Rita Barberá aún no ha hecho acto de presencia en las dependencias del grupo Mixto del Senado, donde acaba de integrarse tras abandonar el PP y la disciplina de esa bancada, y ya es la reina del lugar. Toda su corpulencia política y mediática ha arramblado en un día con la discreta vida parlamentaria del más modesto de los grupos político de la Cámara Alta, donde tras su llegada van a convivir 17 senadores de diez partidos distintos, entre ellos cuatro canarios: Pablo Rodríguez, de AHI; María del Mar Julios, de CC; María José López Santana, de NC; y Yaiza Castilla, de Agrupación Socialista Gomera. Lo completan cuatro parlamentarios de Convergencia, tres de Ciudadanos, dos de Compromís, uno de UPN, y otro de Bildu.
La presencia de la ex alcaldesa de Valencia y peso pesado del PP nacional va a alterar la dinámica de ese grupo, que estará siempre en los focos de los medios durante la causa judicial que se le abre a Barberá por su presunta implicación en el blanqueo del PP valenciano, y por el posterior suplicatorio en el Senado para poder ser investigada y juzgada por el Tribunal Supremo. Pero los representantes de los demás partidos se han conjurado para intentar evitar que el bullicio de los primeros días afecte a su trabajo cotidiano y a sus complejas y consensuadas normas de funcionamiento, y que la presencia de una senadora que consideran técnica y políticamente "tránsfuga" no afecte a la imagen del grupo.
De momento, Barberá les va a restar a todos parte de la financiación con la que contaban, porque los 39.400 euros mensuales que le corresponde al grupo Mixto para su funcionamiento y que se repartía de forma proporcional en función de los escaños de cada partido, deberá repartirse ahora entre uno más. La ex dirigente popular sumará así los 2.317 euros como senadora del Mixto a los 4.635 que ya cobraba como senadora (2.813,91 de asignación constitucional y 1.822 de indemnización por residir fuera de Madrid), aunque deberá aportar en torno a 700 euros mensuales para el funcionamiento de la bancada.
Los representantes canarios en el Mixto reconocen que el ruido mediático del caso Barberá ha servido para poner en el mapa al grupo y para conocer su idiosincrasia, entre ellas el hecho de que pese a que sus integrantes están entre sí en las antípodas ideológicas, la convivencia y el funcionamiento democrático interno es ejemplar. Y esperan sortear lo antes posible los efectos de un terremoto político como el que ha protagonizado la exalcaldesa. La senadora de NC, María José López Santana, señala que la llegada de Barberá "altera lo acordado" en relación con la distribución de portavocías y vocalías en las comisiones, y recuerda que hay una reunión interna convocada para el próximo martes para reorganizar el trabajo.
"No sabemos con qué pretensiones vendrá, ni qué papel quiere jugar", afirma la senadora nacionalista, recordando que en el Congreso, en la pasada legislatura, el diputado del PP Pedro Gómez de la Serna, que abandonó su grupo para pasarse al Mixto tras su implicación en otro caso de presunta corrupción, renunció tanto a su parte de la financiación del grupo, como a la portavocía de comisión que le correspondía, y a presentar iniciativas, con lo que no restó tiempo ni cupo a los demás integrantes del grupo. López Santana menciona que Barberá no se ha prodigado en la Cámara desde que el PP le dio ese retiro dorado como senadora autonómica en julio de 2015, e intuye que seguirá con la misma dinámica a partir de ahora. "No creo que su nivel de actividad sea muy alta".
La senadora de NC asegura que a la ex alcaldesa valenciana se la recibirá en el grupo "con normalidad" sin discutirle sus derechos ni su presunción de inocencia, pero asumiendo claramente una actitud política crítica con su decisión de no dejar el escaño tras su imputación por el Supremo.
"En la vida política hay que saber retirarse a tiempo y ella no lo está sabiéndolo hacer con honor, incapaz de asumir que la representación de los ciudada-nos en las instituciones no puede estar sujeta a situaciones como la suya", señala López Santana, para quien, sin embargo, la responsabilidad primera de que una tránsfuga ocupe un escaño en el Senado es del líder del PP, Mariano Rajoy, al permitir que la colocaran en ese puesto cuando se sabía que podría ser imputada, y por evitar ahora pedirle el escaño.
Para la senadora de CC por designación del Parlamento canario María del Mar Julios, la ex dirigente valenciana "es un ejemplo de lo que no debe hacerse en política", utilizando el aforamiento que le permite el escaño en el Senado para impedir que sea juzgada como cualquier otro ciudadano por una imputación por presunta corrupción.
"Es un ejemplo de una forma de hacer política contraria a cualquier voluntad de regeneración en los partidos y en las instituciones, y una forma totalmente indigna de estar en política, faltando al respeto de los ciudadanos que en teoría representa. Es un ejemplo de la reciente historia oscura del PP", afirma la senadora grancanaria. "Barberá debe asumir las responsabilidades políticas y dimitir del escaño para defenderse como cualquier ciudadano en los tribunales ordinarios", afirma la senadora nacionalista.
Con todo, tanto ella como López Santana reconocen que su relación en el seno del grupo con la nueva compañera deberá mantenerse "al margen de cualquier consideración política sobre su situación".
