El cónsul de Nicaragua en Las Palmas de Gran Canaria, José Herrero de Egaña y López del Hierro, sobrino político de la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, está siendo investigado por el cobro de comisiones millonarias a través de un consorcio con la empresa pública Mercasa, en el que participaba su firma Ibadesa, y con el que realizó proyectos en Angola y República Dominicana. La sociedad del cónsul y empresario, en liquidación, forma parte de un holding vinculado al caso Pujol que investiga la Policía y, por otro lado, la Agencia Tributaria indaga sobre los negocios con el consorcio Mercasa-Incatema, tras la denuncia de algunos de sus excolaboradores que le acusan de alzamiento de bienes.

Además, según distintas informaciones publicadas por El Mundo, el empresario afincado en Madrid y vinculado a las Islas por estar casado con una canaria, también intentó, presuntamente, en el año 2009 que el consorcio en el que figuraba Mercasa le pagara comisiones de un 1% del importe total del contrato para realizar el mercado de Angola (2,15 millones de euros), a través de una empresa instrumental en Panamá, denominada Hutton Overseas Inc. Esta sociedad está considerada por la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (Udef) como una empresa pantalla de la red de blanqueo de la familia Pujol en Latinoamérica.

Desmentido

José Herrero de Egaña desmiente que haya intentado cobrar a Mercasa a través de Hutton Overseas, que además está inactiva, según asegura el empresario, y que ya no se trata de una sociedad mercantil sino de una marca comercial , así como afirma que ha podido ser víctima de documentación falsificada. Además, sobre los proyectos en concreto en Angola y República Dominicana sostiene que fueron legales y que está siendo víctima de una extorsión de sus excolaboradores.

La sede del Consulado de Nicaragua en Las Palmas de Gran Canaria figura en la calle Viera y Clavijo. Según amigos de José Herrero en la Isla, el empresario tiene muy buena relación con este país donde ha realizado infraestructuras y ha asesorado a sus dirigentes por lo que fue propuesto para el cargo en julio de 2013. Cuentan que visita Gran Canaria a menudo, dado que su esposa, con la que fundó la Fundación El Compromiso de ayuda a países en vía de desarrollo, en octubre de 2000, es de Canarias. De hecho, contrajeron matrimonio en la iglesia de San Agustín en la capital grancanaria en 1988, apadrinados por los Condes de Barcelona que estuvieron representados por el padre de la novia y la madre del novio, según consta en los ecos de sociedad e la época. José Herrero de Egaña es, asimismo, un productor de cine con títulos como El otro lado de la cama o Torremolinos 73.

Al parecer, Ibadesa que presidía el empresario hasta que en otoño de 2009 la declaró en concurso de acreedores era un conglomerado de empresas con nombres similares, como la filial Ibadesa Cat, de la cual fue consejero hasta 2004 Ignacio López del Hierro -marido de De Cospedal y tío de José Herrero de Egaña-, y de la que fue administrador hasta esa misma fecha Jordi Puig, considerado por la Policía como el testaferro de la familia Pujol.

En el caso de Ibadesa, especializada en la ejecución de proyectos e inversiones, fundamentalmente en países extranjeros, participó en el consorcio Mercasa-Incatema con la mitad de capital público, y realizó al menos dos proyectos que durante años resultaron fallidos: los mercados de Luanda (Angola) y Santo Domingo (República Dominicana). Según los denunciantes, ralentizaban los proyectos para cobrar más. Herrero, que se servía supuestamente de sus contactos para conseguir contratos y financiación, ganó varios millones de euros con estos negocios, indica El Mundo.

El contrato angoleño se firmó en 2006 y tras una década se han construido sólo once de las más de 30 naves proyectadas, pese a subir el precio hasta los 285 millones de dólares. Entre la pública Mercasa, Incatema y la sociedad de Herrero se repartieron cerca de 15 millones en los últimos siete años en dividendos. Y pese a ello declaró en concurso de acreedores Ibadesa en 2009. Además vendió sus acciones del consorcio unos meses antes de suspender pagos a otra compañía suya, Tuy Cinuenta, por 68.310 euros, que tres años después compró el propio consorcio de Mercasa por tres millones y Tuy ganó otros tres millomes en dividendos. Herrero argumenta que las acciones estaban pignoradas a favor del Banco Gallego y los seis millones fueron para ese banco.