"Yo a los cabos no les digo si hay que izar la bandera, se lo pregunto al general, ya está, donde manda capitán no manda marinero". Así de rotundo zanjó ayer el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, los matices de la Consejería de Obras Públicas al acuerdo del pasado lunes sobre la cesión de la competencia del anillo insular a la Corporación insular para finalizar esta carretera y que supone un nuevo capítulo en las desavenencias entre Alonso y la consejera Ornella Chacón. De esta forma, el dirigente tinerfeño deja claro que cuenta con el aval directo del presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, sobre una infraestructura que lleva reivindicando desde el inicio de la legislatura. Bajo su punto de vista la decisión política ya está tomada.
La propia consejera de Obras Públicas puntualizó ayer que el acuerdo al que se ha llegado es crear una comisión técnico-jurídica, con la presencia de los directores generales de carreteras de ambas administraciones, para analizar la viabilidad jurídica de una "cesión parcial" de la competencia en una parte de la vía del anillo insular, concretamente el tramo del túnel de Erjos.
Pero Carlos Alonso hace caso omiso a esta relativización de Chacón. Cuestionado por los periodistas advirtió que él trata con el "general" -Clavijo- y no con el "cabo" -Chacón-, por lo que "donde manda capitán no manda marinero", reafirmándose en que es el presidente el que le ha garantizado la viabilidad política para que el Cabildo asuma una carretera que tiene un coste estimado de 300 millones de euros y que forma parte del convenio de carreteras con el Estado como vía de interés general de la Comunidad Autónoma.
"Está todo planificado encima de la mesa, con independencia de la competencia, lo que importa es quién puede hacerlo", destacó Alonso, incidiendo en que el informe jurídico encargado por Clavijo dice que "lo importante es el interés general". En ese sentido, dijo que en la Comunidad Autónoma "hay mecanismos de cooperación" para defender el interés general como la delegación de competencias, la encomienda o un convenio de colaboración. Es a la figura de la delegación de competencias a la que se agarra Alonso para asumir esta vía, algo inédito en Canarias ya que los cabildos tienen transferidas las competencias en el mantenimiento y mejora de las vías autonómicas una vez que están abiertas al tráfico, pero no las obras de ejecución de las mismas, una competencia exclusiva del Gobierno regional hasta ahora.
El empeño del presidente insular tinerfeño de obtener la delegación en las carreteras autonómicas de la isla le ha enfrentado en varias ocasiones desde el inicio de la legislatura con Ornella Chacón, a la que responsabiliza de no hacer lo suficiente para resolver los atascos de tráfico crónicos que sufre la isla en las autopistas TF-1 y TF-5.
Sobre la financiación de la vía, con un coste de 300 millones, Alonso señaló que la Administración autonómica pagará un tercio del total y los dos tercios restantes saldrán de los fondos de la Corporación.
