China y España se encuentran en un "buen momento de relaciones bilaterales" y se abre un nuevo horizonte para fortalecer la cooperación comercial y turística, así como implementar la presencia de empresas de ambos países en sectores como el agroalimentario, las energías renovables, la agenda digital y el tratamiento del agua, y la posibilidad de abordar proyectos en común en América Latina, aprovechando las buenas relaciones que tiene España con esos países y como miembro de la Unión Europea. Esta es, en síntesis, la conversación que durante más de cincuenta minutos mantuvieron ayer el presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, y la vicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría, en un encuentro al más alto nivel en el Hotel Costa Meloneras, ubicado en el municipio grancanario de San Bartolomé de Tirajana, en medio de un paraje que dejó obnubilada a la esposa del dirigente del gigante asiático, Peng Liyuang, muy famosa en su país como cantante de música tradicional. En más de una ocasión la primera dama se asomó al balcón de la suite presidencial para observar las dunas, el mar y el faro de Maspalomas. De hecho, tanto el presidente chino como su esposa coincidieron en destacar la belleza del paisaje de Maspalomas, según miembros del establecimiento hotelero que los atendieron durante esta breve estancia de 18 horas, pues llegaron a las once de la noche del pasado miércoles y partieron en dirección a su país sobre las cinco de la tarde de ayer sin salir de este gran resort. La única visita que tenían prevista realizar a la Casa Museo de Colón, antes de regresar a China, fue cancelada debido al derrumbe de las obras de construcción de una central eléctrica en Jiangxi, que ha costado la vida a 67 trabajadores, indicó el Cabildo insular.

El día soleado acompañó la fugaz visita de máximo dirigente de China durante su escala técnica en la Isla, de regreso de una gira por Iberoamérica, acompañado de buena parte de su gobierno -tres vicepresidentes y nueve ministros- periodistas del país y miembros de su seguridad.

En total, de su avión presidencial bajaron en torno a 160 personas, sin contar con los representantes del Gobierno chino -como miembros de la embajada en España y de su ministerio de Asuntos Exteriores- y fuerzas de seguridad de ambos países, que ya se encontraban en la Isla preparando la estancia del mandatario.

Máxima seguridad

De hecho, lo más comentado de la jornada fue la extrema vigilancia que ha rodeado esta visita. Más de 150 miembros de seguridad de China y España controlaron el más mínimo detalle tanto dentro como fuera del hotel, donde en sus tejado estaban apostados varios francotiradores, además de vigilar los accesos al establecimiento y la entrada y salida de sus clientes. En palabras del alcalde San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, que ofició como anfitrión del municipio donde se alojaba la importante delegación china, nunca antes había visto tanta seguridad, ni con cualquier presidente de otro país ni con los reyes de España. "Seguridad absoluta", afirmó emulando a un título de película.

Soraya Saénz de Santamaría llegó a la Isla con un ligero retraso, por lo que la reunión protocolaria con el presidente empezó poco antes de las doce, veinticinco minutos más tarde de lo previsto, y duró casi una hora. Solo permitió brevemente el acceso al inicio del encuentro, en la sala Ambassador de este gran resort del sur de Gran Canaria, a pocos medios gráficos, para captar la imagen del saludo inicial entre ambas delegaciones. Los periodistas restantes no pudieron ver al presidente ni a su equipo de Gobierno, dado el control que rodeó la reunión y, en general, la visita. A su fin, la vicepresidenta fue la encargada de explicar, en pocos minutos antes de volver a Madrid, y en una declaración sin preguntas, los términos de la reunión.

En un improvisado set para los numerosos medios de comunicación presentes, colocado en los jardines del establecimiento hotelero, en pleno césped y rodeada de palmeras, de asesores, miembros de seguridad y curiosos huéspedes del hotel, Sáenz de Santamaría destacó que el encuentro con la delegación china fue "cordial y más largo de lo que se esperaba" -se habían pactado de 20 a 30 minutos, pero se rebasaron los 50-, en un ambiente "de buena sintonía" que "ha puesto en valor el buen momento de las relaciones bilaterales" entre los dos países.

Más turistas

La vicepresidenta quiso destacar el trabajo que han realizado los dos países en los últimos tiempos y, por estar en Canarias, puso el acento en cómo se ha conseguido "fortalecer la llegada de turistas chinos a España, por dos vías: la programación de más vuelos y una gestión más ágil de los visados", cuestión en la que ambos dirigentes acordaron "seguir trabajando", y más ahora, que ya se ha conformado el nuevo Gobierno en España con lo que se retomarán los ámbitos de cooperación en los que ambos países pueden estrechar aún más sus relaciones.

En materia turística, el presidente Xi Jinping explicó que 120 millones de chinos viajan como turistas y la previsión es que en 2020 puedan llegar a 170 millones, lo que puede beneficiar a España. El mandatario mostró interés por aprovechar los conocimientos de los españoles en este sector, así como en implementar las comunicaciones y las líneas aéreas.

En este sentido, conversaron sobre la posibilidad de estrechar lazos de colaboración en otros campos, junto al turismo, en los que España y sus empresas tienen "prestigio" y amplia experiencia, como las energías renovables, la agenda digital o la gestión del agua, así como en el sector agroalimentario impulsando la presencia de inversores en China y de estos en España. Son áreas económicas que toman cada vez más relevancia en buena parte del mundo, explicó la vicepresidenta, y donde ambos países pueden hacer "partenariados" tanto a nivel de empresas como de los estados.

"Para China, España es un socio fiable en numerosos temas: en el ámbito político, en el económico y comercial y también en el cultural", señaló la vicepresidenta.

Sáenz de Santamaría aprovechó la circunstancia de que Xi Jiping regresaba de Iberoamérica acompañado de una delegación del más alto nivel, con sus tres vicepresidentes y sus nueve ministros, para tratar sobre la presencia y los intereses de los dos países en esa región del mundo.

"Hemos hablado del papel que nosotros tenemos allí, del importante nivel de inversión y de la fortaleza de los lazos que China tiene con Iberoamérica, así como de la posibilidad de promover actuaciones conjuntas allí, lo que sería muy bueno para todos", recalcó.

Al parecer, el presidente chino tiene interés en fortalecer la colaboración con España en este ámbito por las buenas relaciones que históricamente mantiene con Iberoamérica y por ser parte además de la Unión Europea, con lo que podría ayudar a implementar las presencia de China en estos países americanos.

Los dos dirigentes conversaron, asimismo, sobre el peso que tiene España en la UE, las relaciones de China con los Veintiocho y sobre la conveniencia de que, una vez que el Gobierno español ha recuperado plenamente sus funciones, los dos países programen una serie de visitas que fortalezcan sus relaciones.

Delegaciones

Al encuentro acudieron por la parte china, aparte de Xi Jinping, Yang Jiechi, consejero de Estado; Wang Yi, ministro de Asuntos Exteriores; Ding Xuexiang, jefe del gabinete del presidente; Lyu Fan, embajador de China en España; y Lyu Luhua, secretario del mandatario.

Acompañando a Sáenz de Santamaría, que se desplazó a la Isla sólo para este encuentro protocolario, estuvieron presentes el delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento; María González Pico, asesora de la vicepresidenta; y Fidel Sendagorta, director general de América del Norte, Asia y Pacífico.

Tras la cita, la vicepresidenta y su delegación regresaron al mediodía a Madrid, en un ambiente de luto por el inesperado fallecimiento de la exalcaldesa, Rita Barberá. Sáenz de Santamaría ya se desplazó en 2012 a Canarias para reunirse con el anterior presidente Hu Jintao, en otra escala técnica que hizo en Tenerife. También visitó Gran Canaria en 2001 el mandatario Jiang Zemin.