La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Ángel Losada

"Desarrollo y seguridad van de la mano; sin el uno, la otra no es posible"

"La seguridad de los países que integran el Sahel es la seguridad de la propia Europa", explica el representante de la UE en el Sahel

¿Qué margen de error hay en la prevención de conflictos?

Obviamente no es una ciencia cierta. Lo importante es realizar una evaluación correcta de la situación, etapa en la que hallaremos los problemas potenciales a los que nos vamos a enfrentar. A partir de ahí, tomaremos las medidas institucionales, financieras o diplomáticas para evitar el conflicto o si ya lo ha habido, seguir el proceso paz para evitar que genere en uno mucho más importante.

¿Qué papel juegan en ello los mediadores?

Hoy en día es fundamental intervenir directamente.

¿No es eso lo que siempre ha hecho la diplomacia?

La diplomacia tradicional se basaba en los buenos oficios de un estado que no intervenía. El mediador no solamente interviene entre las partes intentando acercarlas, sino que también influye directamente con medidas que pueden llegar a ser coercitivas. Todo, por supuesto bajo el paraguas de Naciones Unidas (ONU).

¿La coerción sirve?

Es una de las herramientas. Le pongo el ejemplo del proceso de paz en Mali, que es muy antiguo, porque la rebelión de los tuaregs es la cuarta que hay. Tiene orígenes lejanos y, sin embargo, hasta hace poco solo un país había participado intentado ayudarles. Hoy es toda la comunidad internacional, la ONU, la UE y la Cedeao (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), con Argelia a la cabeza, que siempre ha estado muy comprometido con ese proceso de paz.

Con lo que la coordinación se torna clave.

El principio de la unicidad es indispensable, todos los que median deben ir unidos. En el momento en que divergen, se convierten en rehenes de una de las partes en conflicto. No es el único principio, también es fundamental el de la apropiación.

¿De qué?

Las partes deben apropiarse del proceso de paz, hacerlo suyo, y estar en la misma línea. Eso no es fácil, pero es esencial para que la mediación llegue a buen puerto.

¿Podemos pensar en que exista seguridad sin que se produzca un desarrollo?

No. La estrategia de la UE para el Sahel se basa en esos dos principios. No tenemos desarrollo sin seguridad ni seguridad sin desarrollo, van de la mano. La UE actúa tanto en cuestiones de desarrollo, pobreza, climatológicas...; el cambio climático es esencial, donde mengua la superficie cultivable surgen conflictos. La otra pata la conforman medidas para que los estados puedan ejercer su soberanía sobre todo el territorio. La seguridad de los países que integran el Sahel es la seguridad de Europa.

¿Llegan los estados del Sahel a controlar el último rincón de cada país?

No, estamos ante gobiernos muy frágiles, con problemas de gobernanza y, sobre todo, ante unos territorios inmensos, de 1,4 millones de kilómetros cuadrados. Son las zonas sin control las que aprovechan los grupos terroristas y los de tráfico de armas, drogas o personas, y contra eso hay que luchar. Se han apropiado de esas zonas y hay que acompañar a los estados para que recuperen el control sobre la totalidad de sus territorios; la UE está profundamente comprometida apoyando al G5 del Sahel, que integran, Mali, Mauritania, Níger, Burkina Faso y Chad, que quieren un ejército común para afrontar problemas transversales.

Dada nuestra proximidad, ¿tenemos algo que temer en el corto plazo?

Hay un problema terrorista y de radicalización. La explosión demográfica está provocando un crecimiento exponencial de la juventud. Países como Níger pueden doblar su población en menos de veinte años. Esa juventud desarraigada y desocupada es presa fácil de la radicalización.

¿Cómo puede evitarse?

Actuando de inmediato con esos estados para detener el avance. En el ámbito del desarrollo se debe luchar contra la pobreza, pero no solo con ayuda al desarrollo, sino basándose también en la sociedad civil. Como ejemplo tenemos el apoyo que dieron la UE y las organizaciones regionales a Burkina Faso cuando sufrió el golpe militar que rechazó en la calle la sociedad. Ese apoyo permitió el restablecimiento del presidente. Existen medidas inmediatas que tienen efecto inmediato, sobre todo en el ámbito de la seguridad.

¿La superpoblación en las grandes ciudades es un problema grave?

Por supuesto. Los núcleos urbanos se ven imposibilitados para ofrecer los servicios básicos a esa población que llega buscando una seguridad que no tiene en sus lugares de origen. Con ello se crea una nueva inseguridad y ahí también podemos actuar de manera inmediata y directa, en los mismos presupuestos. Estamos ante países de los más pobres del mundo, pero que también tienen posibilidades.

¿Cuáles?

Siempre se describe el Sahel como una zona dramática, pero hay recursos agrícolas, ganaderos, mineros... que deberían ser aprovechados por los estados para facilitar el desarrollo de su propia gente. Son países tradicionalmente de tránsitos, que antes eran legales, sal, oro; o no tanto, en el caso de los esclavos. Hoy hemos vuelto a esa situación tan dramática. Escuché testimonios terribles en Níger sobre el tráfico inhumano que propician las guerrillas. Contra eso hay que luchar.

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