La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

El poder municipal amenaza a Coalición

El municipalismo nacionalista se enfrenta a la dirección del partido para frenar su desgaste en los ayuntamientos

Pablo Rodríguez, Rosa Dávila y Gustavo Viera. J. C. GUERRA

El pulso interno abierto entre un sector de Coalición Canaria de Tenerife y la dirección del partido, encabezada por José Miguel Barragán, tras la moción de censura de Granadilla demuestra que anida un mar de fondo en los nacionalistas que está sin resolver desde que la pugna entre Fernando Clavijo y Paulino Rivero acabó con la designación del primero como candidato a la Presidencia del Gobierno en las elecciones autonómicas de mayo de 2015. El secretario general ha sorprendido a propios y extraños con un desafío en toda regla amenazando con irse, una postura que no es baladí de cara a lo que pueda suceder en el próximo congreso de CC, cuya fecha está aún por determinar.

La antigua Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI) nació en los barrios y en los municipios de Tenerife y los nacionalistas siempre han presumido de ello. Su rival más directo en la isla es el PSOE, que tiene una base electoral muy potente en el sur y en una parte del norte, sobre todo en La Laguna. Durante los años en que el pacto regional fue dominado por CC y PP la pugna política en los municipios de Tenerife no era tan relevante, pero desde que en la legislatura pasada Paulino Rivero inauguró la nueva entente cordiale con el PSOE para cogobernar Canarias la rivalidad local entre ambos partidos ha enconado las relaciones entre los dirigentes orgánicos y locales. Y es que los pactos en cascada es una fórmula que no termina de cuajar en un buen número de ayuntamientos.

Después de algunas escaramuzas previas, es ahora cuando el municipalismo de Coalición Canaria en Tenerife se enfrenta a la dirección nacional del partido y la moción de censura en Granadilla de Abona es un nuevo episodio, ni el primero ni el último, de la pugna entre los socialistas y nacionalistas, que miden sus fuerzas en los municipios de la isla al margen de los acuerdos regionales. Mientras tanto, el PP se mantiene como el principal invitado en esta teatralización de las cuitas políticas que dirimen socialistas y nacionalistas. CC acude a los populares cuando es necesario a sabiendas del poco feeling que mantienen el PSOE y el PP para gobernar conjuntamente.

Las organizaciones insulares del PSOE y de CC en Tenerife se reprochan mutuamente los incumplimientos del pacto y unos creen tener más razón que otros. Los socialistas remarcan la situación de La Laguna, Puerto de la Cruz, Arico, La Victoria o la capital de la isla. Pero los nacionalistas tinerfeños entienden que son sus socios de gobierno los que más incumplen porque no les dejan compartir tareas de gobierno o no quieren entrar en el grupo gobernante para dar estabilidad a la gestión municipal. Es el caso de Arona, Candelaria, San Juan de la Rambla, Icod, Tacoronte, La Guancha y la propia Granadilla de Abona.

Desde que Clavijo, líder de CC en Tenerife, llegó a la Presidencia del Gobierno la organización nacionalista ha intentado ser "disciplinada" para evitar problemas en el pacto regional desde el minuto uno de legislatura. Pero las minas puestas en distintos ayuntamientos han ido explotando poco a poco y los expedientes sancionadores abiertos por la dirección de CC a sus concejales en Puerto de la Cruz o Arico de poco han servido para que los ediles hayan revertido la situación porque, de hecho, los socialistas insisten en que en estos dos municipios los nacionalistas siguen incumpliendo el pacto en cascada.

Crisis en el sur

El principal golpe en la línea de flotación de los nacionalistas fue la situación generada en el Ayuntamiento de Arona, tercer municipio más habitado de la isla tras Santa Cruz y La Laguna. Allí, pese a las conversaciones iniciales entre nacionalistas y socialistas, éstos últimos decidieron pactar con un grupo local y dejaron fuera a CC de un ayuntamiento en el que gobernó muchos años pero que acabó como el rosario de la aurora tras la condena al exalcalde nacionalista, José Alberto González Reverón, que gobernó durante casi diez años el municipio turístico del sur de Tenerife.

La pérdida de Arona no ha sido digerida aún por la organización nacionalista de Tenerife porque se trata de un municipio estratégico. Era el principal fortín de los nacionalistas en una comarca dominada por los socialistas, que gobiernan históricamente en Adeje, Vilaflor, Guía de Isora y Granadilla de Abona. Con la pérdida de Arona el emporio turístico del sur de Tenerife se queda en manos de sus principales rivales, por lo que unos meses después llega la vendetta política en un municipio que también tiene una importancia económica fundamental por situarse en el mismo el puerto de Granadilla, la regasificadora y la zona industrial.

El gesto contundente de José Miguel Barragán de tramitar la expulsión de los concejales de Granadilla no ha sentado nada bien entre los nacionalistas del sur de Tenerife, que han recibido el respaldo de la dirección insular, aunque con la boca chica para evitar alentar divisiones en el seno de la formación nacionalista.

Que haya malestar en importantes sectores de las bases y dirigentes nacionalistas no es una buena noticia para CC de cara a su congreso. La última cita congresual de los nacionalistas, celebrada en 2012, fue tormentosa para el entonces presidente Paulino Rivero, que se tuvo que enfrentar a amplios sectores de la organización de Tenerife y La Palma que querían un cambio de rumbo en la gestión del partido y en la coordinación entre la formación y el Gobierno. Desde los sectores críticos se dio la voz de alarma sobre el desapego que estaba sufriendo CC de la ciudadanía y el desgaste que la labor del Gobierno estaba suponiendo para la pérdida del poder municipal, esencia de los nacionalistas para su pervivencia política.

Cuatro años después estas diferentes visiones no sólo no se han superado, sino que se han acrecentado. Una parte destacada de los dirigentes nacionalistas prefiere pactar con el PP, un rival menos incómodo en ayuntamientos y cabildos que el PSOE. Hay cargos públicos de Coalición Canaria que no se esconden para promulgarlo y ahí están los ejemplos del alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, o del presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso. Éste último se ha convertido en un ariete para la dirección de CC a la hora de sortear las dificultades con las que se encuentran los nacionalistas en el pacto.

Los difíciles equilibrios que hace José Miguel Barragán para mantener en cintura las corrientes internas de islas como Tenerife o La Palma, más propensas a pactar con el PP, pueden estallar antes del congreso nacionalista. En varias ocasiones el secretario general de CC ha amagado con irse tras la defenestración de Rivero y el ascenso de Clavijo. Pero éste no quería acrecentar la desestabilización interna que anida en el seno de la formación y prefirió atar en corto a Barragán premiándolo con la viceconsejería de Presidencia y manteniéndolo como secretario general para poner a uno de sus principales aliados, José Miguel Ruano, como portavoz en el Parlamento, además de secretario de Organización de la formación.

Aunque Coalición Canaria conserva el poder regional tras 23 años ininterrumpidos y cuatro de los siete cabildos, sí está sufriendo un progresivo desgaste en el poder municipal y la pérdida de votos en las elecciones generales ha sido sangrante en las últimas citas electorales.

Antes de que se precipitara el bloqueo político en el Estado tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015, José Miguel Barragán aseguró en una entrevista a LA PROVINCIA/DLP la necesidad de una refundación en toda regla de Coalición Canaria y reconoció que las elecciones autonómicas y municipales de 2015 "nos ha hecho ver que en nuestra base, que son los ayuntamientos, es donde más votos perdimos". El secretario general de CC defiende una reforma en profundidad, incluso del nombre si hiciera falta, debido al desgaste sufrido y que se ha hecho aún más patente en las dos citas electorales de diciembre y junio.

Corrientes internas

Mientras llega el congreso y se aclaran las nuevas directrices sobre las que se moverá la formación nacionalista, la situación interna se deteriora un poco más a raiz del affaire de Granadilla. Dirigentes de CC recuerdan que sería la primera expulsión de concejales porque hasta ahora sólo ha habido expedientes de suspensión de militancia, mientras que el órdago lanzado por Barragán ponen sobre la mesa a las corrientes internas que se mueven en Coalición para posicionarse de cara al congreso. Fernando Clavijo ha afirmado en varias ocasiones que no aspira a presidir CC, pero fuentes nacionalistas aseguran que pondrá a alguien muy cercano a él para controlar la formación.

La incógnita será comprobar si Clavijo y sus partidarios obtendrán un respaldo mayoritario en el congreso o se repetirán las convulsiones del congreso de 2012. La isla de Tenerife será la piedra de toque para comprobar la fortaleza del proyecto nacionalista, la salud del pacto regional y el triunfo de las tesis clavijistas.

Compartir el artículo

stats