Desde primera hora se notó que la de ayer era una cita grande. La afluencia a los centros de votación habilitados en el Archipiélago superaba a simple vista la de anteriores primarias del PSOE. Nadie podía sustraerse a la contrastada división que amenaza desde hace muchos meses con incendiar al segundo partido de España hasta dejarlo en cenizas. Sin embargo, la militancia aparecía como un ejército de bomberos dispuesto a que, sobre todas las cosas, la unidad se extienda por las agrupaciones del Archipiélago.
Susanistas, pedristas y patxistas mostraban en toda su extensión las diferencias que les separan, pero también todos remataban con la necesidad de que nombres, perfiles y estrategias políticas aparte, lo verdaderamente importante es que vencedores y derrotados lo fueran solo por unas horas, que el trabajo decidido por la cohesión se inicie de inmediato.
"Las primarias son viscerales, generan tensiones, pero somos compañeros", señaló María del Carmen Reina, más conocida como Chicha. Con 32 años de militancia "ininterrumpida" y ejerciendo como apoderada de la candidatura de Pedro Sánchez, aludió, como ejemplo a seguir, al cierre de filas inmediato de Barack Obama y Hillary Clinton tras las primarias demócratas estadounidenses a pesar de haber estado durante meses intercambiando golpes sin mesura.
Sobre la actuación seguida por los candidatos en las semanas precedentes, Juan Manuel Santana afirmó que ha sobrado "ego" y se ha echado en falta "pensar más en la situación del partido". Se hizo el carné del PSOE en 1977 y aseguró que últimamente "han ocurrido cosas que no deben pasar en una organización" que aspira a volver a gobernar España, objetivo que, desde su punto de vista, garantizaba más que ningún otro Susana Díaz.
Andrei Guerrero, un año militando en el PSOE y dos en Juventudes Socialistas, se decantó por la actitud "dialogante" de Patxi López, el único capaz, a su juicio, de atender "el feed back de los militantes".
A la hora de votar manifestaba su deseo de que fuera el exlendakari quien tomara el timón de la socialdemocracia española, sin dejar de añadir que lo único que tenía claro era que se tomaría "una cerveza con los compañeros" cualquiera que fuera el resultado. "Somos compañeros", sostuvo, "y gane quien gane, será mi líder, pero no sé si en otras candidaturas lo tienen igual de claro", sentenció sobre la necesidad de cerrar heridas de inmediato.
