Esta vez sí. Jerónimo Saavedra compareció ayer por última vez ante el pleno del Parlamento para exponer el informe del Diputado del Común referido a 2016 y recordó a los diputados que era su despedida del cargo, tal y como ha dijo en varias ocasiones. De hecho, cuando finalizó su exposición los parlamentarios aplaudieron en pie y los portavoces elogiaron la labor del expresidente del Gobierno al frente de la institución.

Y Saavedra se despidió de sus señorías marcando deberes al Gobierno y es que se mantenga "bien vivo" el objetivo para el que nació la Comunidad Autónoma y que no es otro que el de la igualdad de todos los canarios vivan donde vivan, lo que debe ser una prioridad en la elaboración de los presupuestos y de las prioridades políticas y de gestión de los recursos públicos.

En 2016 el Diputado del Común tramitó 1.781 quejas y atendió más de 20.000 solicitudes de información, tuvo mayor cooperación por parte de las administraciones y, de hecho, sólo se declararon "obstruccionistas" a la Dirección General de Industria y Energía -por falta de personal para tramitar los asuntos- y a los ayuntamientos de Haría y Teguise en Lanzarote, uno por una cuestión de consumo y el otro por una de transporte y turismo.

Pero son las políticas sociales el núcleo clave del informe, prosiguió Saavedra, y sobre todo la dependencia, en donde se aprecia un incremento en 2.000 de los beneficiarios de los programas de ayuda individual.

A quien le suceda como Diputado del Común le sugiere Saavedra que continúe instigando a mejorar la Administración autonómica porque, añadió, "hay que ponerse de acuerdo de una vez y dejarse de protagonismos" sobre si un asunto corresponde al Gobierno, a un Cabildo o un ayuntamiento "y mientras tanto estamos perdiendo el dinero estatal". De esta forma, el expresidente indicó que la formación de los empleados públicos es fundamental y la aplicación de criterios de gestión empresarial "sin ningún tipo de complejos".