El vuelo JK5022 de la compañía Spanair nunca debió despegar del aeropuerto de Barajas el trágico 20 de agosto de 2008. La cadena de errores acabó con la vida de 154 personas, de las que la mitad residían en Gran Canaria, y continuó con el trato dispensado a sus familiares. "Pero eso ya no lo podemos cambiar. Lo importante ahora es que el sacrificio no sea en balde, que las muertes de ayer no sean las de mañana y que el estatus de ciudadano no se pierda al asumir la condición de víctima", aseguró ayer Pilar Vera, presidenta de la Asociación AVJK5022, en el Club LA PROVINCIA, al exponer la línea de trabajo desarrollada en su búsqueda de justicia durante los últimos ocho años y sus logros principales.

La AVJK5022 ha trabajado en tres vertientes: la defensa de sus derechos como víctimas, conocer lo que de verdad ocurrió y depurar responsabilidades. Los logros alcanzados hasta el momento, según apuntó Vera, son facilitar las listas de pasajeros a las familias afectadas dos horas después del accidente, según establece el reglamento europeo; ofrecer una explicación institucional de las causas; que todos los países miembros de la Unión Europea tengan un plan de asistencia a las víctimas. Además, se ha logrado unificar una variedad de protocolos y ponerlos en práctica, así como dotar de herramientas y recursos a los propios aeropuertos. La representante de las víctimas puso como ejemplo que la primera localización del aparato siniestrado desde la torre de control del aeródromo se realizó a simple vista por el humo de la aeronave.

Pilar Vera calificó estos avances como el verdadero testamento y el legado de las 154 víctimas mortales y los 18 heridos que dejó el vuelo JK5022 en su trágico despegue en Barajas, a través de los movimientos que ha realizado la asociación con el único propósito de "buscar un significado a tanta muerte", apuntó su representante.

Ante el centenar de personas que acudió ayer a la charla del Club LA PROVINCIA, Vera explicó que el último precedente se remonta al año 1985. La tragedia entonces tuvo lugar en Bilbao con 148 víctimas mortales. "Desde 1985 a 2008 no se hizo absolutamente nada. Ni siquiera sabían cómo abordarlo y lo que consiguieron fue hacernos sufrir el triple de lo que ya sufríamos porque no existía un protocolo en uso o una normativa de asistencia a las víctimas". Vera resumió los problemas como ineficiencia del Estado, indolencia en las compañías aéreas, indiferencia e intereses de terceros, entre ellos las aseguradoras, o el acoso que sufrieron por parte de bufetes de abogados.

La presidenta de la AVJK5022 explicó que los avances en España solo se han asumido por imposición de la normativa internacional. Esto, explicó Vera, se ha logrado a través de la Organización de Aviación Civil Internacional, una agencia de la ONU -con un estatus equiparable al de un Estado- encargada de la normativa y donde se ha reconocido a la Federación Internacional de Víctimas de Accidentes Aéreos, constituida por 12 asociaciones y presidida por Pilar Vera, y con lo que lograron equiparar su voz en esta asamblea a la de pilotos y controladores.

A partir de este paso, las asociaciones de víctimas han accedido a la asamblea general de la OACI, donde han presentado tres nuevas propuestas que Pilar Vera confía en que sean aceptadas y que España las asuma posteriormente.

Por otro lado, se ha ido desarrollando el proceso indemnizatorio con un importante enfrentamiento con Mapfre, la aseguradora de Spanair, que ha planteado un baremo de uso general en los accidentes de tráfico y que es mucho menor -ronda los 11.000 euros por víctima- que el que recoge la Unión Europea a través del Convenio de Montreal y que la AVJK5022 reclama para sus asociados.

En 2016 lograron que la Audiencia Provincial de Barcelona fuera la primera en establecer la ausencia de un límite económi-co en caso de lesiones o fallecimiento del pasajero, como recoge la normativa europea. La pena, según Vera, es que muchos familiares han cedido ante la aseguradora al no aguantar el duro proceso judicial.