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Medalla de Oro de Canarias 2017

Ocho sobre el mismo mar

El impulso al reconocimiento de la isla de La Graciosa como territorio habitado se inició en el año 2013 por un grupo de vecinos

Avenida principal de Caleta de Sebo, en La Graciosa, con el puerto a la derecha. LP / DLP

Somos ocho. Ya lo dijo a finales de los años setenta del siglo pasado Inocencia Páez (La Graciosa, 1927), la poetisa que reivindicó con ese título a uno de sus poemas a la isla que la vio nacer.

"Cuando nombran siete islas el corazón me da un vuelco como si aquí no viviesen personas de carne y hueso. Pero yo con mucho orgullo te seguiré defendiendo y nadie la pisará como lo han estado haciendo. La isla de La Graciosa la escuchan para venir a hacer buenas comilonas y no me acuerdo si te vi", escribió en sus versos.

Ángeles Hernández reconoce que su madre "se ponía de los nervios" cuando escuchaba en la radio que las islas Canarias son siete. "Un día llamó al programa de Mara González en Radio Las Palmas y le dijo bien claro que somos ocho", recuerda. "Mi madre decía que todo el mundo conocía La Graciosa, pues venían a por sal, pescado o de vacaciones y luego se olvidaban de nosotros. 'Para eso sí somos otra isla, pero para lo demás no', lamentaba. Eso le repateaba mucho". Así fue cómo surgió la idea de las tres estrofas de Somos ocho.

Casi cuatro décadas después del poema de Inocencia Páez, el nuevo empeño de los gracioseros a través de la plataforma ciudadana la Octava Isla, para lograr ese reconocimiento en la reforma del Estatuto de Autonomía, acaba de ser distinguido con una de las Medallas de Oro de Canarias. En 2014 los promotores de esa iniciativa lograron el apoyo de todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento de Canarias para que se reconozcan las singularidades de La Graciosa y se ponga en funcionamiento un Consejo de Ciudadanía "como una herramienta estable de participación ciudadana" y la creación de un consorcio interadministrativo para la gestión de aquellas competencias "que precisen un mayor nivel de coordinación". Ángeles Hernández reconoce que si su progenitora estuviera viva "hubiera hecho otro poema de lo contenta que se hubiera puesto al conocer la noticia".

El premio ha rebosado de alegría a los gracioseros. Uno de sus vecinos, Miguel Páez, puso en marcha la iniciativa en 2013 en la plataforma de Internet change.org. Fue el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, el que le telefoneó personalmente para comunicarle la concesión de la Medalla de Oro de Canarias.

"Me sorprendí bastante y lo primero que se me vino a la cabeza fue acordarme de las personas mayores de la isla porque este premio sería para ellos, ya que fueron los responsables de hacer un asentamiento estable en La Graciosa", asevera Páez. También cree que "el premio es una llamada de atención para cuidar la isla" y que "ahora depende de nosotros labrarnos un futuro próspero".

Explica que lo que llevó a impulsar la reivindicación "no fue algo pensado de la noche a la mañana. Llevamos mucho tiempo arrastrando una situación de dependencia del exterior de todas las decisiones que nos afectan. Cuestiones importantes para nosotros siempre se deciden fuera, como las inversiones a realizar o la redacción del Plan Rector de Uso y Gestión del Archipiélago Chinijo". Por ese motivo, añadió, "me parecía importante visualizar que vivimos en una isla habitada, como las otras siete y, por lo tanto, también aquí tenemos que tomar decisiones políticas vinculantes".

En el verano de 2012 una familia tinerfeña acudió a Caleta de Sebo, uno de los dos núcleos urbanos de la isla junto a Pedro Barba, con unas camisetas en las que tenían impreso: La Graciosa, la Octava Isla. Esa frase fue otra de las circunstancias que hicieron reflexionar a Miguel Páez, además de la conversación que mantuvo con su sobrina Gara en la que la niña le dijo que discutía con su profesor en el colegio cuando el docente le transmitía convencido que "Canarias son siete islas y no ocho".

En la carta que publicó en change.org y dirigió al entonces presidente del Ejecutivo regional, Paulino Rivero, al presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, y alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, solicitaba que recogieran en los presupuestos de esas instituciones una partida anual para inversiones específicas en La Graciosa; acercaran a la isla aquellos servicios a los que no tienen acceso por su la lejanía con Lanzarote, y tuvieran en cuenta a La Graciosa en la planificación de eventos oficiales.

Además, al regidor de Teguise le pidió que aprobara "en sesión plenaria realizar los trámites necesarios para la puesta en marcha de una entidad local menor en la isla de La Graciosa, dependiente del municipio de Teguise" y a Rivero que se acordara en el pleno del Parlamento autonómico "realizar los trámites necesarios para el reconocimiento oficial de La Graciosa como la octava isla canaria".

Después de la campaña en internet arrancó también en 2013 una recogida de firmas, esta vez al modo tradicional, en La Graciosa, Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife que reunión 11.000 apoyos.

Las primeras 3.500 rúbricas se entregaron el 27 de marzo de 2013 en la oficina del Ayuntamiento de Teguise en Caleta de Sebo. Lo hizo Margarona Páez, la que fuera alcaldesa pedánea de La Graciosa durante 33 años, quien en un gesto simbólico que representó el paso del testigo de la lucha de una generación a otra, entregó documentos con las firmas a la concejala delegada para la isla en el Ayuntamiento de Teguise, Alicia Páez. El acto fue todo un acontecimiento y hasta se formó una cadena humana con unos 30 voluntarios en la explanada del puerto que dibujó el número ocho, una cifra que ha quedado ligada a la historia de ese paraíso atlántico de 29 kilómetros cuadrados y 756 vecinos.

De forma sucesiva, los respaldos se fueron registrando en el cabildo lanzaroteño y en el Ejecutivo canario hasta que el 29 de mayo de 2014, víspera del Día de Canarias, una delegación formada por Miguel Páez, técnico en animación sociocultural y director teatral, su hermana María José Páez, auxiliar de farmacia del dispensario de La Graciosa, y el joven estudiante Eduardo Hernández, llevaron las 11.000 firmas hasta el palacio de La Moncloa, sede de la Presidencia del Gobierno de España. María José Páez aclara que "no queremos independizarnos sino que nos reconozcan como un isla habitada y con derecho a gestionar nuestro cachito de tierra".

El 23 de octubre de 2014 La Graciosa subió otro escalón para su reconocimiento oficial como la octava isla del Archipiélago tras la aprobación en el Parlamento de Canarias, con el respaldo de todos los grupos políticos, de una Proposición no de Ley (PNL) en la que se demanda mayor autonomía administrativa del municipio de Teguise, petición que ya había aprobado el Consejo de Ciudadanía de La Graciosa. Tras el pronunciamiento de la cámara regional vinieron los del Cabildo y el consistorio de Teguise. Miguel Páez admite que confiaba en que iba a lograr lo que se pedía para La Graciosa pero también era consciente de que "teníamos que trabajar mucho". Subraya que "esta iniciativa ha tenido éxito porque muchos ciudadanos se movilizaron a recoger firmas. Ha sido un logro más allá de que yo la hubiera impulsado".

Desde finales del pasado año el Gobierno de Canarias, aún sin aprobarse en las Cortes el nuevo Estatuto de Autonomía, ya incluye a La Graciosa en la imagen corporativa que exhibe en los actos institucionales.

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