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El estratégico 'escaño 176' de Pedro Quevedo

La negativa del PSOE a apoyar los presupuestos de Mariano Rajoy aumenta el valor del único diputado de Nueva Canarias

El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando (d) conversa con Pedro Quevedo (i) en la Cámara Baja. LP / DLP

El escaño de Pedro Quevedo en el Congreso se ha demostrado desde el principio de gran valor estratégico en el actual esquema parlamentario de esta compleja legislatura recién inaugurada y que, por fin, echa a andar tras la reciente investidura de Mariano Rajoy y posterior formación de un nuevo Gobierno. El diputado de Nueva Canarias se está viendo obligado a hacer cuentas nada más tomar posesión porque lo que se empezó a llamar el 'escaño 176' que a él le atribuían, deshacía empates y le situaba en un papel incómodo. Pasó en relación con la propia investidura de Rajoy, y vuelve a ocurrir ahora con la negociación de los presupuestos generales del Estado, aunque siempre en función de otros acuerdos que el PP pudiera alcanzar con otras formaciones y especialmente con el PNV.

Quevedo se libró por los pelos de tener que ser la balanza parlamentaria en relación con la investidura, ya que el rechazo del PNV a apoyarla obligó al PSOE a jugar la polémica y dolorosa baza de la abstención para evitar nuevas elecciones. De no haber sido así, el apoyo vasco a Rajoy, junto al de Ciudadanos y el de Coalición Canaria (175 votos), habría permitido a los socialistas, liderados aún por Pedro Sánchez, mantener el "no es no" y dejaba a Quevedo como teórico responsable de provocar nuevas elecciones si también votaba no, o de permitir a la derecha mantenerse en el Gobierno si votaba sí'.

Este papel, que Quevedo se negó a jugar desde el principio, se vuelve a repetir ahora, aunque en este caso con mejores expectativas para el nacionalista canario. Si el PNV alcanza un acuerdo para apoyar las cuentas estatales del 2017, las primeras del nuevo Ejecutivo, el PP estaría sólo a un escaño de la mayoría necesaria para salvar las enmiendas de totalidad (devolución), sin tener que contar con los votos del PSOE. Quevedo es de nuevo el 'escaño 176', del que en este caso puede sacar ventaja, y puede liberar, ahora sí, al PSOE de tener que volver a ponerse del lado del PP, tras la dramática posición en que ha colocado a los socialistas permitir la investidura de Rajoy.

Pese a que el propio Quevedo ha saludado con entusiasmo la situación en la que se encuentra en relación a la negociación presupuestaria, tal como comentó durante sus intervenciones en el debate de investidura del líder del PP, su jefe de filas, Román Rodríguez, trata de enfriar los ánimos y evitar dar una imagen de ansiedad por recibir la llamada del Gobierno central.

Llamada de cortesía

Lo cierto es que ese contacto telefónico ya se produjo la semana pasada, pero en ella, la vicepresidenta y ministra para las Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, se limitó a una "llamada de cortesía" tras el nombramiento el viernes anterior, y a una invitación genérica a sumarse al "diálogo y negociación" que el Gobierno quiere emprender con todas las formaciones en esta nueva etapa. "Ni se habló de presupuestos, ni se nos ha invitado a negociarlos", sostiene Rodríguez, quien, no obstante, recalca que "si quiere sentarse con nosotros, estamos dispuestos, pero no vamos a adelantar los acontecimientos porque eso sólo favorece a quien necesita los apoyos".

Rodríguez cree que el PP tratará primero de lograr el apoyo del PSOE y no se muestra seguro de que los socialistas no vayan a lograr un acuerdo en esta materia. Pero, en caso contrario, NC no ve fácil su propia posible negociación. "Conocemos las políticas de Rajoy, sus planteamientos en materia social, fiscal y presupuestaria y el maltrato a Canarias durante cuatro años, y cambiar todas esas dinámicas no será fácil", señala el líder de NC.

"Si creen que nos van a convencer con diez millones por aquí, y cinco por allá, están muy equivocados. La ley de presupuestos refleja el valor de las políticas sectoriales y nosotros vamos a ser muy exigentes. Si nos llaman, veremos qué nos proponen y les mostraremos nuestro programa y propuestas para ver hasta dónde pueden llegar", explica.

Pedro Quevedo parece querer dar algún paso más en dirección a la negociación y a la disponibilidad a un acuerdo que NC pueda vender razonablemente en Canarias, y evitar que los posibles logros presupuestarios para el Archipiélago se los adjudique en su totalidad Coalición Canaria, cuya diputada, Ana Oramas, también ha establecido contacto ya con Sáenz de Santamaría y asegura tener prácticamente cerrado el acuerdo desde las negociaciones para la investidura de Rajoy. Quevedo va más a lo práctico que su jefe de filas y apunta a los temas concretos canarios que exigirá al PP: financiación autonómica, la inversión media que mandata el REF, dotación de convenios, fondos para planes de empleo y el resto de materias de agenda canaria que NC pactó con el PSOE por si el ya dimitido Pedro Sánchez llegaba a gobernar.

En el PP no parece haber ninguna duda de que, de una firma u otra, se acabará hablando y pactando los presupuestos con Quevedo y meten en la contienda al propio líder de NC, que podría involucrarse en la negociación en dependencias de La Moncloa o del Ministerio de Hacienda. El portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, recordó que "en la agenda canaria que hemos pactado con CC y que vamos a desarrollar están todos los temas que pedía Román", afirmó ayer tras la Junta de Portavoces del Congreso. Así, en nombre propio y con familiaridad se refería Hernando a la cuestión.

El vicesecretario de Comunicación del partido, Pablo Casado, sólo unas horas antes de que la vicepresidenta del Gobierno se reuniera con el PNV para pedirle su apoyo, recordaba sin ambages que hay una "aritmética posible" para aprobar las cuentas estatales sin el concurso del PSOE, que pasa por los 170 que suman PP, C's y CC, los cinco vascos, y el 'escaño 176' de Quevedo. Si el de NC no se aviene, los 175 a favor le servirían al Gobierno tras tres votaciones empatadas, según el reglamento de la Cámara.

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