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Lucha contra el terrorismo islamista Nuevas intervenciones en Canarias y País Vasco

"Hacían vida por la noche y se habían radicalizado"

Las personas más próximas destacan que el matrimonio era amable y discreto, pero que ambos apenas se relacionaban con el barrio

"Hacían vida por la noche y se habían radicalizado"

"Sorprendido, la verdad es que no lo estoy. Vivían su vida y no molestaban, pero se habían radicalizado mucho; y hacían mucho movimiento y venía mucha gente de noche". La noticia de la detención del yihadista marroquí ayer en Guanarteme era casi predecible para los vecinos más próximos, aunque en el barrio generó ayer cierta incredulidad.

El distrito capitalino está habituado a otros conflictos policiales por medio, pero muy lejos de la posible amenaza terrorista que, según la Policía Nacional, motivó este amplio despliegue de agentes de la unidad de intervención y hasta de desactivación de explosivos.

La detención del ciudadano marroquí no causó incredulidad entre las personas que lo conocían en el edificio. Según un vecino, aunque tanto él como su mujer eran personas muy amables en el trato, al mismo tiempo que discretos, si bien mantenían unas pautas de vida extremistas.

La mujer del arrestado tiene raíces latinoamericanas, según vecinos es colombiana, y lleva habitualmente una vestimenta negra que apenas le deja al descubierto el rostro y que cubre su cuerpo (chador). Se da la circunstancia de que en las dos últimas detenciones, tanto en San Juan hace un mes, como ahora en Guanarteme, la mujer del detenido tiene ascendencia latinoamericana. Y la vida familiar se hacía prácticamente de noche, que era cuando se les escuchaba rezar y cantar canciones árabes, incluida alguna nana al bebé que, según señalan, debe andar por el año de edad.

A pesar de que residían en un pequeño apartamento de unos 30 metros cuadrados era frecuente que se reunieran en el interior numerosas personas. "Hubo una época en la que había con ellos unas chicas que estaban muy radicalizadas, aunque ya no están", señala una de las personas próximas al matrimonio. Por la noche solían salir a la calle vestidos de negro, "aunque no se les veía relacionarse con nadie del barrio". Y se piensa que él trabajaba en un restaurante como cocinero, por la ropa de trabajo que se le llegó a ver.

Además, uno de los datos que llamó la atención era que llevaban teléfonos móviles "desechables", ya que en más de una ocasión se les cayó al patio interior del inmueble de la calle Colombia, cuando trataban de obtener cobertura.

Una de las personas señala que desde 2015 se corrió el rumor en la zona de que el hombre estaba siendo vigilado por la policía. Y, según aseguran, era habitual observar a policías en una postura discreta por la calle Colombia.

El matrimonio, que saludaba en español, llevaba unos dos años viviendo en este edificio destinado al alquiler de apartamentos. Sin embargo, hace algún tiempo se les perdió la pista, y pensaron que se habían mudado definiti- vamente. Pero regresaron hace un mes. "Llevaban una vida normal, eran muy diplomáticos, no molestaban y solían saludar cuando te los encontrabas", coincidía ayer otra residente.

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