La consejera de Turismo, Cultura y Deportes, Mariate Lorenzo, admitió ayer, por primera vez, su "responsabilidad" en los "errores" cometidos en el 33 Festival de Música de Canarias, que concluyó el pasado 4 de febrero con un fracaso en ingresos por venta de entradas y en público. Lo hizo en sede parlamentaria tras recibir las críticas de la mayoría de los grupos de la oposición en la Cámara canaria (PP, PSOE y Agrupación Socialista Gomera), que cuestionaron en la Comisión de Cultura el cambio de modelo del evento musical, promovido por Lorenzo y el coordinador provisional de esta temporada, el compositor y músico lanzaroteño Nino Díaz.

Podemos se apartó de la crítica generalizada de la oposición y se alió -algo insólito- con la defensa que realizó Coalición Canaria (CC), formación que sustenta el Gobierno en minoría de Fernando Clavijo, para defender el giro que ha dado el evento cultural en esta temporada. No obstante, esta confluencia entre ambas fuerzas antagónicas parece ser más una cuestión técnica y de afinidad en gustos con Nino Díaz, pues el diputado de Podemos, Juan Márquez, es músico como el director del festival, con el que coincide en los cambios promovidos en la programación y en la filosofía de extender el evento y abrirlo a nuevas tendencias, señaló.

Tensa por la comparecencia y por las duras críticas que ha recibido desde que se clausuró este festival internacional, la consejera de Cultura comparecía por primera vez ante el Parlamento regional para defender los datos "positivos" que, a su juicio, arroja el festival en público -7.131 personas más pero con un aumento de 40 conciertos con respecto a la anterior edición y 5.128 entradas regaladas-, así como la extensión del festival a "todos los rincones de las Islas", la reducción de precios y la apuesta por los intérpretes canarios, todo ello con el fin de "democratizar" un evento al que muchos ciudadanos, sobre todo en islas no capitalinas, no tenían acceso, dijo. Pero, tras las duras palabras del PP, en boca de Josefa Luzardo, las críticas de la diputada socialista María Victoria Hernández y el descontento del diputado de ASG, Jesús Ramos, formación de Casimiro Curbelo que, sin embargo, es la única que ha apoyado abiertamente al Gobierno en minoría de CC, Lorenzo se vio forzada a afirmar: "Asumo la responsabilidad de los errores cometidos en el Festival", pero dejando entrever que son solucionables en la próxima edición, donde seguirá apostando por un modelo "innovador" pero que se conjugue con "los gustos de públicos de ediciones anteriores".

Recordó que el lunes se reúne la renovada Comisión Asesora del Festival de Música para aprobar las bases del concurso público por el que se ha de seleccionar al nuevo director artístico del festival en sustitución de Nino Díaz. Su intención es "perpetuar este evento en el tiempo", puesto que, destacó, "es el principal proyecto cultural del Gobierno de Canarias".

Estas palabras no sirvieron para apaciguar a la diputada del PP, Josefa Luzardo, que ya negocia con el PSOE y Nueva Canarias presentar una moción en el Parlamento para pedir la reprobación de la consejera, lo que forzaría a su destitución o dimisión.

Según Luzardo, Lorenzo ha propiciado "un desastre en el que se han dilapidado 1,9 millones de euros, que es el mismo presupuesto que en 2016 con un resultado que no tiene nada que ver", pues, recordó, el desfase presupuestario es ya de 233.000 euros en la venta de butacas y se regalaron numerosas entradas.

La diputada del PP pidió, además, que la Audiencia de Cuentas fiscalice el gasto de esta edición, lo que David de la Hoz (CC) y Juan Márquez (Podemos) aceptaron siempre y cuando se auditen las 32 temporadas anteriores, porque, según ambos, también han sido deficitarias. De la Hoz, que es secretario insular de CC en Lanzarote, salió en defensa de la gestión de la consejera y de Nino Díaz, ambos de la misma isla que él, pese al malestar que existe en el seno de CC por el fiasco del evento. Además, cuestionó que este festival sea un foco de atracción para turistas.

Victoria Hernández (PSOE) también pidió "autocrítica" y lanzó un mensaje a la consejera muy llamativo: "Cuídese muy bien de quien parece que le está haciendo la cama, que es el señor Clavijo", como si el presidente fuese quien estuviera fomentando las críticas a la gestión del evento.

El gomero Jesús Ramos evidenció el descontento de ASG con los cambios del festival, que, a su juicio, "debe volver a sus orígenes".