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Saavedra se despide y Antonio Castro acaricia el puesto de Diputado del Común

Dirá adiós tras presentar el informe de 2016, que elevará el próximo jueves a la Cámara

Jerónimo Saavedra (d), conversa con el diputado del PP Emilio Moreno. C.MORENO

Jerónimo Saavedra está a punto de decir adiós como Diputado del Común. Ayer compareció ante la Comisión de Gobernación del Parlamento para dar a conocer sus propuestas para modificar la ley que regula a esta institución, e inició su intervención con una especie de despedida del cargo que ostenta desde hace cinco años, aludiendo a su edad y a que ya le toca el relevo, un puesto que, medio en broma medio en serio, se lo ofrecieron al presidente de CC en la Cámara, Antonio Castro Cordobez.

Saavedra dejará el cargo cuando presente el informe anual del Diputado del Común del año 2016. Su mandato expiró en diciembre pero pidió una prórroga para que le diera tiempo a terminarlo y defenderlo ante la Cámara. Trasladará el documento el jueves 9 de marzo a la presidenta del Parlamento, Carolina Darias, y después irá al pleno. En la comisión de ayer, el diputado del PP, Emilio Moreno, apuntó en su intervención que el también expresidente del Parlamento, Antonio Castro -procedente de La Palma donde está la sede del Diputado del Común-, podría ser el sucesor de Saavedra. Castro se lo tomó con humor pero tampoco dijo que no era así. Simplemente comentó que le había cogido "por sorpresa porque no había oído ni el más mínimo rumor" de que su nombre estuviera en las apuestas. Y ya metidos en bromas le preguntó a Saavedra cuándo pensaba renunciar al cargo, aunque, precisó, que, por su parte, "Jerónimo Saavedra puede seguir todo el tiempo que quiera".

Antes de irse, el aún Diputado del Común ha querido dejar planteadas las modificaciones legislativas que, a su juicio, requiere esta figura, aunque el Parlamento debe decidir ahora si las hace suyas. Saavedra formula que la nueva normativa permita que pueda haber un adjunto y que transcurridos los cinco años cese de forma obligatoria el Diputado del Común y ocupe ese cargo, de forma provisional, el adjunto hasta que se nombre a otra persona. A juicio de Saavedra, lo que no puede ocurrir es que un Diputado del Común esté diez años en el puesto, como su antecesor Manuel Alcaide, porque el Parlamento no llegaba a un acuerdo sobre su sucesor. También sugiere que, en caso de considerar que una ley es inconstitucional, eleve no solo un informe al Defensor del Pueblo sino también al Parlamento; que pueda mediar entre administraciones y particulares para intentar evitar la vía judicial; que el secretario general, nombrado y cesado por el Diputado del Común, sea un puesto permanente para dar estabilidad a la institución y que los asesores, 12 abogados, no cesen con el Diputado, porque es personal cualificado que conoce la legislación, sino que quien ocupe este cargo pueda, si así lo decide, mantenerlos.

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