La Sección Sexta de la Audiencia de Las Palmas, con Emilio Moya como ponente, ha impuesto cuatros años de prisión a un subinspector de la Policía Canaria y otros tres años a un agente por falsear unas diligencias que perjudicaron a un detenido durante la celebración en 2013 de los Carnavales de Las Palmas de Gran Canaria.
La sentencia, que es recurrible ante el Tribunal Supremo (TS), castiga con cuatros años de cárcel al subinspector C. M. S. D. como autor de un delito de falsedad en documento oficial. También le condena a pagar una multa de 450 euros como autor de una falta de lesiones.
El agente L. J. R. M., que actuó bajo las órdenes del subinspector, también ha sido condenado por amañar el atestado policial, aunque a un año de cárcel menos que su superior. Ambos fueron acusados por la Fiscalía de un delito contra los derechos individuales, pero la Audiencia de Las Palmas les ha absuelto de este último cargo.
La Sección Sexta también condena a los policías H. L. C. y F. A. P. G. por el mismo delito, pero sólo a penas de nueve meses de prisión, al tiempo que se les exculpa del delito de denuncia falsa por el que también fueron juzgados.
Todos han sido inhabilitados para ejercer durante el tiempo de sus condenas empleos o cargo públicos que estén relacionados con funciones de seguridad, tal y como solicitó la fiscal Beatriz Sánchez en sus conclusiones finales. La simulación de las lesiones para perjudicar al detenido fueron investigadas por el Juzgado de Instrucción número 3 de la capital grancanaria, cuyo titular, Tomás Martín, llegó a decretar el secreto de sumario ante las presiones desatadas en el cuerpo de seguridad autonómico para depurar responsabilidades. H. L. y F. A. han sido condenados a penas inferiores porque revelaron lo sucedido y colaboraron con el juez.
La Audiencia considera que estos cuatro policías participaron en el amaño de la acusación que se formuló contra un supuesto traficante que opuso resistencia, con la finalidad de imputarle un delito de atentado a la autoridad inexistente. Los hechos ocurrieron durante la madrugada del 10 de febrero de 2013.
H. L. C. y F. A. arrestaron al presunto camello y le condujeron a la comisaría. El subinspector les hizo pasar a su despacho y ordenó a L. J. R., que ejerció de secretario, apagar la luz del cuarto. Luego, con un objeto no identificado pero punzante, tipo bolígrafo, le hizo varios "arañazos" a H. L. C. tras agarrarlo por el cuello. Después los mandó al médico para que emitiera un parte de lesiones. Los agentes fueron, pero denunciaron los hechos al día siguiente.
