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Canarias, sin voz en el debate sobre el Pacto de Estado por la Educación

El Congreso inicia el diálogo para la reforma educativa

Canarias, sin voz en el debate sobre el Pacto de Estado por la Educación

Representantes de siete formaciones políticas dieron los primeros pasos este martes en el Congreso de los Diputados para buscar el primer gran acuerdo educativo de la historia de España: la creación de la subcomisión para la elaboración de un Pacto de Estado Social y Político por la Educación.

Tanto en las reuniones de la subcomisión como en los debates previos celebrados desde diciembre hasta hoy, Canarias no se ha dejado oír en uno de los asuntos de mayor trascendencia de esta legislatura. Ninguno de sus quince diputados (por Coalición Canaria y Nueva Canarias o integrados en los grupos "nacionales" Popular, Socialista, Ciudadanos o Podemos) ha aportado siquiera una reflexión sobre la experiencia educativa de su comunidad autónoma.

El mutis por el foro de los representantes isleños no llamaría la atención si Canarias no contará con un sistema educativo puesto en evidencia por los principales indicadores internacionales y nacionales que los miden. Así, es la séptima comunidad autónoma con mayor tasa de abandono escolar: 29 de cada cien jóvenes canarios de 18 y 24 años no terminan sus estudios de Secundaria. Además, según el informe PISA, los alumnos de las Islas son los últimos en competencia en matemáticas, y los terceros empezando por la cola en comprensión lectora y competencia en ciencia. "Todas las islas arrastran necesidades educativas básicas", resumió en una reciente comparencia la consejera de Educación Soledad Monzón.

La brecha educativa regional

La responsable canaria de Educación se refirió también a los problemas de financiación que arrastra la enseñanza en las Islas: "Sin fondos estatales no podemos alimentar falsas expectativas". Y es que Canarias destina solo el 3,5% de su PIB, cuando la Ley Canaria por la Educación señala como inversión mínima necesaria el 5% y la media de la OCDE se sitúa incluso por encima de esta cantidad. Entre lo que recibe el Archipiélago para su sistema de enseñanza, 1.500 millones de euros, y lo que debería invertirse, Canarias arrastra un déficit anual de 500 millones de euros.

La experiencia educativa de Canarias podrá ser expuesta ante la veintena de diputados que integran la subcomisión educativa, si lo solicita el Consejo Escolar de cada Comunidad Autónoma, según sus normas de funcionamiento. Otras regiones sí han tenido, sin embargo, la capacidad de reacción y se han adelantado a exponer la realidad de sus sistemas de enseñanza a través de sus propios representantes parlamentarios: "Sería bueno que en esta comisión compareciesen la consellera d'Enseyament de Cataluña o la consejera de Educación del País Vasco para que expliquen su realidad concreta", solicitó el portavoz de Esquerra Republicana.

El propio informe PISA considera inaceptables las diferencias educativas entre las distintas autonomías españolas. Tener en cuenta esta brecha centró de hecho gran parte de las intervenciones de los diputados nacionalistas catalanes y vascos, pero también de valencianos y gallegos desde Podemos, frente a los tres grupos (PP, PSOE y Cs) que promovieron, el pasado mes de noviembre, la constitución de este órgano parlamentario para un Pacto por la Educación.

El inicio del diálogo político para tratar de alcanzarlo no ha impedido que se mantenga una convocatoria de huelga para el próximo 9 de marzo. Su objetivo es derogar la LOMCE y se ha introducido en los debates del Congreso como un mal síntoma. Hay expertos y políticos que sostienen que el pacto es imposible. Una de ellas es Esperanza Aguirre, que lo ha planteado en estos términos en un reciente artículo de opinión: "Si los populares defienden, como espero, la libertad, las posibilidades de acuerdo son muy escasas, porque chocan dos concepciones antitéticas de la educación". También el diputado vasco Joseba Andoni ahondó en las diferencias: "Nunca nos ha gustado el concepto de pacto nacional".

Tampoco invita al optimismo la reacción del ex presidente de CEAPA, Francisco Delgado: "Año tras año, reforma tras reforma, el sistema educativo español se ha ido descomponiendo, desarmonizándose, corporativizándose, privatizándose, jerarquizándose y confesionalizándose". Y añadía: "Los mercados, el patriarcado y la religión están ahí, introduciendo un grave estorbo para un desarrollo plural e inclusivo del sistema".

Frente a estas opiniones que subrayan las dificultades para consensuar un nuevo modelo educativo en España, se contraponen factores que podrían propiciarlo: la ausencia de mayorías políticas y una creciente toma de conciencia sobre el valor de la educación tras la crisis. Que ni PSOE ni PP ostenten la mayoría en el Congreso de los Diputados es, para muchos, el mejor escenario para alcanzar ese primer consenso en España en torno a qué sistema educativo debe afrontar el país para contar, en el futuro, con una sociedad mejor: "La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo", dijo Mandela para expresar su papel de "ascensor social" para cualquier ciudadano. Y es que el debate no es solo nacional, sino internacional: todos los sistemas educativos del mundo se están viendo obligados a adaptarse, de forma acelerada, a los cambios tecnológicos. La era digital supone todo un reto para la Educación, que afecta no solo a los medios empleados sino que ha puesto en cuestión los convencionales métodos pedagógicos.

Sea como sea, la reforma educativa ha dado sus primeros pasos en el Congreso: será o no una realidad, pero al menos se ha abierto una rendija para alumbrar un pacto que podría poner fin a décadas de imposición ideológico del modelo educativo español. Una rendija y un documento base para la futura ley: el informe que sus señorías se han comprometido a elaborar en seis meses. Contendrá un diagnóstico del estado actual de la enseñanza no universitaria, donde estudian ocho millones de alumnos (308.000 en Canarias), y una propuesta histórica de Pacto de Estado por la Educación.

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