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Pacto territorial incompleto

Canarias apuesta por los acuerdos "multilaterales" sin renunciar a la relación directa con el Estado exigida por Cataluña y País Vasco

El Rey Felipe VI a su llegada al Senado Efe

Canarias ha sido una de las comunidades autónomas que más fuerte ha apostado en los últimos tiempos por la Conferencia de Presidentes que hoy se celebra en el Senado. No sólo al considerar urgente que el Estado y las comunidades autónomas afrontaran una serie de cuestiones vitales que deben abordar sin más dilación, fundamentalmente la reforma del sistema de financiación, sino también como una necesaria fórmula de relación continuada y permanente entre ambos niveles del poder en el ámbito territorial. Así lo ha venido expresando el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, desde que el pasado mes de septiembre inició su propuesta de 'cumbre autonómica' que luego fue 'moviendo' entre sus colegas de otras regiones y que solicitó formalmente en una carta al presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy.

La reunión que finalmente se celebrará en su sexta edición es básicamente bajo el mismo formato que las cinco anteriores, aunque con tres novedades importantes: quiere dotársele de un reglamento interno que garantice su convocatoria temporal mínima de un año; tendrá cierto carácter decisorio; pero al mismo tiempo contará por primera vez con dos ausencias notables, las de los mandatarios de Cataluña y País Vasco.

Así, lo que pretende ser una especie punto de avituallamiento de las relaciones entre el Estado y las distintas regiones, o de 'pacto territorial' para diversas cuestiones de ámbito multilateral, se ve lastrado por el complejo momento del debate territorial que protagonizan las dos principales comunidades históricas y en particular por el proceso soberanista catalán.

Sobre este marco, el presidente de Canarias acude a la cumbre con un cierto aura de impulsor de la misma y con la idea clara de que en ella no se juega los garbanzos de la mayoría de sus asuntos pendientes con el Estado. Sí el relacionado con la reforma del sistema de financiación autonómica, que afecta a todas las regiones del régimen común (todas excepto País Vasco y Navarra), pero no en la mayor parte de los que tienen que ver con el desarrollo de la agenda canaria en Madrid como la reforma del REF económico, la del Estatuto de Autonomía, o las inversiones estatales en el Archipiélago a través de los convenios de empleo o infraestructuras.

El Gobierno regional asume además la idea de que la Conferencia de Presidentes se constituye en un marco multilateral de negociación política que no afecta, por tanto, a las relaciones bilaterales con el Estado y que no debe afectar al debate de fondo sobre el modelo territorial, como tampoco debería verse arrastrado por el conflicto que algunas comunidades autónomas tienen planteado en este ámbito como es el caso de Cataluña, o sobre la visión federalista y de reforma constitucional que la mayoría de partidos gobernantes en algunas autonomías reclaman, todos excepto el PP.

La "cuestión identitaria" debe quedar el margen de la cumbre del Senado, según el Gobierno de Canarias, que apuesta por un foro operativo sobre medidas concretas para asuntos que se refieran a la calidad de vida de los ciudadanos y al mantenimiento del Estado del bienestar que tan deteriorado ha quedado tras la crisis económica.

Junto a Canarias, también se han señalado reclamando este tipo de cumbre aquellas comunidades que consideran urgente la reforma del sistema de reparto de fondos estatales entre las regiones, sobre todo Andalucía y Comunidad Valenciana, pero también Baleares y Madrid.

Hoy no hay frentes partidistas, como en la mayoría de las cinco cumbres previas, aunque sí posicionamientos compartidos en función de su nivel de financiación actual y su estado de cuentas con el ministerio de Hacienda, al que muchas regiones reclaman mayor margen de déficit y deuda.

También hay discursos reivindicativos, pero, por unas razones u otras, la mayoría de las comunidades cree tener razones para lograr incluir su agenda de temas en esta reunión, y casi todas esperan salir ganando algo.

Los diez temas sobre los que se han conseguido acuerdos previos y que se firmarán hoy en el Senado son de interés común y, en principio, sin líneas rojas aparentes por parte de nadie -Ley de Unidad del Mercado, tarjeta social, coordinación de efectivos en situación de emergencia, el impulso a una agenda europea, un pacto para abordar el problema demográfico del país, la educación o la necesidad de contratar nuevos funcionarios para los servicios esenciales, entre otros- . Pero falta saber cómo se llevarán a cabo cada uno de ellos, sobre todo el de la financiación, para comprobar si es posible un avance de las más perjudicadas, entre ellas Canarias, sin damnificados. O si para compensar a Cataluña y convencer a sus dirigentes nacionalistas de una renuncia al proceso independentista se le ofrece a esta comunidad privilegios respecto a las demás comunidades.

El proceso independentista en Cataluña es en todo caso el que está detrás de la ausencia del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, de la cumbre del Senado. Aunque el Gobierno central confiaba hasta última hora en poder convencerlo para que acudiera a la cita, el calendario soberanista del Gobern en su afán por celebrar un referéndum por la independencia lo ha hecho imposible. Los nacionalistas catalanes ven en esta Conferencia un ejemplo del "autonomismo más rancio" del modelo territorial español al que no están dispuestos a sumarse y dar cuerpo.

La ausencia del lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, tiene otras claves: una de ellas puede es seguramente evitar dejar en evidencia a los nacionalistas catalanes, pero otra, más descatada, tiene más que ver con la puesta en escena de la negociación de los Presupuestos del Estado para el 2017. Los votos de los nacionalistas vascos son fundamentales a estas alturas para el Gobierno de Mariano Rajoy.

Será la primera vez que ambos gobiernos se ausenten de una Conferencia de Presidentes, porque en las cinco ediciones anteriores tomaron parte los Ejecutivos de las dos comunidades autónomas.

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