El empresario Miguel Ángel Ramírez ha calificado este martes de "sorpresa" la decisión del magistrado de la Audiencia de Las Palmas Salvador Alba de apartarse de la denuncia que presentó contra su abogado, Sergio Armario, y él mismo por coacciones, injurias, calumnias y revelación de secretos.

Asimismo, Ramírez ha negado que esa decisión responda a acuerdo a alguno con él, cuestión que también ha rechazado el abogado que ha actuado este lunes en representación del juez Alba, Pedro Ayala.

El empresario ha comparecido ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Las Palmas de Gran Canaria, citado en calidad de imputado de la denuncia presentada por Salvador Alba después de conocer que Ramírez había grabado una conversación entre ambos.

En esa conversación, presuntamente, Alba trató de orientar a Ramírez sobre lo que tenía que declarar formalmente para perjudicar a la juez Victoria Rosell, a cambio de supuestos beneficios procesales en la causa por fraude fiscal que le afecta.

Ramírez se ha acogido este lunes a su derecho a no declarar en vista de la decisión de Alba, porque entiende que "ya no tenía sentido" que se explicase en este procedimiento (en el que es el imputado y tiene derecho no declarar o a no responder nada que le pueda perjudicar).

Sin embargo, ha precisado que tiene que declarar respecto a esa misma grabación en la causa abierta contra Salvador Alba por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, en una citación en la que sí está obligado a relatar lo que sabe sobre ese asunto y a hacerlo bajo juramento, porque comparece como testigo.

A su salida del Juzgado, el propietario del grupo Ralons ha recordado a los periodistas que, en junio, la Fiscalía solicitó el archivo de esta denuncia de Salvador Alba, aunque también ha reconocido no sabe cuál su posición en este momento.

Por ello, entiende que, si fuera llamado de nuevo a declarar en este procedimiento, sería como testigo y no como investigado.

El abogado Lino Chaparro ha señalado a Efe que, según su criterio, una vez que Alba se ha apartado del caso, las acusaciones de injurias y calumnias formuladas contra Miguel Ángel Ramírez decaen automáticamente.

El letrado de Ramírez ha defendido, además, que su cliente "está siendo utilizado", cuando es "una víctima".