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Las islas periféricas y Tenerife pintan sus líneas rojas para la reforma electoral

Los presidentes insulares pretenden acotarla a la rebaja de los topes actuales

Las islas periféricas y Tenerife pintan sus líneas rojas para la reforma electoral

"¿Darías a un niño las mismas oportunidades que a un adulto si los pusieras a competir en una carrera o le darías una cierta ventaja para que la carrera fuera justa?". Esta es parte del segundo asalto que libran esta semana las islas periféricas y Tenerife contra una reforma del sistema electoral que soslaye el criterio de triple paridad que se ha mantenido desde el inicio de la autonomía para repartir los escaños en el Parlamento de Canarias. Un nuevo trazo en forma de artículo -titulado Propuesta desde el equilibrio: las personas en el territorio- con el que remarcan sus líneas rojas y que se suma al manifiesto firmado el miércoles por todos los presidentes insulares excepto los de La Palma y Gran Canaria.

Belén Allende (El Hierro), Pedro San Ginés (Lanzarote), Marcial Morales (Fuerteventura), Carlos Alonso (Tenerife), los cuatro de Coalición Canaria (CC), y Casimiro Curbelo, de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) suscriben el escrito. Anselmo Pestana, homólogo palmero de los anteriores, ya se mostró de acuerdo con ellos el viernes, aunque tampoco en esta ocasión rubrica el posicionamiento colectivo. Solo Antonio Morales (Gran Canaria) no ha puesto hasta el momento ningún límite al calado de la reforma del sistema, en consonancia con la postura que siempre ha manifestado el partido al que pertenece, Nueva Canarias (NC).

Los firmantes del artículo advierten de que no es posible "alterar el equilibrio (...) desde la imposición de unos sobre otros". Se refieren con ello a la fórmula de la triple paridad por la que, entre otras cuestiones, las islas no capitalinas en su conjunto suman en la Cámara el mismo número de asientos que Gran Canaria y Tenerife juntas.

"La reducción de los topes electorales, propuesta que cuenta con el consenso de todas las fuerzas políticas de las islas y de las posiciones expresadas desde cada isla, sería ya un avance significativo que mejoraría el sistema existente", explican. En la actualidad, no basta con lograr un número de votos significativo para obtener presencia en el Parlamento canario, sino que los sufragios han de representar el 30% de los emitidos en una isla o el 6% en toda la comunidad autónoma.

En los últimos comicios regionales, estas barreras provocaron, por ejemplo, que Ciudadanos quedara fuera por un puñado de votos mientras ASG copó tres de los cuatro representantes gomeros con muchos menos. No se oponen los firmantes a que los porcentajes se reduzcan, pero pretenden que la reforma no vaya mucho más lejos. "Tomando la relación de mayor diferencia, se dice que el voto de un herreño vale muchas veces más que el voto de un tinerfeño y que por eso su peso en la toma de decisiones es injustamente mucho mayor. Cuando se hace esa afirmación se ocultan las dificultades diarias que los herreños tienen para disponer de autonomía plena. Cuesta más a un herreño vivir en su isla que la ventaja política que le damos para lograr un mejor desarrollo", explican en el artículo.

Según ellos, afrontar una reforma del sistema en dirección a la máxima de un hombre, un voto propiciaría una pérdida de peso de sus islas a la hora de tomar decisiones en la política de ámbito regional. Rechazan que se tome como causa para promover la mayor representatividad de las islas capitalinas el crecimiento de los problemas sociales que se producen en estas.

Por ello, señalan que "sería injusto no reconocer" que los problemas a los que se enfrenta un territorio alejado del continente como el Archipiélago "son mayores en las islas menos pobladas". De ahí que sostengan que "sin el consenso, el equilibrio actual será siempre mejor que cualquier solución que aumente el peso de las islas más pobladas pretendiendo silenciar al resto".

Entienden, además, que no atender "a las islas periféricas en su justa medida" está lejos de solucionar las necesidades que se derivan de la aparición de bolsas de pobreza en las áreas urbanas de Tenerife y Gran Canaria. Solo conllevaría el "despoblamiento" de las no capitalinas. Es más, incluso entienden que se podría agravar con ello "la situación de pobreza" en las islas que cuentan con mayor número de habitantes.

Aprovechan también para introducir un matiz en el debate que sitúa al sistema electoral canario como el más injusto de los que permanecen vigentes a lo largo y ancho del mundo. "Pero no dicen que en todos los sistemas políticos en donde es necesario equilibrar territorio y población, y en Canarias lo es, el problema se resuelve con dos cámaras". Alertan, además, de que la modificación que se pretende realizar se basa "en una mayoría de votos que no tiene en cuenta la posición mayoritaria en cada una de las islas".

"El mayor peso político que han disfrutado en el Parlamento las islas de El Hierro, La Gomera, La Palma, Fuerteventura y Lanzarote durante estos casi 25 años de autonomía es el resultado consciente de transformar con los votos una realidad que se conoce en las islas desde hace siglos", señalan los firmantes en alusión al efecto beneficioso que esto tiene para evitar que el pleito insular se dispare. Sin las islas que ellos presiden, "Canarias tiende a centrarse en el debate y en las decisiones de dos, la pelea insularista", de tal manera que, según sus tesis, "solo igualando las fuerzas al ponderar el territorio, Canarias puede concebirse como un pueblo repartido en ocho islas".

En el texto incluyen también una crítica a los "expertos bolivarianos", en referencia a Podemos, formación que escogió a Juan Carlos Monedero como experto para analizar la reforma electoral.

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