El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, se reunirá en la capital grancanaria con todos los embajadores africanos destacados en España coincidiendo con el décimo aniversario de Casa África. La institución que dirige Luis Padrón superó ayer con nota la organización del Primer Encuentro Internacional sobre Diplomacia Preventiva, que reunió a expertos en detección temprana y resolución de conflictos en el continente vecino.

El giro que España pretende dar a sus relaciones con África va superando etapas. Tras la paralización del Plan África, arrollado por los recortes impuestos por Bruselas, en la primera legislatura de Mariano Rajoy al frente del país, ahora se intenta recuperar el terreno perdido y las Islas cobran un especial protagonismo en el nuevo tablero. "Canarias es la región que mejor entiende África", resaltó ayer la vicepresidenta estatal, Soraya Sáenz de Santamaría, durante la inauguración de unas jornadas que reunieron en Casa África a catorce expertos de diferentes organizaciones, además de numerosos diplomáticos e integrantes de las administraciones central y canaria.

El objetivo último es desembocar en un encuentro al más alto nivel entre el presidente Rajoy y los jefes de estado y de gobierno de todos los países africanos, una cita que requiere de un trabajo de organización arduo y para el que Casa África cuenta en el reparto de posibles escenarios de celebración.

La imagen que quiera darse ante los invitados es la margarita que deshojan en Exteriores. O bien recibe Rajoy en Madrid a los líderes del vecino continente, o bien se da el definitivo espaldarazo a Canarias como puente entre África y Europa. Tanto el Gobierno de Canarias como el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria forman parte del consorcio público de Casa África e intentarán que el Archipiélago sea escenario de un encuentro de ese calado.

El consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Gobierno de Canarias, Pedro Ortega, instó ayer al Ejecutivo central a recuperar el Plan África, lo que, según sus palabras, "reforzaría el papel de hub" (nodo) de servicios de las Islas para las empresas que operan en el continente próximo. Sáenz de Santamaría no rehuyó la cuestión y aseguró que "Canarias hace marca España" en territorio africano. Antes de abandonar Casa África, la vicepresidenta aprovechó la mañana para mantener encuentros privados con su antecesora en el cargo y hoy presidenta de la Fundación de Mujeres por África, María Teresa Fernández de la Vega, y con Kyung-wha Kang, alta asesora política del secretario general de Naciones Unidas.

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ildefonso Castro, fue el encargado de comunicar las conclusiones aportadas por los panelistas en las tres mesas redondas en que se dividió el encuentro de ayer. En la primera de ellas, dirigida por el representante de la Unión Europea (UE) en el Sahel, Ángel Losada, se abordó la prevención de la radicalización.

Los participantes coincidieron en destacar el protagonismo que cobra las organizaciones de ámbito regional para que la diplomacia preventiva sea más efectiva. Además, señalaron la importancia de lograr que se produzca un verdadero desarrollo económico que genere oportunidades. Esa es la garantía para la seguridad. En este ámbito, las prioridades fijadas fueron "la lucha contra el radicalismo", la generación de oportunidades para la juventud, los movimientos migratorios y el control total del territorio por el que se extienden los estados y las fronteras.

El uso de la diplomacia no obliga a abandonar las sanciones, una cuestión calificada de "compleja" por los expertos pero necesaria y que siempre debe complementar la labor de mediación. La detección temprana de los focos de extremismo se considera condición necesaria "para construir la paz en África" y lograr ese objetivo pasa por contar con sistemas de alerta precoz.

La relevancia que tiene atajar los problemas antes de que estallen bien merece una correspondencia en inversión e investigación. Los expertos que integraron la primera de las mesas destacaron que las personas deben ser el centro de la diplomacia. Si los ciudadanos participan en gran medida en la resolución de los conflictos, la paz ganará solidez. Como ejemplo, están las respuestas sociales que acabaron con la asonada militar acontecida en 2015 en Burkina Faso. Evidentemente, el papel de los ciudadanos debe ir acompañado con una respuesta internacional en la misma línea.

El rol que desempeñan en la prevención de los conflictos los organismos multilaterales africanos para la paz y el desarrollo centró el último de los debates. Los participantes en él señalaron a los problemas sociales -"desigualdad" o "pobreza", entre otros- y de fragilidad política como causa principal para el estallido de los conflictos. A ello añadieron la necesidad de pasar del "simple ejercicio de retórica" a "una verdadera política preventiva", lo que de nuevo condujo las intervenciones a las necesidad de contar con la financiación suficiente.

En esta tercera mesa, conducida por Ebrima Sall, secretario ejecutivo del Consejo para el Desarrollo de la Investigación en Ciencias Sociales de África, se señaló la necesidad de "dejar atrás la guerra, el hambre y la enfermedad", para lo que se declaró el apoyo a la agenda 2063 puesta en marcha por la Unión Africana.

En cuanto al desarrollo económico extendido a toda la población, señalaron la necesidad de adecuarlo a lo que la sociedad espera. "El desarrollo es un valor de propiedad colectiva", expusieron. También aludieron a la especial importancia que cobra la buena gobernanza en países extensos y "especialmente vulnerables ante la propaganda terrorista".

Casa África superó ayer el primer reto con solvencia y tendrá la segunda oportunidad de mostrar sus capacidades logísticas y organizativas en la cita del próximo mes de junio, de cara a ser sede de la cumbre de jefes de estado que pretende Rajoy.