El Partido Popular (PP) está dispuesto a dar estabilidad al Gobierno regional en el caso de que se materialice la ruptura del pacto entre Coalición Canaria (CC) y Partido Socialista Canario (PSC-PSOE). Una estabilidad que, en principio, también requeriría del concurso de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) de Casimiro Curbelo, quien optó ayer por no manifestarse todavía sobre una posibilidad que, cuando menos de momento, califica de "ciencia ficción".
Los populares de las Islas siguen así los pasos de sus correligionarios en Castilla-La Mancha, Aragón o Extremadura, tres comunidades autónomas en las que el PP ha afirmado su voluntad de contribuir a la estabilidad institucional ante la también delicada situación que atraviesan sus respectivos gobiernos.
Precisamente en esta "coherencia" política hizo hincapié el presidente de la fuerza política en Tenerife, Manuel Domínguez, a quien su homólogo regional, Asier Antona, cedió ayer el protagonismo en los pasillos del Parlamento de Canarias. "La visión en Aragón, en Canarias o en Tenerife sigue siendo la misma", subrayó Domínguez, quien en línea con lo manifestado en los últimos meses insistió en que el PP "estará en aquellos lugares en los que la ciudadanía necesite estabilidad y que haya un gobierno serio y de continuidad, un gobierno que deje el ruido y se mantenga exclusivamente en la gestión; ahí es donde va a estar el Partido Popular", aseveró.
La posición de los populares canarios coincide así plenamente con la línea marcada desde Génova, desde donde se han dado instrucciones para que la organización contribuya a la estabilidad institucional allí donde sea necesario. El propio vicesecretario de Acción Sectorial del PP, Javier Maroto, lo corroboraba este lunes al tender la mano al PSOE tanto en Castilla-La Mancha como en Extremadura, donde el divorcio con Podemos amenaza los gobiernos liderados por los socialistas Emiliano García-Page y Guillermo Fernández Vara. "Estabilidad es lo que predicamos, y cuando llega el momento, los ejemplos tienen que ser meridianamente claros", explicaba Javier Maroto. "Si de algo estoy orgulloso es de pertenecer a un partido coherente: nosotros hemos tenido y tenemos un solo discurso", enfatizó Domínguez en la Cámara autonómica.
Con todo, en el PP no tienen claro que el PSC-PSOE, a pesar de la moción de censura en Granadilla de Abona y de las contundentes palabras al respecto de su secretario de Organización, Julio Cruz (quien dio por roto el pacto de gobierno), dé finalmente el paso de dinamitar su alianza con los nacionalistas. Es más, tanto las voces consultadas como el propio presidente del PP tinerfeño están convencidos de que Patricia Hernández y los restantes consejeros socialistas continuarán sentados en torno a la mesa del consejo de gobierno regional. "Dentro de tres semanas nadie se acordará de esta moción de censura, excepto los vecinos de Granadilla, que espero, creo y deseo que entenderán que es para mejor", reflexionó Domínguez.
Hay que recordar, en cualquier caso, que el eventual apoyo del PP a Coalición Canaria no daría al Ejecutivo regional el control de la Cámara, donde la suma de los diputados nacionalistas (18) y populares (12) no llega a la mayoría absoluta de 31 parlamentarios que garantiza tener la sartén por el mango en las votaciones. Descartados los imposibles apoyos de Podemos y la Nueva Canarias (NC) de Román Rodríguez, firmes oponentes a la política de Coalición y Fernando Clavijo, las miradas se dirigen irremediablemente hacia el grupo mixto, y en concreto hacia la Agrupación Socialista Gomera (ASG) de Casimiro Curbelo, que cuenta con tres escaños en la primera institución del Archipiélago.
Curbelo, quien precisamente fuera líder del PSC-PSOE en la isla colombina hasta que Ferraz declarara su "no idoneidad" para continuar al frente del partido por su imputación en dos causas judiciales, optó ayer por no manifestarse al respecto. El líder de ASG expuso en los pasillos de la Cámara que las cábalas sobre un posible apoyo al Ejecutivo tras la salida del PSC-PSOE son, al menos de momento, terreno más propio para la "ciencia ficción" que para la política.
Desde los restantes partidos, el susodicho Román Rodríguez aseguró que el capítulo de Granadilla evidencia que CC antepone sus intereses a los del Gobierno y, por tanto, a los de los ciudadanos.
