Muthanna Zakarna, de 38 años con nacionalidad española y de origen palestino, residente en Vecindario, fue detenido este sábado en Barajas por la Guardia Civil cuando se disponía a viajar a Siria para unirse al autodenominado Estado Islámico. Ahora, en compañía de la Policía Nacional, busca en las Islas a un compañero de piso también islamista al que consideran radicalizado.

La calle Tinajo de Vecindario fue ayer el escenario de una controlada operación antiyihadista. Más de ocho coches de la Guardia Civil cerraron la vía ante la expectación de los vecinos que, asomados desde sus ventanas, no daban crédito al despliegue policial. Así, la mayoría de los guardias iban con pasamontañas para ocultar su identidad. Entre decenas de agentes de Canarias y de Madrid, Zakarna llegó detenido a su domicilio en el número 16 de dicha calle, alrededor de las 10.00 horas, lugar donde los agentes recogieron gran cantidad de material informático y de todo tipo.

La investigación ante la radicalización del palestino, que había solicitado la nacionalidad española dos años antes, fue iniciada en 2014. Asimismo, según responsables de la operación, no es la primera vez que el detenido intenta enrolarse en la banda terrorista islamista entrando en Siria.

En el pasado mes de julio quiso acceder al país en guerra por Turquía, donde fue detenido y devuelto a España. En este último viaje frustrado por las Fuerzas de Seguridad del Estado intentó entrar por Jordania, donde se le interceptó gracias a la activación de un dispositivo específico con la Guardia Civil y en coordinación con las autoridades jordanas. Tras ser detenido este sábado en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, la Guardia Civil lo trasladó hasta a su vivienda en Vecindario para llevar a cabo el registro mencionado.

Sobre las 09.15 horas, los agentes de la Guardia Civil irrumpieron en el inmueble de fachada de piedras color marrón y cuya propiedad se corresponde con el empresario Juan Suárez, según Santiago Benítez, un vecino de la zona que asegura, además, que antes de este dueño, tanto la vivienda como el garaje de puertas color azul debajo de la misma, que también fue inspeccionado para la investigación, eran de Juan Benítez "pero se la embargaron y la compró Suárez, el mismo que lleva a cabo su alquiler", añade con seguridad.

Después de varias entradas y salidas en el edificio, con perros y otros instrumentos para facilitar la inspección, a las 10.00 horas llegó el presunto yihadista, esposado y sin el rostro cubierto, para entrar en la vivienda y subir hasta el segundo piso de la misma junto a los agentes. Una hora y media más tarde y sin movimiento visible en el exterior, más que el vaivén del equipo de seguridad que custodiaba la zona ante la mirada atónita de un número cada vez mayor de vecinos que ocuparon especialmente la plaza 25 de Noviembre contigua a la calle, comenzó un desfile de guardias civiles con cuatro cajas precintadas y un cilindro portapapeles, extraído del domicilio. Dos de ellas fueron situadas en la entrada del garaje mientras el resto de artículos fueron guardados en el maletero de uno de los vehículos oficiales.

A las 11.45 horas, un agente aguardaba con una sisaya roja en las manos para proceder al corte de un candado que imposibilitaba la entrada al garaje "que hace años, cuando lo tenía el otro propietario, era un taller de coches", explica Francisco Sánchez, vecino de la vivienda número 10 en la misma vía. Finalmente, el inquilino del inmueble, Andrés Muñoz, llegó al lugar con la llave y facilitó la apertura para que los encargados de la investigación pudieran acceder.

Dentro, varios coches inmovilizados recibieron a los agentes con linternas de gran tamaño, los perros y las cajas separadas del resto. Por su parte, Muñoz señala que el espacio lo utiliza como almacén y que no conocía "de nada" al detenido, puesto que "el garaje es independiente al alquiler de la casa". Cuenta que al registrar "no encontraron nada, ya que solo miraron porque estaba debajo de la casa" y que a pesar de que el presunto yihadista "no accedía al garaje, había otra llave".

Con la llegada del jefe de la Guardia Civil de Las Palmas, Ricardo Arranz, sobre las 12.05 horas, se procedió a la bajada del detenido de la vivienda al espacio alquilado por Muñoz, donde 15 minutos después se sacaron las dos cajas que quedaban para introducirlas junto al resto en el maletero del mismo vehículo. Acto seguido comenzó la preparación de los coches con el fin de organizar la zona para la salida del detenido.

Gran expectación

Alrededor, familias enteras grababan con sus teléfonos móviles desde sus balcones la operación que muchos aseguraron "parecer de una película de cine", mientras a pocas manzanas muchos otros, ajenos a lo ocurrido, corrían la media maratón en honor al alcalde Camilo Sánchez, lo que ocasionó que gran parte de las calles estuviera cerradas y perjudicara la llegada a la vía Tinajo, protagonista de la jornada en el pueblo. Pese a ello, la Policía Local de Santa Lucía colaboró con el dispositivo para agilizar el tráfico y favorecer que no hubieran mayores inconvenientes en los alrededores.

Así, como si de la meta de una carrera se tratase, los vecinos esperaban con ansia la salida del detenido del garaje, con el fin de ver su cara y comprobar si era o no conocido. Tras el abandono del inmueble de la autoridad judicial, también presente, Muthanna Zakarna dejó atrás el antiguo taller y fue introducido en uno de los coches. Entre sirenas y ojos expectantes su rostro reconocido por la mayoría quedó clavado en la retina de todos y cada uno de los presentes.

Fuentes de la investigación puntualizan que creen que con el registro se ha dado con material "relevante" para esclarecer el caso. La detención es fruto de la investigación abierta en 2014 "tras detectar en el entorno del detenido elementos indiciarios de un proceso de radicalización yihadista a través del consumo reiterado de propaganda terrorista", explica el Ministerio del Interior.