Dos bandos volvieron a darse cita este lunes 21 de noviembre en las calles de Santa Cruz de Tenerife. Uno quería honrar la memoria de Francisco Franco. El otro quería dejar clara su postura antifascista. La parroquia de San José, ubicada en la céntrica calle de Méndez Nuñez fue el escenario elegido para mostrar ambas posturas.

La iglesia volvió a acoger, un año más, una misa para conmemorar la muerte del dictador Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange y de la JONS. La eucaristía tuvo lugar a las 20:00 horas en el templo escogido por la Fundación Nacional Francisco Franco para celebrar una homilía en el 41 aniversario de la muerte del dictador. Este también fue el escenario de la misa del pasado año.

Sin embargo, en esta ocasión la cita también contó con la presencia de miembros de varios colectivos de la capital que realizaron una concentración en el exterior de la iglesia santacrucera. Los seguidores de Azarug, Jóvenes por la movilización Resistencia Popular Canaria (RPC) y Canarias Straight Edge aprovecharon esta reunión para mostrar su postura, en contra de la misa que se oficiaba en el interior del templo desde las ocho de la tarde.

Representantes de la Coordinadora Antifascista explicaron que estas concentraciones eran habituales hace algunos años y que las nuevas generaciones de estos grupos han decidido recuperarla este año. Algunos de los asistentes relataron cómo, el año pasado, trataron de impedir la misa en honor a Franco que se celebró en el mismo templo pero recibieron muy malas contestaciones del párroco de la iglesia y "se nos quitaron las ganas de llevar a cabo cualquier tipo de movilización", aseguraron.

"Con la concentración de este año queremos mostrar un rechazo total al fascismo", explicaron algunos representantes minutos antes de que los asistentes a la misa comenzaran a darse cita en la calle Méndez Núñez. "Nos parece lamentable que sigan celebrando misas en honor a dos personas que han sido nefastas para la historia reciente de España", destacaron antes de comenzaran a gritar algunas consignas que resonaron en esta céntrica calle de la capital entre las ocho y las nueve de la noche.

Mientras los fieles comenzaban a entrar en la iglesia, varios agentes de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife procedieron a identificar a varios de los asistentes y, así, en este tramo de la calle Méndez Núñez se congregaron unas 50 personas que comenzaron a entonar lemas como "¡Ustedes, fascistas, son los terroristas!", "¡Fuera, fascistas, de nuestros barrios!", "¡No, no, nazis no, nazis no!" o "¡Tenerife, antifascista!". Justo antes de que diera comienzo la misa se produjo el acercamiento entre ambos grupos y los agentes de la Policía tuvieron que intervenir para evitar que surgieran problemas.

"O entras o nos liamos", comentaba uno de los vecinos que acudió a la misa, mientras que otro compañero accedía al templo reconociendo que "no dan ni para una torta". A pesar de que los asistentes a la ceremonia no quisieron realizar declaraciones a este medio, una de las feligresas aseguró que "únicamente hemos venido a esta misa para rezar por los que ya murieron". "Aquí está la gente rancia", respondieron los miembros de los diferentes colectivos que se manifestaron y no dudaron en desearles que los pasaran bien -en un tono eminentemente sarcástico- cuando la misa ya iba a dar comienzo.

En el interior del templo, los 40 minutos que duró la ceremonia estuvieron plagados de interrupciones y, en ocasiones, se hizo complicado seguir la misa debido a los gritos que se colaban por las ventanas abiertas del edificio eclesiástico. Sin embargo, la velada también dio lugar a alguna estampa pintoresca, como cuando uno de los jóvenes que acudió a la misa le dio un apretón de manos a otro de los santacruceros que ayer se manifestaban, dejando un momento de lado las diferencias y mostrando la amistad que los unía.

Esta no fue, ni mucho menos, la primera misa en memoria del Caudillo puesto que cada año se organiza en la Isla una misa en honor al militar para conmemorar su fallecimiento. Siempre asisten simpatizantes del dictador para rezar por él, algo que aseguran es un "acto de libertad".