El coordinador general de Izquierda Unida Canaria (IUC), Ramón Trujillo, defendió ayer una rebaja sustancial de las barreras de acceso al Parlamento regional, corregir la proporcionalidad aumentando el número de escaños, sin reducir el número actual de representantes de cada isla, y que el nuevo sistema electoral se aplique en las elecciones autonómicas de 2019.

Trujillo, que inauguró el ciclo de comparecencias ante la comisión de la Cámara que estudia la reforma del sistema electoral, situó la necesidad de democratizar el sistema en una cuestión de derechos humanos, porque "la tergiversación" de la representación política del modelo vigente convierte al Parlamento canario en "el menos representativo de la Unión Europea y quizás del mundo".

"No somos iguales ante las urnas", sentenció Trujillo, y apuntó que el sistema canario es en el mundo el que más tergiversa la representación de los votantes, por delante de Tanzania, según estudios académicos. Ve difícilmente justificable que la tercera fuerza en votos (CC) sea la que más escaños tiene y la que gane las elecciones. Tampoco se justifica que un partido quede fuera del Parlamento con 54.000 votos (Ciudadanos) y otro con 5.000 (ASG) tenga tres diputados; o que una isla con menos habitantes (La Palma) tenga más diputados que otra más poblada (Fuerteventura).

Trujillo subrayó que la barrera electoral regional de Canarias, según la cual con menos del 6% de los votos un partido no puede estar en el Parlamento, es la más alta de España, a lo que se suma una barrera insular del 30% que es "la más alta del mundo". Aludió a estudios académicos que establecen que los territorios en los que la desproporción en la representación política es mayor son los que más desigualdad social y económica padecen. "Tienen la oportunidad histórica de devolver al pueblo canario el reflejo de su diversidad, tengo la esperanza de que la comisión consiga un resultado que no decepcione", aseguró.

Sin embargo, CC defendió la "excelente" distribución de escaños basada en la triple paridad, y advirtió de que solamente podrá cambiarse "si hay otro sistema mejor". Admitió, en cambio, que se rebajen las barreras electorales. En ello coincidió el PSOE, que abogó por revisar el sistema en el marco de un nuevo Estatuto de Autonomía. El PP criticó que hay "un déficit democrático" y que es preciso corregir la desproporción. Mientras, Podemos reprochó la desigualdad ante las urnas y NC destacó que IUC es una de las formaciones más castigadas por el modelo en vigor. ASG defendió bajar las barreras electorales al menos a la mitad, pero sin alterar el actual reparto de escaños.