, se conocen nuevos datos que aumentan el cuestionamiento de la versión del Gobierno sobre el proceso de designación de Soria y sobre la naturaleza del mismo. Así, según publica el periódico digital El Confidencial, De Guindos suspendió una primera convocatoria de la plaza en el Banco Mundial para permitir que Soria pudiera presentarse a ella tras su dimisión como ministro en abril. La primera convocatoria, difundida únicamente entre el cuerpo de técnicos comerciales y economistas del Estado, se produjo el 1 de enero y afectaba a seis plazas en diferentes instituciones financieras internacionales. Dos de ellas se resolvieron en marzo, pero las restantes se paralizaron. Para el caso de la de director ejecutivo del BM, una segunda convocatoria de abrió el 28 de junio, dos días después de las elecciones del 26-J. Con Soria ya dimitido, esta nueva convocatoria le permitió presentarse. Varios medidos difundieron entonces que el exministro aspiraba al puesto y que virtualmente estaba ya adjudicado, lo que De Guindos desmintió. Soria habló con Rajoy, le anunció su aspiración y se apuntó a un curso en Harvard. El pasado viernes, sólo dos minutos después de fracasada la investidura de Rajoy, Economía anuncia la designación de Soria, a la que el canario renunció el martes tras pedírselo el propio líder del PP.
