Se sabía desde hace más de una semana que Coalición Canaria (CC) ha tenido que dejar la renovación, al menos la de caras, para mejor ocasión ante la imposibilidad de encontrar un relevo de consenso para José Miguel Barragán. El majorero será reelegido hoy secretario general de la formación nacionalista y ayer, en la primera de las dos jornadas del VI Congreso Nacional de CC, se dio un baño de autoridad al concitar el apoyo unánime de los 610 compromisarios al informe político y de gestión con el que defendió su papel al frente de la formación durante los últimos casi cinco años.

Barragán se felicitó por que la formación se mantenga como "primer referente del nacionalismo canario" a pesar de haber tenido que atravesar la peor racha económica del mundo occidental estando al frente de un gran número de instituciones, lo que les obligó a adoptar decisiones complicadas y que, a priori, tenían un coste político.

"Gobernamos en cinco de los siete cabildos y en cuatro de ellos tenemos la presidencia, mantenemos 30 alcaldías y en otros quince municipios cogobernamos, además presidimos el Gobierno de Canarias y contamos con representación en el Congreso y el Senado", enumeró el secretario general. A ello añadió, entre otras cuestiones el impulso dado al Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF) y la omisión de recortes "cuando las circunstancias los exigían". Sin embargo, no obvió la autocrítica.

Reconoció quien se mantendrá al frente de Coalición por otros tres años que los datos expuestos podrían ser mejores si no existiera "desunión en el nacionalismo canario". A su juicio, esa es una cuestión que deberá "mejorar en el futuro" en un claro guiño para el acercamiento a la Nueva Canarias (NC) de Román Rodríguez.

A ello añadió la pérdida de confianza en CC por parte de los ciudadanos, ante lo que recetó unidad y un claro reforzamiento tras el congreso, con el objetivo de que quienes no han votado a los nacionalistas en las últimas citas electorales "vuelvan a hacerlo". Se permitió recordar que en esta ocasión existen los mimbres precisos para que el partido salga reforzado de esta cita congresual, cuestión que no ocurrió en el quinto, celebrado en el verano de 2012; "no salimos todos contentos", reconoció.

Defendió la política de pactos desplegada tras los comicios autonómicos, insulares y locales de mayo de 2015, cuyo objetivo fue la obtención del "máximo nivel de gobierno en las instituciones. Porque somos un partido de gobierno, no vinimos para representar a la oposición", expuso José Miguel Barragán. Algo que, admitió, le llevó a "encontrar voces discrepantes" en el seno de Coalición Canaria.

Al respecto, detalló que este tipo de políticas no pueden dibujarse al detalle en un congreso como el que ahora se celebra, sino que se adoptan en función de las circunstancias que existen en cada momento. Aprovechó este punto de la para exponer a los compromisarios que toman parte en el VI Congreso que en el momento en que se adopta una estrategia para la conformación de alianzas, se termina el tiempo de las discrepancias y comienza aquel en el que hasta el último militante debe remar en la misma dirección. Claro que, para ello, entiende que la cita congresual debe parir unos estatutos "que obliguen a discutir los grandes asuntos con la militancia".

Sobre la ruptura del pacto de gobierno que mantuvieron con los socialistas durante año y medio en el Gobierno de Canarias, aseguró no "conocer las verdaderas claves" que llevaron al PSOE a "forzar su salida. No conseguimos convencerles de que es bueno poner dinero para educación y sanidad pero también para que la gente tenga trabajo", enfatizó en relación a la discrepancia que surgió entre ambas formaciones por el reparto de los 160 millones de euros del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan). Además, negó que existiera una "hoja de ruta" diseñada por CC para dinamitar el acuerdo.

Para el futuro, avanzó que uno de los objetivos a perseguir es el de la conquista de nuevos espacios de gestión o, lo que es lo mismo, mayores cotas de "autogobierno". Para ello, estimó necesario aparecer como un partido serio y creíble, "una sola organización que lo sea aquí y en La Graciosa", recetó. Retomando una descripción realizada por el alcalde de La Orotava y vicesecretario insular tinerfeño de CC, Francisco Linares, en torno a la vida interna del partido en los últimos años, Barragán reconoció haberse "sentido solo en más de una ocasión". "Acierta esta vez", le recomendó el regidor orotavense, ya que esta es "la última oportunidad" para que los nacionalistas sean percibidos "como un partido serio", advirtió sobre la elección del equipo que lo acompañará.

"Este congreso es el principio de un nuevo tiempo para CC", señaló el secretario general, quien también destacó que el punto de partida actual es positivo. Como prueba de ello, resaltó que cuando en el Estado se plantean hablar de Canarias, el diálogo pasa de manera obligada por los nacionalistas. "Hemos firmado el mismo compromiso, la agenda canaria, tanto con el PSOE como con el PP", sostuvo como demostración de sus palabras.

En torno a las diferencias que surgen entre islas, el secretario general afirmó que el partido cree "en la defensa de todas y cada una de las islas", pero no está dispuesto a permitir que haya una deriva hacia el "pleito insular". Además abrió las puertas de la formación a todos quienes "sientan Canarias", también a los que "defienden un camino pacífico hacia la soberanía".

En el orden económico, José Miguel Barragán presumió de haber llevado a cero la deuda de 691.000 euros que reflejaban las cuentas de la formación al finalizar el anterior congreso. Con la dificultad añadida de haber afrontado tres procesos electorales desde entonces. En este punto, destacó la labor desarrollada por el gerente, Jorge Chinea.