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Ni tan unidas ni tan iguales

Patricia Hernández tuvo que mediar para que las diputadas de Podemos se sumaran al acto institucional en el patio del Parlamento

Si esta legislatura tiene una característica diferente respecto a las anteriores en más de tres décadas de autonomía en Canarias es la presencia mayoritaria de mujeres. De los 60 diputados que conforman la Cámara, 32 son féminas frente a 28 hombres. Un logro que refleja los avances en el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad y su lucha por romper los techos de cristal, también en la política.

Sin embargo, ayer se vivió un episodio que hace flaco favor a la unidad para exigir la igualdad de género. Durante unos minutos se hizo patente la división entre las diputadas sobre cómo festejar el Día Internacional de la Mujer. La verja del patio de la sede de Teobaldo Power separó dos visiones acerca de cómo celebrar esta fecha.

Podemos había anunciado desde el miércoles que sus diputadas secundarían al mediodía el paro internacional de treinta minutos bajo el lema Nosotras paramos para visibiliza el protagonismo de la mujer y su lucha; mientras que ayer, a primera hora, la presidenta del Parlamento, Carolina Darias, informó de la suspensión del pleno a las 12.00 durante cinco minutos para sumarse a los actos organizados de conmemoración.

Por ello, a la misma hora en que las representantes de Podemos pararon su actividad y se concentraron en las puertas del Parlamento, el resto de diputadas salieron a la escalera principal y enseguida se formaron corrillos, ya que no sabían qué hacer ni entendían la escena creada de repente.

En cuestión de segundos saltaron las alarmas. Al otro lado de la reja, en la calle, María del Río, de Podemos, reivindicaba que las diputadas tenían que salir de la Cámara para dejar patente el valor de su trabajo y que, si las mujeres se paran, se para el mundo. En el patio, sus compañeras de los otros grupos no sabían cómo reaccionar hasta que la exvicepresidenta del Gobierno, Patricia Hernández, del PSOE, medió para no romper la unidad y les invitó a entrar. "¿Si nosotras entramos, ustedes salen?" Ésa fue la condición de la formación morada y, al final, imperó el consenso. Las diputadas de Podemos accedieron al patio y entrecruzaron sus manos con el resto. Tras la tensión, risas y selfies.

Los varones, detrás como espectadores y desperdigados, querían participar, pero no se les permitió. Fueron excluidos. "Éste es nuestro día, no necesitamos que nadie nos tutele", alegó una voz de Podemos.

Acto seguido, varias parlamentarias correspondieron a la organización morada y salieron del edificio durante media hora. "Si ni siquiera nos ponemos de acuerdo en esto...", lamentó una parlamentaria del PP, que temía que esos 30 minutos le hicieran perder el avión para ver a sus hijos y conciliar el escaño con su vida familiar.

"Queda constatado que el Parlamento no puede funcionar sin las mujeres". Con su frase, Román Rodríguez, de Nueva Canarias, se ganó el aplauso del hemiciclo al reanudar el pleno. "¡Viva!", gritó una diputada.

Antes, en el impasse, Rodríguez aprovechó para fotografiarse con José Miguel Ruano, Mario Cabrera, Nereida Calero y Dolores García, todos de CC. El consejero de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, inmortalizó el momento. Con bromas y buen rollo charlaron en la bancada del grupo que sustenta al Gobierno. Quién sabe si se estaba fraguando la reunificación del nacionalismo.

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