La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ataque terrorista en Mánchester

"Esperaba la guagua y vi niñas heridas correr"

El terorense Misael Herrera, que trabaja al lado del Manchester Arena, se encontró con la tragedia al final de su jornada laboral

Misael Herrera.

Desde el primer momento del atentado en el Manchester Arena, la comunidad canaria en la ciudad británica sufrió de una manera u otra las consecuencias de vivir en una ciudad afectada por el horror del terrorismo islámico. Algunos pudieron presenciar el horror a escasos metros. Otros se vieron obligados a arrimar el hombro y socorrer a quienes lo necesitaban.

Por su parte, el futbolista grancanario David Silva, jugador del Manchester City y probablemente el canario más conocido de cuantos residen en la ciudad británica, se solidarizó con las victimas del atentado desde su cuenta de Twitter: "No puedo creer lo que está sucediendo a este mundo. Mis pensamientos están con todos aquellos que han sido afectados por esta tragedia", publicó en inglés en la red social.

Misael Herrera, natural de Teror, iba a coger la guagua la noche del lunes frente al Manchester Arena después de trabajar, como de costumbre. "Escuché una explosión, un sonido indescriptible, algo así como la traca final de los fuegos artificiales", explicaba Herrera. "Al poco empezaron a salir niñas y adolescentes heridas, con pequeños cortes, corriendo por las escaleras del Manchester Arena, fue algo asombroso", relataba, aún con el miedo en el cuerpo. Este grancanario se echó a correr y cogió el primer taxi que se cruzó en su camino. "El caos de tráfico era tal que tuve que bajarme un poco más adelante, los coches parados, todos saltándose los semáforos", relataba.

Se acostó pensando que todo había sido un accidente, sin ser consciente de lo ocurrido. Al día siguiente, camino del trabajo en el centro de Mánchester su jefa le llamó para decirle que estaban acordonando toda la zona y desalojando el centro comercial Arndale. "Después de todo sigo aún con el miedo en el cuerpo, esta mañana tenía más de 30 llamadas perdidas, de amigos y familiares preocupados", contaba este comercial de Hugo Boss.

Su novia, enfermera, le relató casos totalmente trágicos de madres que habían perdido a sus hijas y heridas de extrema gravedad. "Está todo el mundo en shock, no sé si mañana podremos volver aún a la vida normal", señaló Herrera.

"Servimos de cobijo durante toda la noche y parte de la mañana, ofreciendo comida y bebida gratis a las personas que huían del Manchester Arena", comenta Yashar Dadashnejad. Natural del Puerto de la Cruz, junto a su hermano Yashin y su hermana Yasmina, regentan el restaurante La Bandera en Mánchester desde hace dos años y medio. El local se ha vuelto famoso entre la comunidad canaria de la ciudad, tanto, que el grancanario David Silva acude cada semana a comer papas arrugadas con mojo.

La propia familia del chino de Arguineguín se preocupó por la situación de los hermanos Dadashnejad. "El padre de Silva mandó este martes un mensaje a mi hermano para saber cómo estaba él y si estábamos todos bien", comenta Yashar. La relación de amistad entre los tinerfeños y el futbolista es muy fuerte, "tenemos una buena amistad, es más que un cliente".

La preocupación por todo lo ocurrido es máxima. No en vano, el atentado se ha llevado la vida de 22 personas, sin contar con los más de 50 heridos, muchos de ellos adolescentes. "Los hoteles cercanos al Manchester Arena han alojado de forma solidaria a menores perdidos, que no encontraban a sus padres", relató Dadashnejad, quien ha vivido de primera mano la tragedia.

Los dueños de La Bandera cuentan además con dos pequeños puestos en el centro comercial Arndale, el cual tuvo que ser desalojado este martes por la mañana. "Estábamos ayudando a familiares de los afectados cuando nos vimos obligados a cerrar, la policía desalojó todo el centro comercial para detonar de forma controlada unos objetos sospechosos", comentó Yashar Dadashnejad.

La ciudad que pudo presenciar no era para nada la estampa habitual. Por un lado calles desiertas y comercios cerrados, por otro periodistas y cámaras de televisión al pie de la noticia, rodeados de los dispositivos sanitarios y de seguridad. "Ha sido muy impactante ver a los miembros de la Unidad Especial Antiterrorista patrullar en grupos de cuatro, portando grandes armas", comenta Yashan sin salir de su asombro.

Camino del trabajo

Hace tres años y medio que Pablo Bethencourt reside en Mánchester, trabajando como somelier, "uno de los mejores", dicen. "Se han cancelado el 70% de las reservas en el restaurante donde trabajo, y para el miércoles ocurre otro tanto de lo mismo, muchos han llamado y otros directamente no han avisado de ninguna manera, existe mucha incertidumbre e inquietud, verdadero miedo", relata Bethencourt.

Al principio, él y sus amigos no quisieron darle importancia a las alarmas que llegaban vía whatsapp por medio de conocidos y amigos. Poco a poco, fueron llegando más y más mensajes, los helicopteros se escuchaban más fuerte y el número de sirenas no paraba de aumentar. "Decidimos quedarnos en casa hasta la hora de irnos a trabajar, el ambiente está muy tenso y hay muchísima inseguridad", comenta este joven grancanario.

Natural del capitalino barrio de Vegueta, tras once años viviendo en el Reino Unido, estos días no están siendo fáciles. "Se nota miedo y desconfianza en la calle, tengo un vecino asiático al que le han robado el coche y otros que han sufrido insultos, el racismo se nota", comenta preocupado. Mientras, en el centro de Mánchester las calles permanecen desiertas. Este martes fue un día totalmente atípico, un sol radiante brillaba, pero, la gente caminaba acongojada, "aquí todo el mundo sonríe los pocos días que hay sol, y no se ha visto nada de eso", comentó lamentándose.

Anoche, el joven Adrián Alonso estaba con sus compañeros de piso tan tranquilo después de cenar, cuando de pronto escuchó varias explosiones. Desde su privilegiada ventana se podía divisar el lugar del crimen. "No le dimos importancia, pero entonces empezamos a escuchar sirenas, ambulancias y le pusimos un poco más de interés; al mirar a la calle vimos a mucha gente bajando por las escaleras del recinto, gritando, corriendo; llegó una veintena de coches de policía para controlar y acordonar la zona", comenta Alonso. La situación que pudo presenciar desde el resguardo de su propia casa fue totalmente sobrecogedora.

Durante este martes la situación fue totalmente convulsa en la zona. "Ha estado todo lleno de periodistas y la zona acordonada durante todo el día, con calles cortadas e intransitables, para poder ir a realizar unas compras he tenido que callejear", comenta el joven, quien no pudo acudir a su trabajo. La mayoría de comercios del centro de Mánchester se vieron obligados a cerrar durante todo el día.

Este joven de Las Palmas de Gran Canaria lleva poco más de un año trabajando como dependiente en Inglaterra. La situación que ha presenciado será un momento que nunca olvidará.

"Es impresionante ver las imágenes de gente herida y huyendo, sabiendo que por ahí pasas todos los días", comenta Paula Castellano, vecina de Arucas que reside en Mánchester desde hace poco más de tres años. "Por la mañana desalojaron el centro comercial Arndale y la mayoría de tiendas de Market Street, donde trabajo, cerraron, un horror", relata esta joven.

"Tengo una amiga de Valencia que trabaja en el Hard Rock Café de la zona y no les dejaron entrar ni para limpiar, la mayoría de comercios han tenido que cerrar forzosamente", explicó Castellano. Cuenta, además, que en el local de su amiga se vieron en la necesidad de tener que dar un techo y ayuda a todas esas personas que huyeron del suceso. Esta aruquense trabaja desde enero como directora de la cafetería Caffè Nero, en pleno centro de la ciudad. Durante todo el día trabajaron rodeados de un ambiente perturbador, rodeados de miedo e incertidumbre.

"Yo vivo en las afueras, pero desde allí no paraba de escuchar las ambulancias de refuerzo", comentó consternada. "Una amiga si estaba en la zona y me llamó asustada para contarme que no sabía que pasaba, solo veía a niños correr y sangre por todos lados", continuó.

Al igual que otros canarios en la ciudad, Paula Castellano ha notado el aumento del racismo y la desconfianza en las últimas horas. "Ya con el Brexit había surgido xenofobia, pero tengo muchos compañeros musulmanes que les da miedo salir a la calle por lo que les pueda pasar; estás en una parada de guagua y notas las miradas de desconfianza de la gente", siguió relatando esta mujer.

"El miedo lo tengo en el cuerpo", comentó Nieves Hernández. Esta mujer, natural de Santa Cruz de Tenerife, trabaja como comercial en una academia de inglés en el centro de Mánchester. "Mi oficina está a cinco minutos andando del Arndale y se notaba el miedo en las calles, la poca gente que había te transmitía esa sensación", explicaba con preocupación.

Por desgracia, su compañera de piso si presenció, al menos en parte, el horror que se vivió en el Manchester Arena. "Mi amiga estaba allí en el concierto, cuando de pronto escuchó una explosión y presenció todo el revuelo, gracias a Dios no le pasó nada y pudo volver a casa sana y salva", comentó Hernández.

Tras cuatro años en la ciudad, este martes no se explicaba como fue capaz de acudir a su puesto de trabajo, "te afecta todo, cualquier sonido, cualquier cosa extraña te hace sospechar, más cuando sabes que habían más bombas", relataba asustada esta tinerfeña. No en vano, las falsas alarmas y los rumores sobre arrestos o artefactos sospechosos se repitieron por toda la ciudad británica a lo largo de todo el día de ayer.

En el desalojo del centro comercial Arndale se vio envuelta la grancanaria Nuria Viera. "Iba a comprar algo para comer cuando de repente vi a mucha gritar y correr, todo el mundo asustado, por instinto me fui corriendo también, y al alejarme me calmé y pregunté que pasaba", relató esta joven, mientras recordaba el duro momento que vivió ayer por la mañana.

Esta chica de Maspalomas lleva casi tres años trabajando como técnica de uñas en Mánchester. Su trabajo está en Market Street, en la misma calle del centro comercial que sufrió alarmas durante la mañana del martes. "La mayoría de clientes cancelaron las citas que tenían por la mañana, por la tarde ya fue más normal, pero ha sido un día muy extraño", señaló Viera.

Compartir el artículo

stats