Los Reyes de España no suelen firmar autógrafos, pero saben hacer excepciones cuando las circunstancias lo requieren. Por ejemplo, si uno de los jóvenes músicos que acaban de ofrecerles un concierto se lo piden. Eso es lo que hizo uno de los cerca de 170 niños que forman parte del proyecto Barrios Orquestados de Las Palmas de Gran Canaria en el polideportivo de El Batán de la capital grancanaria, a donde acudió la comitiva real tras conocer en el Puerto de La Luz y de Las Palmas la labor de cooperación internacional que desarrollan Cruz Roja y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) desde la Isla.

El director de este último, Pablo Yuste, explicó a los monarcas que el trabajo de este gigante logístico que provee de comida a las organizaciones no gubernamentales ha servido para alimentar a 30 millones de personas mensuales desde su creación. Desde sus instalaciones han partido 355.000 toneladas de víveres no perecederos. Yuste destacó la privilegiada situación geográfica del Archipiélago para atender la demanda ordinaria en los lugares más deprimidos de África y para "América Latina cuando padece desastres naturales".

Don Felipe y doña Letizia se interesaron por el origen del PMA y por los alimentos que conforman la canasta básica en cada situación y recibieron el encargo de Yuste de agradecer a la Armada "el apoyo que brinda en Somalia" para evitar los ataques piratas a los barcos cargados de alimentos que navegan por el Índico.

Del mismo modo, el Rey de España preguntó a la directora del Centro de Cooperación con África de Cruz Roja, María del Mar Rodríguez, por el personal con que cuentan para organizar los envíos de material a las zonas más deprimidas del continente vecino. "Trabajamos con 32 países africanos", explicó Rodríguez, que más adelante detalló que en la actualidad son "cuatro" los trabajadores fijos y alrededor de "40 voluntarios. Sin ellos no seríamos nada", relató la directora del proyecto.

En el último acto de la jornada, los monarcas se desplazaron a El Batán para asistir al concierto ofrecido por los niños y jóvenes de entre seis y 16 años que integran el proyecto Barrios Orquestados. Su director, José Brito, agradeció a los Reyes su presencia y "el compromiso de la Corona con la cultura", y les explicó que esta iniciativa de "intervención social" bebe del "altruismo y la generosidad".

Desde primera fila, Felipe VI y doña Letizia disfrutaron de los acordes de la canción congoleña Banaha, cantada por los niños y niñas que aún no han dado el salto a un instrumento. El Rey de España se giró al público ante la cerrada ovación que tributó a los intérpretes y el director una grada abarrotada con alrededor de 700 personas, familiares de los pequeños.

Ya con las decenas de violines y chelos en ristre, los músicos atacaron un heterogéneo repertorio que navegó desde el Billie Jean de Michael Jackson, hasta la canción popular chilena La reina del Tamarugal pasando por La marcha turca de Las ruinas de Atenas, de Beethoven. Esta última incluyó una letra creada por el propio Brito en homenaje a "los muchos hermanos del planeta que se ven obligados" a dejar sus hogares y buscar su futuro en otro lugar.

Finalizado el concierto, los monarcas departieron con los músicos durante más de un cuarto de hora, saludando en persona a una buena parte de ellos. Completada la agenda, reservaron tiempo también para acercarse a los dos centenares de ciudadanos que aguardaron su salida para poder estrecharles la mano.