Los dos disputados nacionalistas canarios, Ana Oramas, de CC, y Pedro Quevedo, de NC, se han convertido en grandes protagonistas parlamentarios y de la vida política española al recibir por parte del Congreso el encargo de comandar los trabajos que dilucidarán en los próximos meses dos de las cuestiones claves que han marcado los debates políticos de los últimos tiempos en el país, símbolos de la degradación democrática y de la crisis económica y sobre las que la sociedad española está exigiendo respuestas y aclaraciones. Los dos parlamentarios isleños presidirán las comisiones parlamentarias de investigación, las primeras de la legislatura, sobre la crisis financiera y el rescate de las cajas de ahorro, en el caso de Oramas, y da la presunta financiación ilegal del PP, en el caso de Quevedo.

La elección de una y otro ha sido respaldada principalmente por los dos grandes partidos, el PP y el PSOE, por pertenecer ambos a un grupo minoritario como es el Mixto, y en base a la imparcialidad y credibilidad que les atribuyen respecto a las posiciones propias y de los otro grupos, además de por su perfil y experiencia parlamentaria.

En ambos casos Podemos y C,s votaron en contra ya que pretendían hacerse ellos mismos con esas presidencias, la de la financiación del PP por parte de la formación morada, y la de las entidades financieras por parte del partido naranja. Los dos grupos de la nueva política tacharon luego de "pasteleo" el acuerdo entre las dos formaciones clásicas para colocar a los dos canarios al frente de esos trabajos, que afectan de una u otra forma a aspectos sensibles de su situación o gestión en el pasado. Quevedo, por ejemplo, será el encargado de dirigir el interrogatorio que la comisión realice a los máximos dirigentes del PP sobre su presunta financiación ilegal, entre ellos a su líder y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que el PSOE pretende llamar a comparecer este mismo mes.

Y todo ello dándose la circunstancia de que tanto la diputada tinerfeña como el diputado por Las Palmas son imprescindibles para la aprobación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2017 actualmente pendiente de tramitación en el Congreso, aunque en cada uno de ellos en una fase distinta de posicionamientos, ya que mientras Oramas tiene un acuerdo cerrado con el PP, Quevedo está pendiente de negociar ese posible apoyo. Los dos, sin embargo, han rechazado en todo momento vincular su respectivo posicionamiento en el debate presupuestario al de cualquier otra circunstancia política o parlamentaria ajena a los temas canarios, o a la situación de corrupción que afecta al partido del Gobierno.

El encargo parlamentario pone a los dos diputados isleños en una situación de extrema exposición mediática, y en consecuencia, de importante presión política, máxime cuando de ambos dependerá que haya cuentas públicas este año y sean por tanto piezas claves en la continuidad de la legislatura. Su elección tiene que ver también con el tradicional papel de interlocutores válidos para todas las formaciones otorgado tradicionalmente a los nacionalistas canarios y que llevaron en su día a otros diputados como Luis Mardones a presidir otras importantes comisiones de investigación como la de financiación de los partidos políticos, fraude del lino o Gescartera, o a Paulino Rivero la de los atentados terroristas del 11-M. Oramas y Quevedo llegaron sin embargo de forma muy diferente a sus respectivas presidencias de comisión. Así, mientras la primera ya figuraba desde hace semanas como candidata de cierto consenso entre los grupos, el segundo apareció ayer como solución de última hora ante el desacuerdo en torno a la figura del candidato que inicialmente se barajó, el nacionalista catalán del PDCAT Jordi Xuclá.

La propuesta de Quevedo, la más llamativa, partió del PP precisamente ante la negativa de los demás grupos a aceptar a Xuclá, adscrito inicialmente a la comisión en representación del grupo Mixto, pero contó de forma inmediata con el respaldo del PSOE. El propio Quevedo fue ajeno todo el día al proceso de negociaciones y propuestas de los diferentes grupos y de hecho ni siquiera se encontraba en ese momento en Madrid, por lo que no pudo asistir ni a la constitución de la propia comisión, en la que por otro lado tuvo que ser inscrito en sustitución del vetado Xuclá.

Tras la propuesta del PP, el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, le llamó a Gran Canaria para que aceptara, cosa que hizo para desbloquear al situación creada debido a los vetos entre unos grupos y otros. No contó el diputado de NC sin embargo con ningún apoyo más.

Ana Oramas, por su parte, fue finalmente elegida para presidir una comisión de mucho menos perfil político que la de Quevedo, pero quizá con mayor proyección de aprovechamiento de sus conclusiones. Tendrá por objeto analizar el periodo de las cajas de ahorro que va desde el año 2000, para incluir la eclosión de la llamada 'burbuja inmobiliaria', hasta el presente, pasando por el rescate europeo de estas entidades. Se encargará así, entre otros asuntos de examinar la situación de Bankia tras su salida a bolsa en el año 2011, así como de la actuación del Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en esa decisión. Oramas fue elegida también con los votos de PP y PSOE, los dos partidos que la propusieron, y por los del propio grupo Mixto.

Oramas destacó tras su elección la responsabilidad que adquiere la comisión "de saber, de averiguar, analizar y de comunicar a los ciudadanos qué pasó, pero también qué tiene que hacer en el futuro este país y sus órganos reguladores, y este Congreso de los Diputados en el aspecto legislativo para que eso no vuelva a suceder y estar en condiciones de tener un sector financiero que responda al papel que tiene que corresponderle en el futuro y que sea garantía de derecho de los ciudadanos".