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La NASA eligió Canarias para la conquista del espacio

La estación de Maspalomas nació por el Proyecto Mercury, el primer programa americano para poner una nave tripulada en órbita

La NASA eligió Canarias para la conquista del espacio

Canarias ha estado en el punto de mira de EEUU desde el inicio de la carrera espacial con la Unión Soviética durante la Guerra Fría, la que se desató en la calma chicha al concluir la Segunda Guerra Mundial. En medio de este enfrentamiento no declarado entre ambas potencias mundiales surgió la competición por la conquista del espacio, entre 1957 y 1975, iniciada por los soviéticos con el lanzamiento del Sputnik 1, el primer satélite artificial que orbitó con éxito alrededor de la Tierra el 4 de octubre de 1957.

El Proyecto Mercury fue la respuesta de la NASA ante el liderazgo de ese momento de la Unión Soviética. El programa comenzó a pergeñarse en octubre de 1958, un año después del lanzamiento del Sputnik 1, y en los documentos que acaban de ser desclasificados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ya aparece Canarias y, en concreto, una estación en Gran Canaria, germen del actual centro del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial), como posible base para el desarrollo de este proyecto. En 1959, recién creada la NASA y su ambicioso programa de poner un hombre en órbita alrededor de la Tierra, el Proyecto Mercury hacía necesaria una red de estaciones de seguimiento para dar la máxima cobertura a la trayectoria orbital. La situación estratégica de Canarias con respecto a la base de lanzamiento de la NASA en Cabo Cañaveral (Florida) posicionaba a las Islas como una clara aspirante a ser una de las 16 estaciones en tierra.

En los documentos desclasificados, ya en septiembre de 1960 se establece a Gran Canaria como una de las bases del extranjero que iniciarán la carrera de EEUU contra la URSS por conquistar el espacio. En concreto, uno de los documentos son cartas entre Keith Glennan, primer administrador de la NASA, y Allen Welsh Dullen, jefe de la Agencia Central de Inteligencia durante la Guerra Fría. En ellas, Glennan expone su preocupación por el hecho de que hay países donde quieren instalar las bases que son remisos a estos asentamientos. Hablan de una zona en Zanzíbar (Tanzania) y de otra en Guaymas (México). En las cartas se informa de que en marzo de 1960 hubo una conferencia del Partido Comunista Mexicano, una formación histórica en el país, en donde se hizo una resolución para denunciar ante la opinión pública nacional e internacional la construcción por el Gobierno de Estados Unidos de una base para el lanzamiento de satélites guiados próxima al importante puerto de Guaymas, situado en la costa del Pacífico mexicano, en el Estado de Sonora. Según el documento de los servicios de inteligencia, los comunistas denunciaban que se trataba en realidad de una base militar encubierta de EEUU. En la prensa del momento se decía que algunos grupos se oponían a que México diera su apoyo a esta instalación porque pensaban que acarrearía problemas con los soviéticos, y otros grupos porque suponía una invasión a la soberanía nacional. Un año después, el presidente mexicano Adolfo López Mateos comunicaba que la estación estaba construida "por un acuerdo, en cooperación con el Gobierno de los Estados Unidos, y sin otras finalidades -debo de insistir en esto, dijo-, que las estrictamente científicas y humanitarias". El mensaje fue claro y justificaba el acuerdo bajo la presidencia de John Fitzgerald Kennedy en que al orbitar los satélites sobre la Tierra había zonas en donde se perdía el contacto y EEUU encontró en Guaymas el punto ideal para la instalación de una de las estaciones de seguimiento.

En realidad, la NASA necesitó 18 estaciones, 16 en tierra y dos embarcaciones alrededor del mundo para controlar la órbita de los satélites. En el documento desclasificado de 1960 aparece ya Canarias como sitio idóneo para ello. La posición estratégica de las Islas implicó que a finales de 1959 vinieran a Gran Canaria los ingenieros Gaddy y Rigazio para decidir la ubicación de la futura estación. Se eligió Maspalomas, al ser un zona deshabitada. En 1960 se inició la construcción del edificio civil, que empezó a operar en 1961.

Por tanto, esta base, que la NASA denominó Canary Station, tuvo como cometido inicial el control de las naves del Proyecto Mercury, con seis misiones tripuladas desde 1961 hasta el 15 de mayo de 1963, año en que finalizó el programa. En mayo de 1961 participó en el primer vuelo suborbital de un astronauta norteamericano, Alan Shephard, y en febrero de 1962 en el primer vuelo de EEUU que orbitó la tierra, realizado por el popular astronauta John Glenn, que al parecer al pasar por Canarias dijo: "A la vista, las Islas Canarias ¡qué paisaje!". El actual INTA en el sur de Gran Canaria fue gestionado por la NASA hasta 1975. Tras el Mercury, la estación también participó en el seguimiento de misiones del programa Gemini y del programa Apolo. Su meta fue ganar experiencia en la exploración espacial para poder llevar al hombre a la Luna, lo que se alcanzó el 20 de julio de 1969 con Neil Armstrong y Edwin Buzz Aldrin a bordo del Apolo 11.

Pero Canarias siguió en el punto de mira de EEUU en la carrera espacial. En otros documentos que se desclasificaron en 2014, el Departamento de Defensa de Estados Unidos propuso en 1975 al INTA como una de las cinco estaciones terrestres para albergar un nuevo sistema de vigilancia mundial del espacio, el Geodss, con carácter defensivo, para rechazar las posibles "amenazas por los objetos soviéticos espaciales". Finalmente, el nuevo sistema con grandes telescopios se ubicó en Socorro, Nuevo México. Esto fue un preludio de lo que posteriormente el presidente Ronald Reagan denominó "la guerra de las galaxias" y que derivó en el "programa de escudo antimisiles" iniciado por George Bush en el año 2000, en el que participa España desde la base de Rota en Cádiz.

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