"No pienso dimitir, en absoluto, y haré todo lo posible por cumplir con la estabilidad presupuestaria sin recortar ningún servicio a los ciudadanos". El socialista Jesús Morera, consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, dejó claro ayer que afrontará el reto de reequilibrar las cuentas de su departamento, para evitar así que lleven a las de la Comunidad Autónoma a sobrepasar el techo del déficit que exige el Estado, y que no dará "un paso atrás". Fue su primera respuesta al aluvión de críticas que ha recibido después de que el propio Gobierno de Canarias -del que forma parte -admitiera la existencia de un importante desvío presupuestario que ponía en riesgo algunos servicios de la Sanidad pública canaria y del que llevaba advirtiéndole desde febrero.
Morera aseguró que los desvíos presupuestarios han sido una constante en la Sanidad y rechazó que este nuevo desajuste haya sido producto de la mala gestión de su equipo. Lo atribuyó a la puesta en marcha de actuaciones que habían quedado pendientes de los años 2014 y 2015, a la devolución de días libres a los trabajadores públicos, a la mejora en general de las condiciones de las plantillas de los centros, a la atención a los inmigrantes y a la necesidad de hacer frente al tratamiento de los pacientes con Hepatitis C. "El año pasado hubo un déficit de 132 millones en los centros sanitarios y este año se prevé que alcance los 142 millones. Es imposible pensar que este año se gastara menos, más aún cuando el ejercicio arrancó con 122 millones de euros menos. Estoy muy orgulloso del trabajo de mi equipo", indicó.
El consejero también fue claro a la hora de lamentar cómo se había manejado esta crisis. Sin aclarar a quién se refería, aunque dejando entrever que era a la parte nacionalista del pacto de gobierno, aseguró: "No entiendo por qué se ha aireado de esta forma esta situación, por qué se ha tergiversado tanto y se ha querido culpabilizar. Se han aireado cosas más de la cuenta".
Peticiones de dimisión
En su regreso de las vacaciones, Morera iba a aclararlo por la tarde en su comparecencia en el pleno del Parlamento de Canarias pero se pospuso a hoy al no dar tiempo para abordar el asunto. Sin embargo, aún cuando Morera no tuvo tiempo de dar detalles, la delicada situación de la financiación sanitaria copó gran parte del debate de ayer en la sede de Teobaldo Power. Nueva Canarias pidió la dimisión de Morera por su "mala gestión", el PP solicitó que el Gobierno asumiera las consecuencias y Podemos vio "un nuevo intento de privatización". Mientras, el presidente del Ejecutivo, el nacionalista Fernando Clavijo, reiteró que la desviación presupuestaria de este año en el gasto sanitario "podría poner en peligro la estabilidad económica y financiera" de la Comunidad Autónoma pero matizó que esto no quería decir que estuviera responsabilizando al consejero ni a nadie en concreto. "No estamos satisfechos con la gestión de la Sanidad pero lo exponemos abiertamente, en un ejercicio de transparencia, y nos comprometemos a resolverlo. Lo que nos preocupa por encima de todo es la situación de los pacientes. Y lo vamos a arreglar", subrayó.
Clavijo también respondió a las críticas de María Australia Navarro (PP), Román Rodríguez (NC) y Noemí Santana (Podemos), de que aún habiendo más recursos que otros años las listas de espera y los servicios en general empeoran. El presidente canario lo hizo acusándolos de "intentar politizar" un asunto tan delicado y complejo como la Sanidad para sacar rédito electoral. Y aprovechó para enfatizar que no va a haber recortes en los presupuestos regionales de 2007, ni en Sanidad ni en ninguna otra materia.
En medio de la lluvia de críticas, los socialistas canarios salieron en defensa de su colega Morera, empezando por la vicepresidenta del Ejecutivo, Patricia Hernández, quien dijo que el partido que sí recortó inversiones en Sanidad, cuando la gestionó, fue el PP de José Manuel Soria y Mercedes Roldós. "Aquí en Canarias abrimos hospitales públicos; en Madrid, los privatizan".
Apoyo de los socialistas
La presidenta del Grupo Parlamentario Socialista, Dolores Corujo, y el portavoz, Iñaqui Lavandera, exigieron al Gobierno "más recursos y un compromiso real, pues el PSOE no va a permitir el desmantelamiento de la sanidad pública canaria". Calificaron a Morera como "el mejor consejero de Sanidad" que ha tenido Canarias y aseguraron que los problemas vienen de la mala gestión desde hace décadas. Las críticas desde la parte nacionalista, especialmente de Fernando Clavijo, que han desatado una nueva grieta en el pacto con el PSOE, también merecieron un comentario de Corujo y Lavandera. Ambos las tildaron de "inadecuadas".
El secretario de Organización del PSOE de Canarias, Julio Cruz, también se sumó al respaldo a Morera. En un comunicado de prensa, Cruz señaló que "incluso si se confirmara una desviación, entraría dentro de los parámetros normales de ejecución presupuestaria de los últimos años". Asimismo, señaló que el problema de la Sanidad en Canarias "tiene en el PP a su mayor responsable, tanto por sus años de gestión en Canarias como por el abandono al que nos ha sometido el Gobierno de España en estos cinco años". Por ello, remarcó que debe ser una prioridad del Ejecutivo regional exigir para las Islas la deuda de más de 1.200 millones de euros que acumula el Gobierno de Rajoy en estos cinco años en materia sanitaria "y lograr una financiación justa que permita poner a los personas en el centro del sistema".
Llamamiento a la movilización
- La Asociación en Defensa de la Sanidad Pública Canaria hizo ayer un llamamiento "a la movilización ciudadana" ante los recortes anunciados en el área sanitaria por el Gobierno canario y pidió la dimisión de su presidente, Fernando Clavijo (CC), y del consejero del área, Jesús Morera (PSOE). Fuentes de la Asociación indicaron que, según se comunicó a los sindicatos tras la reunión celebrada entre el presidente, el consejero y los gerentes de los centros públicos, había que reducir 11 millones en personal, algo que consideran que se trató de "suavizar de forma ladina" con un recorte del 30 % en incentivos para directivos. Para la Asociación, los recortes suponen un "auténtico atraco a los escasos recursos materiales y humanos" de la sanidad pública canaria, pues además implicarán la no sustitución de las bajas laborales y no cubrir jubilaciones ni vacaciones.
