El Partido Socialista (PSOE) aplaza su futuro en el Gobierno de Canarias a la renegociación del pacto autonómico suscrito con Coalición Canaria (CC) a partir de la próxima semana.

La Comisión Permanente del PSOE, ampliada con la participación de los siete secretarios generales y presidentes de gestoras insulares y los cuatro consejeros del Ejecutivo autónomo, aceptó ayer la convocatoria de una reunión de la mesa de seguimiento del pacto, probablemente el jueves, tras los contactos oficiosos mantenidos con CC durante las últimas jornadas. No obstante, el secretario de Organización, Julio Cruz, subrayó que la "decisión definitiva" sobre la alianza, declarada rota a raíz de la moción de censura de los nacionalistas contra los socialistas en Granadilla de Abona, corresponderá al Comité Regional del PSOE, programado inicialmente para ayer y retrasado sin fecha a petición de los dirigentes insulares y consejeros autonómicos para analizar la propuesta de diálogo de CC.

"La confianza se ha roto, hay que restablecerla y no es una cuestión de monedas de cambio, sino de actitud", subrayó Cruz antes de negarse a comentar las condiciones del PSOE a CC para salvar el pacto hasta que los representantes de los dos partidos se sienten alrededor de una mesa. El aumento del presupuesto durante 2017 para Sanidad y Servicios Sociales, áreas gestionadas por socialistas, la revisión del proyecto de ley del suelo, en pleno debate parlamentario, y el cese de las descalificaciones de nacionalistas hacia sus socios, procedentes de los líderes tinerfeños, centran las reclamaciones del PSOE, pese a la indefinición expresada por el número dos del partido y el mutismo mostrado por otros dirigentes tras el encuentro celebrado durante la mañana de ayer en la capital grancanaria.

Según Julio Cruz, "no es una cuestión de dinero exclusivamente, aunque el presupuesto es importante y tiene que dar respuesta a los servicios públicos esenciales". Después de admitir que "el margen de maniobra del Gobierno es bastante reducido, porque está sometido a unas constricciones del Estado por la Ley de Estabilidad Presupuestaria y la falta de financiación" autonómica, el secretario de Organización del PSOE culpó al PP de castigar a los ciudadanos canarios "de una manera descomunal durante los últimos cinco años", por lo que desconfió de la oferta de mediación en la crisis del pacto regional planteada ayer por sus dirigentes.

Por el contrario, Cruz confió en conseguir un "amplio consenso" parlamentario en la Ley del Suelo, pese a la negativa nacionalista a la modificación del núcleo del texto, las discrepancias públicas de dirigentes socialistas y el rechazo absoluto tanto de otras formaciones políticas como de diversos colectivos sociales. También eludió el portavoz socialista pronunciarse sobre el relevo de altos cargos nacionalistas después de que el representante parlamentario del PSOE, Iñaki Lavandera, matizara el viernes su exigencia anterior de las dimisiones del presidente canario, Fernando Clavijo, y la consejera de Hacienda, Rosa Dávila.

"Las cosas no van muy bien, pero tenemos la esperanza de que mejoren considerablemente en los próximos días y esa mesa sirva para garantizar la estabilidad institucional y la gobernabilidad en Canarias, pero todo depende de CC, porque inició esta crisis y a ellos corresponde la prioridad y la necesidad de adoptar decisiones", se limitó a responder Julio Cruz sobre eventuales cambios en el organigrama autonómico. Precisamente, el secretario de Organización del PSOE insistió en responsabilizar a su socio de la inestabilidad gubernativa al definir la actual situación como una "crisis claramente generada por Coalición Canaria".

Pese a situar en CC el origen del conflicto, los socialistas se comprometieron a "hacer un esfuerzo" para entablar una "negociación sincera" con el objetivo de "afrontar los problemas de Canarias, sobre todo, el mantenimiento de los servicios públicos esenciales (sanidad, educación, servicios sociales o justicia)". En opinión de Julio Cruz, "las conversaciones hasta ahora no son totalmente satisfactorias, necesitamos cambiar la posición de CC y su forma de proceder, gestionar e intervenir en relación al pacto".

No obstante, desde la cúpula socialista admitieron un avance: "CC ha cambiado de actitud, ha pedido la reunión y hemos aceptado el diálogo, porque siempre queremos dialogar". No envano, diversos líderes de Coalición, Fernando Clavijo incluido, reiteraron esta semana su preferencia por mantener el pacto con el PSOE.

Después de definir la reunión como "deliberante y no decisoria", el número dos socialista destacó la coincidencia de todos los participantes, pese a las diferencias territoriales existentes. Además de La Palma, las islas orientales (Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote) apuestan por la continuidad del pacto, mientras que Tenerife se decanta por su ruptura, sobre todo, como consecuencia de la moción en Granadilla a finales de septiembre, las amenazas de censuras en otros municipios sureños y las críticas de CC en la isla contra los dirigentes socialistas.

Para Julio Cruz, sin embargo, "el PSOE está más unido que nunca, solo hay una voz, no de siete islas". Sobre el pacto en cascada, el secretario de Organización prefirió no responder al situar, de nuevo, la decisión definitiva del pacto en el Comité Regional del PSOE.

Con este panorama, los cuatro consejeros socialistas en el Ejecutivo autonómico (Patricia Hernández, Ornella Chacón, Jesús Morera y Aarón Afonso) volverán a sentarse mañana en el Consejo de Gobierno por segunda vez después de declarar roto el pacto a finales de septiembre.