En el ADN de cualquier empresa, sea audiovisual o esté integrada en cualquier otro sector de actividad económica, está impreso el carácter mercantilista; su objetivo es ganar todo el dinero posible que haga viable el proyecto en el tiempo. Así, en el sector audiovisual, la práctica común es que a la hora de realizar una producción se contemple, en el presupuesto previsto para la realización de la misma, obtener un "beneficio industrial", es decir, un margen comercial o ganancias.
Sin embargo, esto no ha ocurrido en al menos dos producciones realizadas por Reportline Producción Audiovisual SL, empresa integrada dentro del Grupo Plató del Atlántico, que Radiotelevisión Canaria (RTVC) contrató en la etapa en la que Guillermo García-Machiñena fue director general, de 2008 a inicios de 2015.
Estos hechos están recogidos en el informe policial que la magistrada María de Lorenzo-Cáceres Farizo, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Santa Cruz de Tenerife ordenó averiguar dentro de la instrucción de la operación Gloria, que investiga las presuntas irregularidades que se pudieron cometer en contratos suscritos entre la Televisión Pública Canaria y productoras audiovisuales locales mientras García-Machiñena estaba al frente de RTVC.
La Policía se centra en dos programas encargados a Reportline Producción Audiovisual SL: Parranda canaria y Abriendo puertas. Los contratos del primero se remontan a la temporada de 2011 y concluyen a principios de 2015. La empresa de Lucas Fernández firmó con RTVC cuatro documentos por los que facturó 2.240.000 euros y realizó 112 capítulos.
Según ese precio, Reportline justificaba una factura de 20.000 euros por cada uno de esos capítulos y que, según el desglose presupuestario del informe policial un 55% del mismo se dedicaba a gastos de personal, fijando la cuantía en 10.840 euros por programa. En cuanto al equipo técnico, la productora gasta 4.757 euros; en gastos de producción se derivan 3.192 euros, mientras que los gastos generales se elevan a 1.211 euros.
A la Policía le llama poderosamente la atención que Reportline Producción Audiovisual SL no fije cantidad alguna en el capítulo de beneficios industriales, es decir y siempre según la documentación, la empresa de Lucas Fernández no obtendría ganancias por la producción de estos programas que RTVC le compró para su programación televisiva.
A los investigadores les sorprende mucho más el dato cuando se compara con los presupuestos de otras productoras competidoras que sí incluyen dichos beneficios industriales lo que, además de ser obligatorio tal y como establece el reglamento general de la Ley de Contratos con las Administraciones Públicas, supone un handicap para las compañías que incluyen su porcentaje de beneficios en el presupuesto al concursar por la producción de un programa en la Televisión Pública Canaria, pues sus precios acaban elevando la factura.
Lo mismo ocurre con el programa Abriendo puertas, un espacio cuyo contrato se firmó en 2014 y que se elevó a 522.100 euros por la realización de 23 capítulos con un coste unitario de 22.700 euros. En el desglose de la factura presentada por Reportline Producción Audiovisual SL, la empresa destina a gastos de personal 13.090 euros; al equipo técnico, 3.394,62 euros; para gastos de producción, 2.790,77 euros, y para gastos generales se cifraron en 2.884, 62 euros. De igual manera, la empresa deja a cero el apartado en el que deberían reflejarse los beneficios industriales.
La magistrada María de Lorenzo-Cáceres Farizo ya tiene encima de su mesa la documentación que sobre las contrataciones formalizadas entre las empresas del Grupo Plató del Atlántico y RTVC solicitó al ente público mediante un oficio en que facultaba al Grupo de Delincuencia Económica de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la capital tinerfeña para hacer acopio de contratos y sus formas de pago.
Dicho requerimiento responde a la pieza separada que la magistrada abrió dentro del mismo procedimiento judicial tras la querella que presentó a comienzos de este año Izquierda Unida Canaria, a la que se adhirió luego el sindicato Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias (UPCC). La acción popular ejercida por ambos colectivos sostiene que las productoras audiovisuales administradas por Lucas Fernández firmaron contratos con RTVC a finales de 2014 y enero de 2015 por casi dos millones de euros. Los contratos, en los que no figura el beneficio industrial y sí gastos, habrían servido para obtener liquidez "camuflando" beneficios y armar la operación que llevó a Grupo Plató del Atlántico a comprar la mayoría de acciones de Diario de Avisos y Teide Radio, en febrero de 2015.
En la documentación entregada se analizan presupuestos de programas producidos por Reportline Producción Audiovisual SL con otros de similar formato hechos por empresas competidoras en la parrilla de la Televisión Canaria. Así, se compararon diferentes ítems entre Parranda canaria y Noche de taifas, y Abriendo puertas con Noveleros. Noche de taifas refleja un beneficio industrial por programa de 2.000 euros, lo que equivale al 12,5% del presupuesto; Noveleros, con 1.635,10 euros por episodio, el 10% del presupuesto.
A pesar de que los formatos son similares, en los programas producidos por las empresas de Plató del Atlántico se reflejan partidas de gastos más elevadas que las señaladas por sus competidores pese a que los equipos técnicos son similares, el número de personas contratadas también. Hay gastos de producción más elevados en los programas de Plató del Atlántico así como gastos generales que los espacios de otras productoras no contemplan.
Por último, los informes remitidos al Juzgado realizan también una comparativa de la cuota de pantalla de estos programas reseñando que ninguno de los programas de Lucas Fernández superó nunca la cuota media anual de pantalla de la cadena. Así, Abriendo puertas tuvo un share del 2,3%, mientras que Noveleros alcanzó el 6,1%. Parranda canaria registró un 4,9% y, Noche de taifas, un 7,3%. La cadena alcanzó una media del 5,9%.
A principios de 2015 Lucas Fernández produjo Venus a la vista, un programa de 13 entrevistas presentadas por Andrés Chaves y que facturó 257.400 euros. Su cuota de pantalla solo llegó al 2,4%.
