Parece que se va a quedar usted como la única representante del PP canario en el Gobierno de Rajoy. ¿Es proporcional este nombramiento al peso real del partido en el conjunto del PP nacional?
Yo no creo que esté en el Gobierno como cuota canaria ni puedo pensar que la representación en el Gobierno sea de los partidos o de los territorios. Un gobierno se forma con aquellas personas que el PP y el presidente consideran que son las más adecuadas pensando en el interés general y en el bienestar de los ciudadanos, e imagino que ese será el sentido de mi nombramiento. Puede ser también que también se busque un equilibrio territorial, pero por encima de todo está la visión de la finalidad última de poner en los puestos a las personas que se considera que tienen capacidad y mérito para los objetivos que persigue un Gobierno, que es la búsqueda de ese interés general.
A usted se la esperaba sobre todo en algún puesto del área de Hacienda, ¿le ha sorprendido haber caído en Turismo, algo tan distinto a su especialidad?
Es evidente que mi experiencia en la Administración y en política está en el campo de la hacienda y en el tributario, pero creo que es bueno cambiar y es bueno introducir en el área turística la visión del área económica, y es bueno que las personas que nos dedicamos a lo público podamos conocer diferentes departamentos, porque eso redunda en una mejor aportación. Estaba muy contenta en el Congreso de los Diputados como portavoz del área Económica, de Hacienda y de Presupuestos, y pienso que esa experiencia me va a ser útil en turismo. Tengo mucho que aprender, y me voy a dejar ayudar por los magníficos profesionales que hay en el ministerio y también en las comunidades autónomas.
¿Con su nombramiento, Canarias le ha ganado la batalla a Baleares por el puesto para el que parece que había interés y presiones por parte el sector turístico balear?
No cabe duda de la importancia que tienen ambos archipiélagos en el turismo. Desconozco si ha habido una batalla por el puesto, en todo caso yo no he participado en ella. Imagino que todos los territorios en los que el turismo es importante, que podría decirse que es prácticamente toda España, habrán tenido interés en colocar a una persona cercana. Es lógico y normal, cada territorio está en su derecho de pelear por el puesto. Pero insisto en que no conozco los detalles de esa batalla si es que se ha producido.
¿Ya tiene un plan de acción en materia de política turística para los próximos años?
Sería muy pretencioso que a estas alturas, con sólo unas semanas de estar en el cargo, decir que tenemos un plan establecido. Además, para empezar a establecer cualquier plan de política turística, tengo que reunirme con las comunidades autónomas y las entidades locales. El turismo es un sector muy transversal y necesita decisiones de todas las administraciones, y luego también adoptarlas con el sector privado. Hay que convocar una conferencia sectorial y trazar una estrategia. El modelo turístico no se elige, nos viene marcado por muchos condicionantes, pero la estrategia sí forma parte de lo que tenemos que definir.
Usted se ha marcado como prioridades el empleo y la innovación. Dicho así suena bien, pero, ¿cómo conseguirlo?
Hay que celebrar los datos de visitantes que tenemos y que estemos batiendo año a año todos los récords, pero no nos conformamos. Estamos contentos, pero somos conscientes de que nuestro reto es una apuesta por la calidad y la excelencia, que tenemos un turismo prestado de mercados como Túnez, Egipto o Turquía y que ese visitante tiene un gasto medio inferior al objetivo que nos proponemos. A todos nos gustaría que estos destinos turísticos pudieran restablecerse, que esos países recuperaran la normalidad y que pudieran volver a tener turistas, porque es bueno para ellos y para Europa. Nosotros tenemos que actuar donde podemos influir, en aspectos como dotarnos del marco regulatorio adecuado para que esta actividad aliente el crecimiento económico, sea un elemento de redistribución de riqueza y de creación de empleo.
¿Con qué medias concretas?
Lo primero es establecer un diálogo con las comunidades autónomas. El turismo es una actividad transversal muy amplia, es el pequeño bar con tres empleados y el hotel con 3.000, pero lo que sí tenemos claro es que en ese afán por la excelencia hay que buscar una estrategia para aquellos países donde podemos obtener un turismo de mayor capacidad de gasto. Los informes realizados demuestran que ese turista está en los países emergentes, sobre todo en Asia. Tenemos un gran reto para atraer a ese turismo de China, India, Japón, con mucho poder adquisitivo y dar a conocer el destino España en estos países. Los elementos que deben inspirar la política turística deben ser establecer o mejorar la conectividad con los mercados, eliminar la burocracia para que los proyectos se lleven a cabo y la promoción. Establecer rutas aéreas con estos países es clave.
Canarias tiene dudas sobre participar o no de la promoción bajo el paraguas de la marca España porque cree que le resta atractivo a su oferta
Un elemento en el que todos estamos de acuerdo es que tenemos que buscar nuevos mercados en los países emergentes, y eso se puede hacer de muchas maneras, pero la más importante es tener una marca robusta, una marca país que identifique. En los mercados tradicionales, los destinos específicos y más concretos pueden ser conocidos y pueden tener su promoción singularizada, pero no sucede así en los países de otro continente y por eso hay que ir a ellos con una marca más global. Esto no quiere decir que porque exista la marca España como elemento de entrada en un país cada comunidad autónoma no pueda lanzar sus propias promociones. La promoción internacional y, sobre todo, en los países emergentes tiene que cumplir la función de que nos identifiquen como país, historia, clima, cultura, etcétera. Tenemos una apuesta decidida por la calidad y la excelencia, necesitamos visitantes con valor añadido, tenemos que innovar, y conseguir un equilibrio entre sostenibilidad y desarrollo económico. Ese es el reto del turismo en Canarias. En el Archipiélago es aún más sensible por la fragilidad del territorio. 2017 es el año internacional del turismo sostenible para el desarrollo, y será mi primer año de trabajo como secretaria de Estado de Turismo y voy a considerar como un gran reto compatibilizar desarrollo y sostenibilidad.
¿Qué balance cabe hacer del Plan Nacional Integral de Turismo? ¿Se va a mantener, renovar o está superado?
Hablar de la política turística de los últimos años es hablar de una historia de éxito. Se han incrementado el número de visitantes y el gasto total. Ha sido una buena estrategia, porque ahí están los resultados. Pero no somos conformistas, a partir de ese dato necesitamos mejorar en calidad y excelencia. España y Canarias en particular tienen un potencial muy importante y la innovación y la diversificación tienen que estar presentes, pero partimos de un punto alto. El turismo en España representa el 11% del PIB nacional, pero el 12% del empleo. Es una actividad generadora de empleo.
Pero es un empleo de baja calidad y el que tiene peores condiciones salariales.
El turismo engloba desde un pequeño restaurante o tienda de souvenirs, hasta las grandes cadenas hoteleras, y me imagino que habrá de todo. Es verdad que se necesita mejorar el empleo de calidad en el sector. Hay que considerar que cuando se destruye empleo, no se pueden subir los salarios. Ahora que se empieza a crear empleo es el momento de pensar en mejorar las características de ese empleo y reforzar su calidad. Si las empresas empiezan a mejorar sus balances y sus cuentas de resultados, hay que trasladarlo al empleo.
Las empresas turísticas llevan tiempo mejorando sus resultados. Por ejemplo, el presidente de AC Hoteles, Antonio Catalá, decía hace poco que la reforma laboral es la responsable de que la buena marcha del sector no tenga equivalencia en el empleo
No puedo hablar de unas declaraciones que desconozco. Es verdad que si las empresas mejoran sus beneficios, tienen que compartirlos con los operadores que contribuyen a la formación de esa riqueza, pero es que la situación esta es reciente, venimos de otra en la que se destruía empleo y se cerraban empresas. La recuperación económica tiene que ir hacia una redistribución de la riqueza a través del empleo. Desde el sector público lo que tenemos que hacer es velar por el interés general, impulsar el crecimiento económico y que este se traslade cuanto antes en forma de bienestar a los ciudadanos. Yo creo que el sector empresarial tiene que ser solidario con la situación, y que en turismo la colaboración público-privada es buena. Y creo que el diálogo que pretendo con las comunidades autónomas y con el sector privado se va a transformar en decisiones importantes en todos los ámbitos, entre ellas la calidad del empleo en el sector.
¿Estaría dispuesta, por ejemplo, a abordar el problema de la llamadas kellys, las camareras de hotel que cobran 3 ó 4 euros por cada habitación que limpian?
Las condiciones de trabajo son un bien jurídicamente protegido, el ordenamiento jurídico tiene que velar por él y tiene sus instrumentos para protegerlo. El trabajador tiene sus derechos, y los empresarios los suyos, y el sector público tiene que velar porque se cumpla la normativa vigente. En ese tema, quien tiene que actuar es la Inspección de Trabajo, y ver si se está produciendo en el caso de estas trabajadores un abuso en las condiciones de trabajo del empleado. Si hay abusos en el cumplimiento de esa norma, la inspección debe actuar, porque está para eso. Por lo que he leído, hay indicios de prácticas abusivas, que deben ser corregidas si no se cumplen los derechos de los trabajadores.
