La crisis del PSOE es el asunto que ha hecho correr ríos de tinta esta semana. La tormenta perfecta se formó a raíz del batacazo del partido en las elecciones vascas y gallegas unido a la postura de su secretario general, Pedro Sánchez, en contra de facilitar la investidura de Rajoy como presidente con la asbtención de los socialistas. El PSOE ha estallado desde el interior con la dimisión de 17 de los miembros de la Ejecutiva Federal.

Su decisión era la invitación a Sánchez a dimitir tras haber anunciado este la convocatoria del 39 Congreso Federal del partido para principios de diciembre. Tras la dimisión de la Ejecutiva Federal, Sánchez mantuvo sus planes y convocó un Congreso Extraordinario para el 12 y 13 de noviembre. En el fondo, late la pugna por el poder en el partido entre Sánchez y los críticos capitaneados por Susana Díaz. La espantada de la Ejecutiva puso de manifiesto los apoyos de uno y otra en una batalla que este sábado vive un nuevo capítulo bajo la amenaza o la promesa, según se mire, de Pedro Sánchez de dimitir si el Comité Federal del PSOE aprueba la abstención a Rajoy.

En medio de todo este lío, con el PSOE en horas bajas y sin dirección, el Gobierno de Canarias ha vivido su primera gran crisis de la era del presidente Fernando Clavijo. El apoyo de Coalición Canaria a la moción de censura al alcalde socialista de Granadilla ha tensionado el pacto con el PSOE, un acuerdo que sustenta el Gobierno autónomo y las alcaldías de numerosos municipios de todo el Archipiélago.

Entre esta doble crisis política y el juicio rápido al delantero de la Unión Deportiva Las Palmas, Sergio Araujo, por haberse negado a realizar un control de alcoholemia ha transcurrido la semana. Asuntos como la desaparición sin resolver de Juana Ramos o la celebración de la Supercopa Endesa lograda la semana pasada por el Herbalife Gra Canaria quedaron en un segundo plano.