Imposible reprimir el llanto antes de decir adiós. Susurros al oído, palabras de amor, abrazos interminables, besos apasionados, sonrisas nerviosas y fotografías para el recuerdo. Familiares y amigos despidieron ayer en el aeropuerto de Gran Canaria a los primeros 227 militares de la Brigada Líbano XXVII, que partieron con destino a tierras libanesas para tomar el mando durante seis meses de la misión de Naciones Unidas en el este de dicho país.

Por primera vez el Mando de Canarias genera el grupo que liderará una misión de la ONU. La Brigada Líbano XXVII está integrada por alrededor de 600 efectivos, en su mayoría pertenecientes a la Brigada Canarias XVI, que, con amplia experiencia en Afganistán, se desplegará hasta noviembre en Líbano para asumir el mando de la zona este del citado país de Oriente Próximo, que limita al sur con Israel y al norte y al este con Siria.

Su labor en esta operación internacional de paz de la ONU consistirá en "monitorizar el cese de hostilidades entre Hezbollah e Israel y respaldar al Gobierno libanés para ejercer su autoridad en todo el territorio", indicaron fuentes del Ministerio de Defensa. Además, colaborarán con las Fuerzas Armadas Libanesas en el sur del país y a lo largo de la Blue Line, la línea virtual que separa El Líbano e Israel.

Esta salida es la primera de las tres que se realizarán este mes de mayo con el mismo destino. La siguiente rotación tendrá lugar el martes, con aproximadamente 150 efectivos, y el sábado viajará el último contingente.

Ayer, en la despedida de los primeros soldados se vivieron escenas emotivas en el aeropuerto de Gando. Unas 200 personas se acercaron hasta la terminal de salidas para apoyar a los militares, cuyo avión despegó a las 16.30 horas directo a Beirut.

"Es muy duro decir adiós", afirmó entre lágrimas, Sara García, con Nathan, de dos años y medio, en brazos. Ésta es la cuarta misión de su marido José, pero la primera desde que nació el niño. Se va con el móvil lleno de fotos y vídeos y una pulsera con el nombre del pequeño para tenerle siempre presente.

Mayte Reyes, afligida, ni siquiera podía articular palabra, mientras su hija Evelyn no paraba de llorar y su padre, José Mederos, intentaba consolarles. Ésta es su tercera misión, pero ahora "la niña es más grande y le afecta mucho más", comenta. A su lado, su madre, Josefa Mederos, aguanta el tipo, resignada.

"Sólo deseo que todos vuelvan sanos y salvos", afirmó Mari Carmen Sarmiento Macías, de Guanarteme, que acudió al aeropuerto junto a su hermana, su marido y una sobrina para arropar a su hijo, que ya ha volado antes a Afganistán en dos ocasiones. Recuerda que "es su vocación desde que era pequeño" y le ha grabado una salve rociera para que la escuche "todos los días" y le acompañe en esta nueva aventura.

Muy cerca, Miguel Ángel Alguacil tranquilizaba a su hija Paula, de tres años: "Sólo me voy de viaje unos meses".

"Estoy muy triste, le voy a echar mucho de menos", dijo David Mendoza, de nueve años, que le ha escrito una carta a su padre, natural de Ecuador y residente en las Islas desde hace años, para que la lea a diario y se acuerde de él.

Y rodeado de familiares, el soldado José Palomino besó efusivamente a su mujer Belén Hernández. No es su primera misión en el extranjero, pero ésta es diferente: Hace apenas mes y medio nació Sara y le ha cambiado la vida. Promete que, cuando regrese, recuperará "el tiempo perdido" y volverá "cargado de ilusiones y proyectos". "Lo importante es que estén bien y vuelvan pronto", apostilló su suegra, Victoria Tejera.

También se desplazó hasta el aeropuerto el general jefe de la brigada, Venancio Aguado de Diego, que formará parte de la segunda rotación del contingente. Junto a una veintena de mandos del Ejército de Tierra (jefes de unidades y suboficiales mayores), insufló ánimos a las tropas y les deseó buen viaje.

"Hay que darles hasta el último aliento, aunque ellos ya van muy animados", indicó uno de los altos cargos de la brigada.

Los integrantes del contingente van "perfectamente preparados para la misión", aseguró Aguado. Tras seis meses de preparación, el contingente participará en la operación "Libre Hidalgo XXVII", donde darán el relevo a la Brigada "Guzmán El Bueno" X, con base en Córdoba. El 20 de mayo se realizará oficialmente la transferencia de autoridad y Aguado sustituirá al general Aroldo Lázaro.

La Brigada Canarias XVI lidera el contingente. La mayoría de los componentes atesora experiencia en otras actuaciones internacionales, como en los Balcanes, Kosovo, Bosnia, Mali y Afganistán.

Desde que el 15 de septiembre de 2006 se inició la misión, han intervenido 24.370 militares españoles, agrupados en 26 contingentes, y quince han fallecido.

"Como en todos los sitios donde hay fuerzas desplegadas hay riesgo de seguridad. Es una zona inestable, pero no es de peligro diario, que tengamos que estar preocupados de que cada día vamos a tener un incidente de riesgo, no, en absoluto", aseveró el general jefe.